Hienas que vivís amparadas por la ceguera de la casa consistorial.
Cazáis en grupo y vuestros alaridos de grupo se escuchan lejos.
En esta fin de fiesta, de la fiesta de vuestro año de crímenes.
Pido al cielo lluvia de fuego en vuestros cubiles.
Y que os roan las entrañas vuestros propios deseos de ponzoña.
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