EL DOLOR NO ATIENDE A RAZONES.
Victimas de una gota.
De la última gota.
Después de haber sobrevivido a mil cataclismos.
Es la última gota la que nos devasta.
Es la última gota la que nos aturde y ciega.
No atiende a razones la riada del cansancio, de la tristeza, del desapego.
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