El sol seca mis charcos.
Temo la claridad de los largos días.
La despiadada fiereza de los rayos del sol.
Temo la embriagante libertad de la floración.
No se volar tras tanto cautiverio.
Y temo perderme en el enorme y despejado horizonte.
Somos seres de agua y en los tristes charcos está la creación.
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