jueves, 30 de diciembre de 2021

Afectos instantáneos

 


"Cada instante conlleva sus afectos, pero son sólo eso, afectos fruto del instante."

Irsia Carolain Sprimbol

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Doblan las campanas


En todos los rincones busco el calor, busco el abrazo urgente, el gemido animal, los espasmo de la sacudida última, de la descarga que nos rinde hasta la siguiente guerra.
En la torre doblan las campanas, alguien ha muerto. La muerte lo impregna todo, y es un catalizador que revuelve mis vísceras, y me fuerza a salir a buscar el aliento en mi nuca, de un desconocido al que tras el deshago, no volveré a ver más. 
En todos los rincones busco el calor, que me negué, al no haber sabido construir un hogar.
Doblan las campanas, y su estrepito hace brotar mis ansias, y en mi atormentada mente surgen las imagenes, de la multitud de manos, que sin nombre, manosearon mi cuerpo alguna vez. 

martes, 28 de diciembre de 2021

Frías


Son frías las lagrimas del dolor. 
Son gélidas las lagrimas del placer.
Son abrasivas, son cuchillas, 
que en su transcurrir 
cortan la nívea piel 
de los delicados ángeles 
que deciden amar, 
que deciden precipitarse, 
al vacío que es amar, 
al infierno del amor.

Mi demencia


No es proeza 
mi demencia, 
no es belleza 
este inestable patíbulo, 
en el que malgasto días, 
esta atalaya sin fe, 
de vértigos y frialdad.

Cierro los ojos 
y siento que tu mano 
acaricia mi lomo 
de dócil 
y sometido perro.

Me abre en canal. 
el arado de tu desdén, 
y abierto me
desangro, 
esperando un fruto 
que no llega, 
una semilla que nunca 
llega tu mamo 
a derramar
sobre mi, 
y que nunca 
llegará a florecer.

Nada es inocente 
en el cruel amar.
Todo es cruel 
en el inocente amar.


Vuelvo a ti


Vuelvo a ti, 
como único refugio, 
que atenúa mis pesares.
Sólo tú,
borras los sargazos, 
de mi mar de dudas.
Vuelvo a ti, 
y en el meandrinoso camino 
que es volver, 
me visto de harapos, 
me desvisto de tu gloria.
Vuelvo a ti, .
y tu me recibes sin reproches, 
me lavas 
y restañas mis heridas, 
esas llagas de penar 
por los caminos del mundo, 
persiguiendo el esquivo éxito.
Esa llagas por las que, 
cuando me desvisto, 
en la soledad de mi estancia, 
me desangro. 
Vuelvo a ti, 
a tu abrazo clemente,
a tus besos en mi frente, 
a tu mano firme, 
a tu calor de lumbre.

sábado, 25 de diciembre de 2021

Remostoso


El remotos turrón se pegaba a mis dedos, a pesar de la oblea. 
Días de empalagoso afecto, de azúcar y triste hiel. 
Días en los que una minúscula china en el bello zapato, convierte nuestro altivo caminar, en un suplicio. 
Nadie sabe lo que sufro, y nadie nunca lo sabrá. Pregonar mi pesar, sería como miel en la boca del asno, no lo sabrían, ni entender, ni paladear.
Llueve en la calle de las luces que tililan, en la calle vacía, en la intemperie.
Gracias al tirano, ya no nos tenemos que besar. 
A pesar de que soy muy de incumplir decretos, este, gustoso, escrupulosamente lo cumplo.

La luz miente


"Yo no creo lo que dices, pero leo tus palabras. Sólo creo lo que veo, pero soy consciente de que la luz miente."

Irsia Carolain Sprimbol

viernes, 24 de diciembre de 2021

Vulnerables


Eternamente vulnerables, 
cañaveral pasto de las llamas, 
infierno de caricias no recibidas, 
de besos lanzados 
al gélido viento de la soledad. 
Nada encaja en la confusión de amar.
Mírame, 
soy fortaleza arrasada 
por la vejez.
Eternamente vulnerables.

Pólvora


El estruendo de pólvora, 
llena de coral mis yemas.
No soy tu isla, 
sólo soy un naufrago, 
perdido y solo, 
en tu intrincada enormidad.
La pólvora, 
llena de pesar mis horas, 
y el reguero carmesí, 
delata mis lecturas.
Mis venas garabatean,
con su violáceo tormento, 
el complicado adiós 
de quien no sabe como irse.
El estruendo de pólvora 
de tus cantos de sirena, 
me zahiere 
en este irredento valle 
angosto y sin caricias, 
desfiladero atroz, 
que las aguas claras 
y sus rumores, 
cortan, hieren. 
¿Quién transitara tus playas? 
Cuando yo ya no esté.
Tu salario es rencor.
Y yo bajo el mar, 
libre de los susurros, 
ya no oiré más 
lo que la aridez del pedernal, 
dice de mi.

