martes, 13 de junio de 2017

Fragilidad, sólo somos efímera fragilidad (Marisa)


No hay nada más trágico que sentir como se marchan los próximos.
Sentir que ya no volverán más.
Sentir el helador frío de la ausencia, en este infierno de calor que es junio.
Saber que ya nunca los veras.
Su olor es más persistente hoy, las espirales de humo que brotaban de sus labios.
El brillo vital de los ojos que en mi mente eternamente sonreirán.
No se vencen todos las batallas, se pierden muchas guerras, hay derrotas que uno no sabe encajar.
Se hace de plomo el tiempo, de plomo la arena de estas horas de escarcha.
Somos evanescentes, somos instantes fungibles, malgastado tiempo.
Somos viento que nos roza y paraliza en esta fútil contienda, donde más pronto que tarde nos tocará llorar.
Hoy es invierno de bochornos, de relámpagos de recuerdos, de truenos de frases que retumban sin haber sido pronunciadas jamás.
Se acabaron las páginas de su vida y los borrones de este estruendo ya nadie los rectificará.
Ayer eras y estabas, y hoy nada eres y ya no estás.
Flores envidiadas por el Rey David, para la fragilidad que nos recuerda, que sólo somos efímera fragilidad.



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