Tras el estío explota de verdor el acanto.
Lagartos al sol.
Alborozo de periquitos en la solana.
Bañados de luz los charcos de zinc.
Ondea la ropa blanca de bordados de paciencia de ayer.
Patio claro, patio de casa de piedra.
Las acciones hablan, la luz habla y ni el estío, ni el otoño las calla.
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