Todas las Noches son Buenas


Son laboriosas las trampas, 
la red de hilos de colores que hondea al viento. 
Son atractivos los manjares, 
de la rica mesa que ofrezco a mis enemigos.
Con sigilo y estrepito, 
tejo la urdimbre espinosa 
de mis zarzas. 
Ni mis labios dicen la verdad, 
ni mis ojos de pasta vítrea 
me delatan.
De anacarados brillos, 
es la estela de mi deambular.
No te confíes, 
no te fíes, 
no te distraigas.
Torre a torre, 
alfil a alfil, 
desmantelo tu imperio.
Laboriosa hormigas, 
insignificante David, 
que tiene a Dios, 
como aliado y amigo.
No soy Salome, 
pero bailaré y distraeré a tu ejercito, 
mientras mi caballo te mata.
Todas la Noches son Buenas, 
para cazar bastardos.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

En los días grises, no brilla la pacotilla


En los días grises, ..
no brilla la pacotilla, 
no chisporrotean 
los azogados cristales, 
de mis rapiñadas alhajas. 
Como una urraca 
enjaulada me siento, 
en estos días de lluvia. 

sábado, 18 de diciembre de 2021

Meandros de un río de tinta


Todos estamos 
llamados a morir. 
Todas las torpezas 
dejarán un día 
de anclarlos 
a la orilla 
en la que nacemos.
Todas las proezas, .
los tesoros, 
los billos 
caducarán.
Nada es eterno,
Sólo es eterna, 
la eternidad.
Tristes garabatos,
meandros de un río de tinta,
que borrará el infierno.


Ahora, escribirás para mi


 - A veces, escribo algunas cosas, inconexas, raras, existenciales. 
Él abrazándolo aun más fuerte, le dijo:
- No te preocupes, todos somos así.
Pero renglón seguido matizó.
- Bueno, no todos. Sólo nosotros, los iniciados tan tempranamente en la senda del dolor, ese cauce, que no es el que todos transitan, ese cauce, de búsqueda y aceptación por el que nos vemos obligados a buscarnos y a reconocernos.
Sin dejar de abrazarlo, lo beso en la frente y le dijo:
- Ahora escribirás, esas cosas raras, para mi.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Bastardía


Desenredar la red de mentiras, que se traza desde el despachito, desde la encumbrada mediocridad, encumbrada por mediocres, no es fácil, tampoco difícil, es sólo agotador. Es, una lenta y larga batalla en solitario, porque nadie es lo suficientemente valiente, para publicamente secundar la lucha que tu mantienes, contra tanta bastardía, contra tanto nuciente bicho, contra tanto parásito. Desenredar la red clientelar, la red que recrece derechos a algunos, a los afines, a costa de menguárselos a otros. 
Sin códigos éticos, sin moral, todo está bien, la ley se infringe, se vulnera, se delinque. Mediocres crecidos en las cunetas, elegidos al azar, sin verbo, expertos en el exabrupto. cabezas tocadas por el trapo del polvo, cabezas incendiadas por la vulgar potasa, bocas desdentadas que con la vulgaridad de un aberroncho, vomitan maldades, bilis, envidia.
Desenredar la red de maldad, la remostosa urdimbre, donde las moscas hediondas quedan pegadas, por obra y gracia de la alienante red clientelar.
Estar solo, en este anodino paramo de garrapatas, no es nada malo, no es una condena, al revés, es un estado de gracia, un gratificante estado de pureza, es nieve virgen que ningún zafio pisotea. Solo y feliz, juego, diezmando fichas negras, devorando peones, torres, alfiles, reinas, asediando al rey que se se esconde en su despachito angosto, en  la confusión de su mente estrecha, en su enorme desierto de ignorancia y inferioridad. 
Acorralados en su abultado número, acorralados en su bosque de fechorías, en la regatera donde perdieron la virginidad.
Estoy solo, pero nunca estoy mal acompañado. 
Con Dios, me acuesto.
Con Dios, me levanto. 
Con la Virgen María y el Espíritu Santo.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Quiero ser animalista




Quiero ser zorra.
Quiero ser urraca.
Quiero ser comadreja, graja, harpía.

