Dígitos del nuevo computo.
Cifras del nuevo orden.
Marcas indelebles de nuevo retortero.
Sin séquito arriba presto el cobrador de excesos.
No quiero serpentear y serpenteo.
Mil puertas no se me abren aunque las golpeo con bravura.
Camino torcido, quiebro nada recto.
Orografía de desfiladeros.
Camino blando, escorrentía fácil de aguas fuertes, rápidas, descarnadoras.
Lesivo lecho de cantos cortantes, aborregados, paridos en los estertores del partir ligero, sin nada, vuelo evaporador.
Y ya nube, el nuevo e irredento ciclo.
jueves, 11 de abril de 2013
Carnero rendido
Son las puertas mal cerradas las que posibilitan que entren ladrones, escándalos, extorsiones.
En la nueva etapa sin cerrar bien las anteriores.
Anochece en esta vorágine salvaje y por mis puertas mal cerradas se cuela el aire.
En esas salas guardo golpes, palabras, crímenes, soldados de plomo, muñecas de trapo, vicios y el pañuelo que seca mis lagrimas, esas que me delatarían y conllevarían el derribo de las torres de mi estrategia.
Salones del inframundo, cuevas de autoinfringida tortura.
Camerinos donde bajo siete llaves me acicalo y recompongo para ganar mis guerras.
Entra frío por las puertas de las salas donde soy yo sin artificio, donde soy vulnerable, fácilmente herible, carnero rendido por las zarzas.
En la nueva etapa sin cerrar bien las anteriores.
Anochece en esta vorágine salvaje y por mis puertas mal cerradas se cuela el aire.
En esas salas guardo golpes, palabras, crímenes, soldados de plomo, muñecas de trapo, vicios y el pañuelo que seca mis lagrimas, esas que me delatarían y conllevarían el derribo de las torres de mi estrategia.
Salones del inframundo, cuevas de autoinfringida tortura.
Camerinos donde bajo siete llaves me acicalo y recompongo para ganar mis guerras.
Entra frío por las puertas de las salas donde soy yo sin artificio, donde soy vulnerable, fácilmente herible, carnero rendido por las zarzas.
Novedad
Hoy me he levantado cansado de probar venenos.
Abatido y postrado por una desidia primaveral que he arrastrado todo el invierno.
En la novedad de atroz pravura muero.
Solo veo el suelo del primer paso.
El firme de los siguientes ignoro donde esta.
Abatido y postrado por una desidia primaveral que he arrastrado todo el invierno.
En la novedad de atroz pravura muero.
Solo veo el suelo del primer paso.
El firme de los siguientes ignoro donde esta.
Miliarios
Cogeré en las manos tu corazón y me cuestionaré tu dolor.
Mimos de oro pavimentan con seguridad el camino de tu alma.
Camino empedrado de caricias, de besos, de zalamerías.
Miles de miliarios jalonan los kilómetros y kilómetros del camino de mi amor por ti.
Mimos de oro pavimentan con seguridad el camino de tu alma.
Camino empedrado de caricias, de besos, de zalamerías.
Miles de miliarios jalonan los kilómetros y kilómetros del camino de mi amor por ti.
martes, 9 de abril de 2013
Inhumano
Me he vuelto noctambulo, como las luciérnagas, sin el competidor sol.
Me he vuelto siniestro como los vencedores, como los que medran, como los que sin temor y remordimiento trepan sobre montañas de cadáveres.
Me he vuelto altivo como los mediocres, como los sin talento que dirigen desde las alturas a la tropa cegada por el brillo del stras.
Me he vuelto indolente como los que soportan la visión de la contienda con una frívola carcajada en sus bocas recompuestas con cegadoras y blanqueadas fundas.
Me he vuelto inhumano como el inhumano mundo del éxito terreno, el único que ansia el ramplón hombre.
Me he vuelto siniestro como los vencedores, como los que medran, como los que sin temor y remordimiento trepan sobre montañas de cadáveres.
Me he vuelto altivo como los mediocres, como los sin talento que dirigen desde las alturas a la tropa cegada por el brillo del stras.
