lunes, 3 de abril de 2017
Amores que nos abrasan
A veces el destino nos abrasa el rostro
y nos marca para siempre,
y nos destroza la belleza,
y nos obliga a vivir la torturadora existencia de ser un monstruo,
un observado monstruo digno de compasión,
un monstruo que un día fue trofeo perfecto,
que fue pieza codiciada en la colección del que nos amo,
del que disfruto poseyendo nuestra bella faz,
Poseyendo nuestro bello cuerpo.
Amor que me odias tanto
y has destrozado con tus ácidas babas mi semblante,
no puedo perdonarte,
pero quiero olvidad que intestaste destruirme,
destruir mi vida, destruir la piel que encierra y contiene mi alma.
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