Amo ser guarra.
Amo ser perra.
Amo ser culebra, víbora, harpía. 




domingo, 28 de noviembre de 2021

Y no lo espanta


Roza la luz del alba, 
el infierno de las sombras,
roza las dudas 
y no las disipa,
roza mi frente 
y no la sosiega.
Se evapora el roció 
y una suave niebla 
surge de la hierva 
Como si ardiera el prado,  
se despide noviembre, 
sembrando frías dudas. 
Roza la luz el miedo 
y no lo espanta.

sábado, 27 de noviembre de 2021

Isabel Torres, Reina de Corazones y de los broncíneos canes de la Plaza de la Catedral




Erase una Reina, que estaba encarcelada en el pecho de un infante, una Reina escondida, que luchaba por salir y sobrevivir. 
Nada más nacer el niño, afloraron en él, mil gracias. Mil gracias que le recomendaban reprimir, mil ademanes de Reina, que no sabía contener. No es fácil nacer con ese brío, que en el pecho se desbosca y que como soberbio auriga, guía la cuadriga de nuestra vida, sorteando los acantilados mortales de las habladurías, sorteando los pantanos del miedo de nuestros afectos, esos que de tanto querernos con infinita locura, piensan que somos barro en sus manos, subestimando el imperial brío que habita nuestro corazón e impregna indómito todo nuestro ser.
Pero la fiera paloma que aleteaba en el regazo del infante, para defender su existencia y su vida, se torno águila fiera, que defendió ademanes y melifluas maneras, con las garras, la fuerza y la bravura que da buscar y perseguir la propia existencia y la felicidad.
Y el infante, que veía en los espejos a su Reina, consiguió tras muchísimos avatares, que la bellísima Reina atravesara el espejo y fuera una Reina mortal entre los mortales.
Y la Reina tuvo suerte, y el infante tuvo mucha suerte, ambos tuvieron la suerte que les sorteó el loco auriga, en la carrera de zancadillas que es vivir, la complica, e injusta a veces, vida. El loco auriga peleó la victoria para el pecho, la peleó para el corazón enorme, que latía en el noble alma de aquella Reina, que nació infante, de aquella Reina, que consiguió con tesón, su mundana corona y un titulo expedido por un juez, que la declaraba oficialmente, Reina de Corazones, Reina de enorme corazón. 
Y así, ya Reina, ya la liberaba de la crisálida del infante, de aquel cuerpo, que durante muchos años encerró la torrencialidad de aquel río de talento, que era aquella bella y encarcelada Reina.  Y así, cuando asumió la belleza de su nuevo ser, en la Plaza de la Catedral y del Ayuntamiento y en presencia de los broncíneos canes que la vieron nacer, fue coronada, en el reino que era su Isla, y subió al trono con el nombre de Isabel. 


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Los estanques


Los estanque y sus reflejos me producen pavor, enfrentarme a mi mirada inquisidora, a esa lejanía atroz del ideal, percibir las fisuras de mis faltas. 
Siempre tuve miedo al agua, a los seres escurridizos que la habitan. Mi infierno es un lago de aguas cristalinas, que repiten el mundo que a ellas se asoma. 
No me gustan los espejos y su remedo constante, es exasperante que repitan mis muecas, mis vicios, mis miedos y ansias. Estanque gélidos que se regodean en el plagio. 


domingo, 7 de noviembre de 2021

Flores


Las hojas del limonero, mecen mis pensamientos y el almíbar del sol de las doce desnuda la higuera y la prepara para que la despose el invierno.
Sólo y a solas me tomo mi tiempo, para rendir cuentas a la voz de mi Dios, que me susurra en el viento.
Si tu me quisieras, como yo te quiero, no rodaría por las manos de estos infiernos.
Las hojas del limonero, me acarician al sol de las doce.
Y mis pensamientos ruedan, susurrando a mi Dios, que tú me quieras, como el invierno a la higuera, y que cuando seamos sólo tierra, las flores aniden en nuestras manos de agua y primavera.

