lunes, 30 de abril de 2018
Cumbres sin deshielo
El peso de las coronas hiere las frentes altivas.
La altivez nos convierte en diana de la vulgar envidia.
El fulgor conlleva dolor, conlleva condena.
Pena el regio con la pena maldita que jamás comprenderá el necio.
Cumbres de soledad, cumbres sin deshielo.
domingo, 29 de abril de 2018
Perder sin dolor la guerra
Nacemos con la última guerra perdida.
Nacemos con efímera fortuna.
Príncipes de la hojarasca, de las caducas flores.
Primaveras que fugaces se evaporan.
Somos suaves, somos bellos, ojos vírgenes que buscan tormentas.
Quien pudiera retener para siempre el sabor de los placeres primeros.
Retener el ímpetu de las velas blancas, que nos hacer galopar veloces, por los mares de dulce sal.
Candidez que se apaga apagando mil candelas.
Incendios de ámbar, de coral y amapolas.
Nacemos con muchas batallas perdidas, que no preparan para perder sin dolor la guerra.
Crisol Pascasio
Hace ya mucho tiempo que los días felices quedaron atrás, aquellos días de penurias, pero de afectos limpios y plenos, días en los que los disfrutes cercanos, hacían del hambre un mal menor.
Las Pascasias, eran una piña, no hacía falta prender la lumbre en el hogar de la cocina, ellas y su bullicio eran puro calor. Tiempos en los que la jauría salía por las mañanas a rapiñar leña, a recoger verdolagas de la callejas, caracoles de las tapias, y si era menester desenterrar un cochino muerto días atrás, todo lo que fuera preciso se hacía, para así poder comer. Tiempos de juegos y estómagos vacíos, tiempos en los que Crisol, vendía las suelas de los zapatos de los muertos, para comprar aceite con la que poder guisar, aceites usadas en las que freia primero cáscaras de limón, de limones robados, con los que borrar los frites asentados de otras casas.
Los dramas se escriben con letras mayúsculas, pero en los dramas en minúsculas escribe bellísimas historias el amor.
Los abrazos malditos
Príncipes desterrados, sin reino, ni tierras.
Desheredados que en los abrazos malditos buscan el cielo.
Zarzales de desasosiego, hiedra que abraza las paredes del descuido.
Carnes de furia, de sórdido desconsuelo, carnes de almíbar que lloran hiel.
Príncipes sin reino, sin reina, sin corte.
En las calles traseras se duelen.
En las calles traseras libran sus duelo.
En las plazas oscuras, bajo las araucarias, lloran su maldito deseo.
viernes, 27 de abril de 2018
El fervor de la torpeza
Escribo pareados en las horas impares.
Ato cabos en los días sin brisa.
Regalo sonrisas a las puertas cerradas.
Despido tristezas en los amaneceres con niebla.
Compases agrios de vientos cálidos.
Sones de miel de calma fría.
jueves, 19 de abril de 2018
Eidética
Bañado de esencias.
Con el rocío de la persistencia.
Con la memoria intacta.
Con las muescas del recuerdo.
Obnubilado con las lesivas muescas.
martes, 17 de abril de 2018
El relato de lo justo
Las turbas aglutinadas en el odio son prestas al linchamiento.
Manea de manos de miseria, de miserables cobardes que cercenan libertades, amparados por la ideología de los baladrones.
Sólo la firmeza y la sinceridad termina imponiendo el relato de lo justo.
La mirada del sincero no cambia nunca el color del asedio.
lunes, 16 de abril de 2018
Urticantes manos
El menos lesivo de los infiernos posibles.
Simple pero eficaz.
Elecciones de dramática minuciosidad.
Paz social.
En la fingida ignorancia se esconde el ladrón.
Sabores rancios que se remozan almibarándolos con miel.
Urticantes manos que se empeñan en acariciar la suavidad.
Tios muy vivos, frescos con delitos muy zafios.
domingo, 15 de abril de 2018
Las piezas que nos han tocado en suerte
"Lo que somos nos elije, se nos pega al cuepo como una lapa, se nos enraiza, y sólo nos queda ser, y jugar con las piezas que nos han tocado en suerte, o jugar contra ellas, malgastando nuestra vida en una auto batalla, cuyo único fin es dejar de ser."
