No me amilanan los levantiscos.
Los centauros de las noches locas.
Sirénidos de gritos teatrales y baratos.
Híbridos estériles, frutos de las oscuridades de tortura.
Revoltura de esquinas curvas.
Dobleces raídas en el arca.
Sin haber tenido ni un día de gloria.
Gloria de verbena de aire en la plaza publica.
Acémilas fuertes pero testarudas.
Acemileros que son los únicos que en esta partida ganan.
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