miércoles, 10 de septiembre de 2014

Los grandes torturadores

A veces las bellas casas esconden siniestros infiernos.
Casas sin macula, que en silencio dan gritos.
Tras el amor están los grandes torturadores.
Sometidos tras los ligeros visillos.
Rendidos en la mesa común que preside el verdugo.
Manos que solo en publico acarician.
Bocas que solo en publico besan.
Casas hornos de dramas.
Hogares de cardenales y piquetitos.
Nunca el amor somete.
Nunca el verdadero amor con cadenas ata.

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