En el cincelado guardapelo, pequeño tesoro.
Para siempre.
Para mi siempre.
Para mi finita eternidad.
Cuando deje de custodiarlo no se que ocurrirá.
No se si lo dejaran descansar conmigo.
Sobre mi pecho.
Sobre mi jaula torácica.
Cárcel de mi latir por ti.
Quizás impida la codicia que me acompañe al último descanso.
La atracción mortal del brillo.
El magnético y vil metal.
Te encierran, tres roles, una cruz y una estrella.
Parte de ti para mi.
Mi reliquia, mi vinculo, mi talismán, mi amor.
Besos desde el hoy para el feliz contigo, ayer.
Que difícil es dejar las cosas atadas para siempre.
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