martes, 2 de noviembre de 2021

Don Avaricio


Estar obsesionado con poseer es una tormenta, una riada. una asoladora obsesión, que no se puede disimular, que erosiona los afectos, que genera una devastadora pulsión, que nos rodea de la codiciada riqueza, pero nos aísla en la lóbrega mazmorra de la soledad, que nos fuerza a un amor mezquino, que es estar obsesionado única y exclusivamente con atesorar.
Don Avaricio, le comenzó a llamar su madre, nombre que trascendió muy pronto el domestico ámbito y termino por ser voz populi en aquel pueblo pequeño y angosto, de miras y emprendimiento. 
A la luz del hoy, quizás tenga su lógica, aquel ensimismamiento en los brillos, en los objetos, en su magnético poder, en la envidia que generaba en su entorno la destreza para conseguir, perseguir y alcanzar aquellas metas materiales, que tras traspasar el umbral de su casa, perdían todo interés y pasaban a ser castillo conquistado, batalla ganada, que abría la puerta a la posterior. Él era sabedor de sus tesoros, los almacenaba, sabia que allí estaban, pero tenia claro que la locura y la obsesión se encontraba en la siguiente andanza, en el próximo botín, en la nueva razzia. A la luz de hoy, es fácil ver que se sintiera solo en aquel erial, en aquel cerrado infierno sin ingenio. A la luz de hoy, es explicable que se refugiara en su hogar, al calor de unos tesoros, que le proporcionaban  placer y confort.
Paulino Ezequiel Sarmiento de Amaro y Garlocho, nació el trece de noviembre de 1913, hijo primogénito y único de don Paulino, el veterinario de Carralfermoso, se crio solo, en la quinta de los Amaros, un caserón a las afueras del pueblo, un caserón sombrío en lo alto del teso de San Sebastián. La clase marca distancias y reduce el circulo de las relaciones, que en el caso de Ezequielito, era directamente tan limitado, que era cero. Esa ausencia de relaciones y la influencia de su madre, Rogelia Asunción Garlocho y Garay, una mujer soberbia, clasista y muy beata, que pensaba que el único que tenia nivel para codearse con ella, era el cura, por ser el represe, en el pueblo, de su Dios. 
El vástago de la casa grande como llamaban al siniestro palacete neogótico del veterinario, sólo acudía al pueblo los domingos y fiestas de guardar, con su madre, para oír misa, por supuesto desde la primera fila, desde el banco de los Sarmiento de Amaro, colocado en el lado del evangelio. Allí, sentadito sobre el terciopelo rojo, oía misa el linajudo Ezequielito, con su altanera madre, vestida siempre de riguroso negro y parapetada tras los lujosos arabescos de encaje de sus velos.
Era fácil ser distinto con estos antecedentes, con esa mamada soberbia de clase alta, con ese esmerado celo por todos los detalles y por medir y cuidar todas las palabras y movimientos.
Ser así, no era ser feliz, era generar envidias, era resultar ser alambicados e inalcanzables.  
Don Avaricio, creció así, entre criadas e institutrices, mimado y protegido como delicada porcelana. Creció con la insana semilla del acaparar, coleccionar, rendir, poseer, lograr. Nunca es suficiente, le decía siempre su madre, madre que luego criticaba en el infante, su egoísta modo de ser.  
Su coleccionismo se inicio, rapiñando objetos de su propia casa, objetos brillantes, que terminaban en el gabinete de curiosidades en el que se convirtió su habitación. Su cuarto era muy amplio y con mucha luz, en el lado del amanecer  tenia tres ventanales geminados seguidos, con parteluz de mármol rojo, y en la fachada norte, una garita cilíndrica se proyectaba en el inexpugnable muro pétreo, una defensa, donde él, protegido, podía con su catalejo vigilar, desde las abocinadas saeteras, el pueblo. Aquel cuarto había sido el despacho de su abuelo Ezequiel, era un cuarto en la segunda planta, una estancia tranquila, alejada del ajetreo de las criadas y muy distante del cuarto de sus padres que estaba en la primera planta y en la esquina contraria. Todo en aquella habitación era propicio para el ensimismamiento y me atrevería a decir, que la personalidad de Ezequielito, don Avaricio, se ahormo y conformo por obra y gracia de aquella habitación. Frente a los ventanales estaba la gran mesa de trabajo de su abuelo, en la que estudiaba y recibía clases él, bañada de luz, en ella tenían su primera parada los trofeos, allí con una lupa eran analizados y tras haber sido disfrutados y haber perdido el inicial interés  pasaban a los estantes de la enorme vitrina de estantes vacíos, donde estuvo la biblioteca de su abuelo. Cuando los objetos de sus razias en la vitrina, se veían minúsculos, casi desaparecían en aquel inmenso armario que ocupaba la pared frente a las ventanas bíforas. Y él pensaba entonces, la de trofeos que tengo que conseguir, para llenar esa enormidad. Así, de este modo, cuando desaparecía algo en la casa, al primer sitio que se iba a buscar, era allí, a la vitrina del señorito Ezequiel. 