Me he vuelto indolente como los que soportan la visión de la contienda con una frívola carcajada en sus bocas recompuestas con cegadoras y blanqueadas fundas.
Me he vuelto inhumano como el inhumano mundo del éxito terreno, el único que ansia el ramplón hombre.
Armisticio
En el baptisterio se firmará el armisticio.
Entre pavos reales y aves liras.
Belleza tras la deflagración.
Planta cruciforme de martirio de rey de Jerusalen.
Acerada zambra y gresca tras la mirilla.
Contra veta es el tajo, nada certero pero si desgarrador.
La lascivia machona y enana ladra en las escaleras, marca indeleble de trastornos de lupanar.
Entre pavos reales y aves liras.
Belleza tras la deflagración.
Planta cruciforme de martirio de rey de Jerusalen.
Acerada zambra y gresca tras la mirilla.
Contra veta es el tajo, nada certero pero si desgarrador.
La lascivia machona y enana ladra en las escaleras, marca indeleble de trastornos de lupanar.
Volar sin norte
La catástrofe de perder es a veces la de no volver a recuperar.
La punzada del sin remplazo.
Es amor es un libro en préstamo que si no cuidamos se nos retira.
Hacer daño sin pretenderlo tiene un caduco atenuante.
Hartazgo de escusas.
Vicio de justificaciones.
Una no pedida explicación es una inculpación.
Es muy triste ser un pájaro libre, con tanto horizonte y sin nido.
La incertidumbre de volar sin norte.
lunes, 8 de abril de 2013
Valor
Esperando el valor.
Es la filigrana que en espirales, roleos y bucles construye el pectoral que abrasa mi pecho y frena mi mano.
Es duro la quemazón del tizón de tu diestra.
Furtiva y certera puñaladas me asesta y finge siniestra que profiere caricias.
Que poca dicha en mi vida, y aun así la vivo.
Sin fuerzas para abordar rupturas y siendo fuerte en aguantar desdenes.
No entiendo el hilo que unido a ti me mantiene.
Mas indolente aguanto estoico mil sinsabores.
En sueños corto de un tajo el vinculo.
Y despierto me achanto a tu vulgar grito.
Sera mañana mi día confió.
Valor que caro te vendes.
Valor que poco a mis suplicas atiendes.
El valor esta en mi y no termino de asirlo de forma certera.
Espera mi mano la orden y el pecho me arde.
Rendido y cobarde aguanto y mil veces perdono.
Paciente es mi alma cristiana que no empuña el hierro.
Mientras el a hierro me muele.
Y yo me reconforto, en el quizás no me ocurra esto mañana.
Altísima y alargadísima sombra
Los escasos agradecimientos, llegan frecuentemente tarde.
Extinguida la luz nos percatamos de su valía.
Caminos de miedo, de competitiva angustia.
Temor a los rivales vivos.
Esos que tanta sombra proyectan desde las altísimas alturas.
Te quiero tanto en la ausencia, detesto tanto tu presencia.
Presencia de cegador estar.
Fulgurante cometa que impide otro brillo que no sea el de su rutilante estela.
En el adiós te quiero y digo de ti que en vida te quise.
Necia envidia que presta va a llorar a los pies del cedro caído.
Nada de este mundo me llevo, pero para dolor vuestro quedo mi obra, sombra alargadísima que a mis rivales, que no a mis iguales, por siglos anula.
Extinguida la luz nos percatamos de su valía.
Caminos de miedo, de competitiva angustia.
Temor a los rivales vivos.
Esos que tanta sombra proyectan desde las altísimas alturas.
Te quiero tanto en la ausencia, detesto tanto tu presencia.
Presencia de cegador estar.
Fulgurante cometa que impide otro brillo que no sea el de su rutilante estela.
En el adiós te quiero y digo de ti que en vida te quise.
Necia envidia que presta va a llorar a los pies del cedro caído.
Nada de este mundo me llevo, pero para dolor vuestro quedo mi obra, sombra alargadísima que a mis rivales, que no a mis iguales, por siglos anula.
