sábado, 2 de mayo de 2020
Iluminé mi ciudad en la noche
Iluminé mi ciudad en la noche, para que el que me odie la bombardee.
Abrí sus puertas, para que mi enemigo no necesite entrar a caballo.
Y aún tierra calcinada, le sigo tiznando,
Como polvo glorioso, entro en sus pulmones y le mino desde dentro.
No se puede borrar la proeza, y quien lo hace, es un vulgar Eróstrato.
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