El misterio nos da la bienvenida con su burlona sonrisa.
Exalta nuestro pánico con sus desafíos.
Rodeados de desiertos ignotos, muros carceleros que cierran en su inmenso horizonte.
Torrente alborotador que nos hace idear, extender nuestra percepción en la conjetura, en la hipótesis, en la fantasía irreprimible que nos permite no vivir en el vació, ese vació de pánico, de miedo, de terror.
El misterio es un torrente de renglones, de paginas, de libros, de mundos de libérrima ciencia ficción.
El hombre no soporta la ausencia de percepción.
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