Amanece y aun no has aparecido.
Se diluyen los damnificados por la vida.
Desaparecidos por amor.
Amores inconvenientes.
Amores tragos amargos que envenenan días y días.
Si solo fuera un aviso, una rabieta.
Pataleta de insatisfacción.
No has llamado para contarnos tu sufrir.
Sola en el limbo de las angustias, espinosas raíces de árboles de perenne sombra.
Borrasca de miedos e inseguridades, susurradas al oído por el mal amado, por el necio cruel que te ha quitado la vida.
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