Huir no es trasladar de sitio la poltrona.
El exiliado todo lo deja atrás.
El que disiente y se exilia no se va con los bolsillos llenos.
El que se va con los bolsillos llenos y traslada de sitio la poltrona es porque no le gustan las vistas, pero como buen apoltronado no hace nada por cambiarlas.
Solo se gira y da la espalda al panorama desalentador y se marcha ufano a Cayo Coco.
Que poca credibilidad genera el que critica desde su molicie el sistema, mientras se rasca la panza llena de la escasa pitanza.
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