Sol
Hoy huele a sol, desde bien temprano.
Un sol que airea la ropa blanca que hondea al viento en la roja terraza.
Un sol de hiervas verdes, de brotes y blancas flores de cerezo.
Hoy huele a sol que evapora humedades y seca antes de que afloren lagrimas.
Hoy huele a sol y me siento bien.
Un sol que airea la ropa blanca que hondea al viento en la roja terraza.
Un sol de hiervas verdes, de brotes y blancas flores de cerezo.
Hoy huele a sol que evapora humedades y seca antes de que afloren lagrimas.
Hoy huele a sol y me siento bien.
Sara montiel, SARITISIMA
Todas las divas van al cielo.
Todas las estrellas vuelan a lo más alto.
Todas deciden vivir en rascacielos.
Con su gran altura de miras.
Con su bello sello de vanguardia.
Ángeles caprichosos que en su bello STAR, nos alumbran el justo tiempo.
Y es justo que vuelen al OLIMPO y descansen en el cálido seno del ALTISIMO.
Todas las estrellas vuelan a lo más alto.
Todas deciden vivir en rascacielos.
Con su gran altura de miras.
Con su bello sello de vanguardia.
Ángeles caprichosos que en su bello STAR, nos alumbran el justo tiempo.
Y es justo que vuelen al OLIMPO y descansen en el cálido seno del ALTISIMO.
domingo, 7 de abril de 2013
Pequeñez
No voy a entrar en la reiterativa monserga de autocomplacencia y conmiseración.
No voy a negar lo evidente.
No voy a negar mis trastornos.
No voy a negar que en este encierro de oscuridad estoy ansioso de luz.
Mi inflexible pensamiento me niega el reposo.
La paradójica búsqueda de abrir puertas que me hace encontrar lo que no busco.
Lo pequeño es tan grande.
Lo grande es tan pequeño.
La lejana grandeza.
La cercana pequeñez.
No voy a negar lo evidente.
No voy a negar mis trastornos.
No voy a negar que en este encierro de oscuridad estoy ansioso de luz.
Mi inflexible pensamiento me niega el reposo.
La paradójica búsqueda de abrir puertas que me hace encontrar lo que no busco.
Lo pequeño es tan grande.
Lo grande es tan pequeño.
La lejana grandeza.
La cercana pequeñez.
De presencias y ausencias
Los tratos duran tan poco, palabras de frágil aroma que se desvanecen en la traición.
En el quebranto esta el viraje, codo, recodo, deposito de limos que me vuelve meandrinoso, plomizo, lento.
Luces que enfatizáis crepusculares la dulce atmósfera de mi devenir, no me pidáis cuentas hoy, mañana cuando arribe al mar os las daré.
Estoy triste y enjugo mi pesar en el pañuelo que huele a ti.
Estando sin estar.
Siendo sin ser.
Amando sin querer amar.
Deseando tu presencia en la ausencia.
Detestando tu presencia en la ausencia.
Ojalador
Jerarcas que os distinguís con alhajas de olivino.
Cuantas más alhajas más grietas, más arrugas, más pliegues que hay que concursir y tapar.
Ojalador, que con tus ojales eliminas verrugas, entretente y extirpa tumores en el alma de la ruina que apuntalas.
Hiede por las fisuras de vuestro blanqueado sepulcro.
Las fachadas engañan, los interiores no.
En las tormentas de mi testa, os rendiré.
sábado, 6 de abril de 2013
Cero eterno
Nunca pensé mancharme las manos.
No necesito satisfacer tu afrenta.
Te haré daño en la ignorancia, ciencia que tanto dominas.
Nunca se ara un pedregal.
Ni siquiera en ese suelo se esparce semilla.
Barbecho eterno, que ni en el descanso eterno encuentra la fertilidad.
Sera uno de tus hijos, sangre de tu ralea el que te prive de la pitanza.
Yo nunca con tu tizne me mancharé las manos.
No hay mayor condena que ser cero eterno a la siniestra.
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