Quien merece la gloria recibe castigos.
Latigazos de las leguas de ponzoña.
De las lenguas de los paladares saciados.
De los saciados sin ningún paladar.
Llueve en el balcón y llueve de hostigo.
Buscan mi tara para ser mis iguales.
Cortan mis piernas para poder sobrepasarme.
No soy yo el que asciende a la cumbre.
Es la cumbre la que nace a mis pies.
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