Soy rey en el exilio con un triste séquito de polillas.
En las altas horas nunca estuve solo.
Ahora rendido todos me abandonan.
Traidor interés que ciegas en la bonanza con tu exceso de presencia.
Y en la carencia brillas por tu ausencia.
Solo parto, solo y sin inútil peso.
Y tarde entiendo la falsa compañía de ayer.
La de los que hoy me propinan desprecios.
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