Irsia Carolain Sprimbol
Sin dejar de hollar
Hay tragedias convergentes.
Hay tragedias divergentes.
Hay tragedias que sólo son tragedias.
Manchas en la blanca luna.
Manchas en el níveo suelo.
Enjuagues de zorra vieja.
Zigzagueante es la trayectoria del drama.
Lleno de meandros está el valle de la pena.
Recodos malditos donde se acumulan los limos del pesar.
Transcurre muy lento el dolor por el llano.
Transcurre muy lento, sin dejar un segundo de hollar.
El suculento verdor
Siento en mis pies la humedad de la hierba, su suculento verdor.
Siento los charcos y la suavidad de sus limos, reposo de escorrentías, carne de cárcavas.
Siento el cuarzo lechoso y cortante, siento su dureza, la fragilidad de lo pétreo.
Ni las duras rocas escapan a la meteorización del viento.
Siento el frío de la primavera, siento sus mañanas de niebla.
Siento este Abril de invierno que huele a leña, que huele a fuego.
Siento no sentirte, porque mi mano yerma está cansada de despedir placeres en este ecuador de flores, en este valle de almas de invierno, en este robledal de líquenes que encharcan mi pecho.
sábado, 14 de abril de 2018
Existirá la posibilidad
Perdemos las batallas que no libramos.
No hay batallas inútiles, sólo hay inútiles que libran batallas.
Guerras que peleamos en la oscuridad, que peleamos en las tinieblas de la falta de certezas.
Que peleamos con la fe que da el tesón, la paciencia infinita que obrará el milagro.
Sin pelear estamos perdidos, sin pelear nos perdemos en el mar del conformismo, nos rendimos en las migajas que reparten los que roban sudor ajeno, los que embaucan para poder robar.
Nunca digas no es posible, lucha y existirá la posibilidad.
Zorreras de auricos vahos
Atmósferas de plomo.
Zorreras de auricos vahos.
Zafiros para las esclavas reinas.
Rubies para rendir la sangre de las bravas palomas.
Abnegadas vírgenes tras las brillantes ofrendas.
Fuego y furia domada por el fulgor del frío y vil metal.
Las asfixiantes caricias
Las caricias asfixiantes.
Lluvia de crueles pétalos de rosa.
Cárcel de besos.
Cárcel de palabras melifluas.
Tálamo de la carcelera alianza que es la necesidad.
Estanques en calma, en los que es muy fácil naufragar.
Zarzales de zalamerías.
Trampas de zalameros.
Esclavo de un amor que me hace servil.
De unas caricias que demandan contrapartidas.
El amor nunca redime.
En el amor nunca está la redención.
Preso de la corte de estragos, que acarrea necesitar para satisfacer.
viernes, 13 de abril de 2018
La pestilencia de las leyes
Libres, iguales y solidarios.
De errores están los discursos llenos.
Palabras de vacío y de precipicio.
Nos precipitamos a la nada al ningunear nuestros discursos.
Al escarniar nuestras grandes frases, paradigmas sobres los que cimentamos nuestra ética.
Si vaciamos la ley en el estanque de la miseria, arrastramos la justicia por el barro de la inmundicia.
No brilla el sol en la estanqueidad de la viciada caverna.
Vivimos tiempos de viciados y viciosos intérpretes, tiempos de delincuentes, de oradores que vendidos a Satanás lanzan con sus prédicas loas a la sinrazón.
Fiscales de los estercoleros de las palabras de la ultracorrección, políticas correctas de políticos corruptos.
Somos la miseria que con nuestras leyes amparamos, somos la pestilencia que con nuestras leyes justificamos.
jueves, 12 de abril de 2018
Las bondades de la sarna
Que tendente es el necio a la estanqueidad.
A ahogarse en su charca de miasmas.
A estimar que en la cúspide de la ciega justicia se puedan practicar injerencias.
Lecciones de aguas putrefactas.
Que en el cercenar encuentran tribuna.
Para pregonar las bondades de la sarna.
No estamos locos simplemente toleramos la intolerancia.
La frivolidad
La frivolidad suele enardecer a la estulticia.
