Cuando opinar distinto es pecado mortal.
Cuando para algunos expresarse en libertad es delito.
Cuando el sectarismo te amordaza para que no disientas de su pensar.
Pensar totalitario, que un acto de intolerable invasión te prohíbe pensar y expresar tu libre opinión.
Viva la libertad o el dictatorial libertinaje de prohibir opinar al disidente.
Soy un disidente libre que a pesar de la horda de fanáticos sigue opinando.
Soy libre para expresar mi credo, soy libre para sentirme orgulloso de el.
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