Fascinados por el ruin.
Ciegos para ver el fervor que a la ruindad profesamos.
Cainitas seres que al hermano que crece, amputamos las piernas para que se arrastre.
Vemos más sombras que luces.
No vemos talento en el ser, que es talento lo único que posee.
Atormenta la envidia tanto, que abrazamos al ladrón.
Y desatendemos a la victima por ser pura y blanca.
Aplaudimos al muy tarado por que a su lado lucimos perfectos.
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