Suele ser frívolo el cretino.
Todos los cretinos se adornan con las plumas de la frivolidad.
martes, 10 de abril de 2018
Los mansos
Las agrias maniobras son fruto de los mansos.
Privilegios silenciosos de los que en la discreción de la penumbra,
se han acostumbrado a medrar.
lunes, 9 de abril de 2018
Virgen de la Peña
La santidad habita en lo escarpado, en lo roqueño, rozando el cielo.
Habitan las Vírgenes en los cerros, en las peñas.
Montañas de salvación, montañas en las que estamos a salvo de las riadas del mundo.
Es el camino a tu ermita una serpiente que rodea la loma.
Serpenteo en el que abandono el pecado, para llegar a tu casa.
Ella te herirá en el talón y tú le pisaras la cabeza.
Víboras de la discordia, que nos ofrecen suculentas manzanas de la desesperanza.
Virgen de la Peña, Virgen poderosa, haz que mi vida no sea llana y que sea piadosa.
Virgen de la Peña, Virgen de azucenas, haz que viva alegre, sin temer por nada.
domingo, 8 de abril de 2018
Abrazos malditos
Hay abrazos que son mortales, fiereza despiadada de afectos tóxicos.
En compañía de las sombras que carceleras acarician los rincones más íntimos de mi cuerpo.
Somos pasto de las rémoras que nos siguen y vampirizan en todos los contextos.
Amigos mortales, hiedra estranguladora que nos rodea y trepa hasta nuestra flamígera copa.
Nos quieren por ser faros, por ser candela que orienta en las tormentas.
Nos quieren por que somos el tormento de su falta de destrezas para la preeminencia.
Sin alas no pueden volar y vuelan en nuestros vuelos y sobrevuelan lo raso sobre nuestras alas.
Parásitos zalameros que nos desgastan y opacan con su rastrero trepar por la verticalidad de nuestra altísima, que no inexpugnable torre.
Somos débiles, altos bastiones que sienten y sucumben al zalamero viento.
Cercados por la corrobla de las zarzas, se secan los regios rosales.
Abrazos malditos que nos envenenan con sus urticantes espinas.
viernes, 6 de abril de 2018
Series televisivas
En las cumbres la vida está guionizada.
Es la narrativa del poder.
Capítulos que hacen que olvidemos secuencias.
Batallas que nos distraen y nos fuerzan a descuidad flancos.
El peso del vacío
Teselas de un infierno son los microdramas.
Gotas de agua que llenan océanos.
Adehesado está el huerto tras tanta tristeza.
Contratiempos del jardín de ausencias.
Me aplasta el peso del vacío.
Me inmovilizan las horas muertas.
jueves, 5 de abril de 2018
La ley no llega a las tormentas del alma
La sangre se lava con sangre.
Con sangre negra de cuervos negros.
Azufre sobre el dolor.
Odio que sólo busca resarcir llaga con llaga.
La ley no llega a las tormentas del alma.
Sevicia
No me busque en mi última dirección.
Tras el incendio habito en tierras de olvido.
Vivo deletreando infiernos.
Vivo en una paz sin sueños.
Tiemblo en la noche sin que haga frío.
Me estremezco con la estrategia de las hienas.
Mercadeo de pestilentes bocas que declaman jaculatorias.
Perdularias filas que angostas definen el paseillo del escarnio.
Sevicia de manos que se ensortijan con la ralea de la envidia.
Sin pragmatismo habito en el jardín que se esconde tras el laberinto.
Reina Sofía
Entre bambalinas puede habitar el desorden, el caos, la guerra. Pero una vez descorrido el telón se cumple con el establecido guión.
Se desmoronan las altas torres si no se mantienen fajadas, si no se cumple el protocolo, si no se conduce uno según marca la etiqueta o norma.
Vivimos tiempos de imágenes, tiempos donde se nos observa bajo mil ángulos, tiempos de grandes angulares y autopsias en plaza publica. Como no cuidar hasta el más mínimo gesto si estamos bajo la gran lupa del periodismo que en tertulias vacuas, llena nuestras ingentes horas de desoficio.
