llamados a morir.
Todas las torpezas
dejarán un día
de anclarlos
a la orilla
en la que nacemos.
Todas las proezas, .
los tesoros,
los billos
caducarán.
Nada es eterno,
Sólo es eterna,
la eternidad.
Tristes garabatos,
meandros de un río de tinta,
que borrará el infierno.
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