Y la lluvia de destellos de la bola de espejos, ajena a todo, no para.
La vida es finita y los talentos caducos.
El ritmo necesita del tiempo.
Y aunque es música el silencio, este no puede llenar todo el espacio.
No puedes ser victima de la inacción.
Presa del pánico escénico.
La vida no es un entreacto.
La vida es un acto en el que se pueden, si se actúa, hacer descansos.
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