Vivimos tiempos de prima donnas de airados modales, de Reinas que no han asimilado bien el protocolo de su oficio. Vivimos tiempos de doñas perfectas de facetados muy imperfectos, caras ocultas que terminan por aflorar.
Nieta de Reyes, Hija de Reyes, Esposa de Rey, Madre de Rey, Abuela de la futura Reina. Eso es saber estar.
Viva Sofía Reina.
Hollar
No todos los días estamos a la altura,
no todos los días sobrevolamos lo raso.
Brotan de nuestras manos,
los latidos del herido corazón,
más no siempre brotan con finura,
con certera y acertada gracia,
con el alma de almíbar
que atenúa el hollar
de la corona de espinas.
La proeza de despertar
Los lazos de la noche enredan mi mañana, enturbian el trino del alba.
Agrían el almíbar del roce de las flores.
Y mi voluntad irrevocable se afana en desprenderse de esas tenazas.
Abrasado por la luz, por la claridad que rompe nubarrones.
Abrazado a una vida que nace cada mañana.
Tributaré por la culpa con la estremecedora proeza que es despertar.
Ya nada ulula, todo son trinos, que por las rendijas de mi alma despiertan aliados amigos.
Es agotador despertar tras dormir en la tensión de la maraña de cables de liante acero.
miércoles, 4 de abril de 2018
Guerras emocionales
Soy de guerras emocionales, de siluetas que hacen teatro de sombras.
Espíritu de tinieblas que busca la paz ganando guerras.
Los principios son obligaciones, armazón que me protege y guarece.
No es todo mío, no es mío el talento de mis manos.
Ruinas doradas que si no las riegas se orinan.
Terminará mi destierro cuando las Parcas me lleven a la patria celeste.
Atropos cortará el hilo que me ata aquí.
martes, 3 de abril de 2018
Convento del Espíritu Santo, Villa de los Hoyos
Los contrafuertes le dan un aire de fortaleza a la iglesia del expoliado convento del Espíritu Santo.
Todo fue arrasado con celeridad para construir vulgares casas de aparceros, para dar postín a casas que sólo eran vulgares.
Las columnas del claustro pasaron a conformas logias traseras en las casas de los venidos a más. Los sillares pasaron a definir esquinazos en los muros de mampuesto. La altiva edificación se empleo como vulgar cantera, los soberbios cerramientos del cenobio se fueron desdibujando, para dar a luz casas sin ninguna gracia.
Parece una fortaleza la iglesia abierta al cielo, inundada de etéreo Espíritu Santo. Las destejadas bóvedas góticas, hace ya mucho tiempo que vencidas por la desidia, se desplomaron, llenando la nave de nervados escombros, de dovelas del cielo pétreo que amparaba los altares donde regia brillaba, en el mayor y central retablo, la Gran Inmaculada que hoy preside la Iglesia Parroquial de la Villa de los Hoyos.
Todos tendemos en la medida de nuestras posibilidades a dejar testimonio de nuestro paso por este mundo, por este terreno y desagradecido infierno. Así hizo Pablo Pérez, soyano venido a más haciendo las Américas con Pizarro, quien por el siglo XVI, costeo obras en este convento y así lo narra su escudo, que campea en el muro del evangelio, el que parece una desmochada muralla, y en el que se abre una magnifica puerta de enorme dovelaje, que queda descolgada en el muro tras haber sido objeto de acarreo la escalinata que le daba acceso.
Este monasterio franciscano fue una de las tantas victimas de la desacertada desamortización de Mendizabal. Nunca un decreto hizo tanto daño al patrimonio español, como este de 1836.
Con la venta de ese inmueble comienza su declive, comienza su ruina, comienza el proceso de desmantelarlo y convertirlo en el telúrico erial que es hoy.
Ruina romántica, cascarón vacío que nos invita a soñar con las riquezas desaparecidas para siempre y que un día encerró.
Los días nublados
Son austeros los día nublados.
Sonata de crepusculares grises.
En el encharcado suelo chapotean mis canes.
Trinan los gorriones bajo los aleros.
Y los nubarrones de piedra cercan el valle.
Ni una hoja se mueve en esta calma de plomo.
No se despeja la tristeza en esta mañana de duelo.
En este duelo de anochecer que ha llegado tan temprano.