Se maceró la rareza, en aquella estancia, conforme se fueron atestando los estantes, conforme el cuerpo de delicado infante dio paso al de un apolíneo joven, bello y siniestro, codiciado y distante, un joven que volvía a su guarida con los baúles llenos de nuevas bagatelas, de los tesoros que adquiría en la capital mientras cursaba los estudios de veterinario como su padre. Los raros astros se atraen y sus trayectorias terminan por colisionar. En Carralfermoso, era imposible la relación con iguales, pero en la urbe de Cienpalacios aconteció la colisión. Marcelo Fiz, era otro excéntrico, un hombre diletante, un entusiasta de la belleza, un apuesto y codiciado hombre solo, de verbo chisporroteante, de porte esbelto y mirada gélida. Su primer contacto no fue visual, su primer contacto fue táctil, sus manos se tocaron, intentando aprehender una biografía de Alejandro Magno. Con las manos agarradas sin soltar ninguno de los dos la presa, se miraron a los ojos y sin ceder, sus ojos, recorrieron sus rostros y centrándose en sus bocas se dijeron al unísono, yo lo vi primero. Ninguno estaba dispuesto a ceder el botín, aquella biografía encuadernada en pergamino, de Remigio Arnisedo y escrita por la Reina Cristina de Suecia.
Ni Marcelo, ni su tórrida y varonil mano, ni su fría mirada, consiguieron que el bello Ezequiel desistiera y soltara el libro, con lo cual, sopesando que era el alto precio a pagar para conseguir al apuesto efebo, Marcelo, sin soltar aun ni la mano, ni el libro, miro a los ojos terrosos del muchacho y le dijo: 
- Es tuyo, pero con la condición de que tú y el libro, acudáis esta noche a mi casa a una selecta tertulia literaria. 
Renglón seguido, tras soltar el libro, pero insistiendo en seguir rozando la mano del joven y centrando su mirada azul en su jugosa boca, le dijo: 
- Por cierto ¿Cómo se llama el afortunado a quien he cedido el libro?
 A lo que el muchacho, contesto raudo, deshaciéndose de la mano rival y llevándose el libro al pecho.
- Me llamo, Paulino Ezequiel Sarmiento.  
Ya en su cuarto en la pensión de Oriente, en la Plaza de los Reyes Godos, Ezequiel, pudo  disfrutar y acariciar el libro, pasar el dedo por sus paginas, mirar con lupa la fecha de la edición y el sello violeta que decía, que había sido propiedad del Marqués del Muni. Rápido miro en el anuario de la nobleza, para buscar el titulo, para saber quien se había desprendido de aquel tesoro y el porqué.
El Marquesado del Muni, lo había concedido la Reina Regente María Cistina de Hamburgo, a favor del Embajador en Francia, Don Fernando de León y Castillo, el titulo hacia referencia al territorio español del Río Muni, en  La Guinea. Si su se creo en 1900, quería decir que el Marques, tambien era un apasionado de los libros viejos, o quizás un admirador de la figura de Alejandro Magno, o que estaba fascinado por la Reina Cristina de Suecia.
Rendido tras tanto divagar, se tumbo en la cama un rato y se durmió con el libro sobre el pecho.
Cuando despertó ya eran las seis y a las siete habían acordado que pasarían a buscarle para la tertulia literaria. Sentía una cierta pereza, no le apetecía demasiado hacer vida social, tener que salir y hablar. Se incorporo de un salto, y el libro cayo al suelo, el libro del destino, el libro por el que debía ir a casa de Marcelo Fiz. Mientras se arreglaba se repetía de forma machacona;
- Contra pereza, diligencia.
Se engomino el cabello y lo peinó hacia atrás, su cabeza era un escarabajo coruscante. La tensión del pelo abría aún más sus ojos terrosos y hacia más largas sus pestañas, que al parpadear araban  grandilocuentemente el aire.
A las siete, él, estaba ya en la puerta, y puntual llegó el coche.  Lo conducía un hombre tosco, callado. Ezequiel, se sentó en la parte de atrás e inspeccionaba por el retrovisor la mirada de aquel chofer tan huraño. No cruzaron palabra en todo el trayecto, era octubre y a aquellas horas, y la luz del día comenzaba a desfallecer. Habían salido de la urbe y se encaminaban a la zona de la loma noble, así era como llamaban a la ladera oeste de Cerro Verde, zona en la que se asentaban las quintas de los acaudalados de Cienpalacios. La  verja del portón principal estaba abierta, enfilaron una larga recta flanqueada por enormes tilos, parecía que atravesaran un túnel, y al final aparecía la casa, tras una explanada en la que había aparcados al menos diez coches. El chofer aparco en la puerta y con voz áspera y viril, le dijo:
- Señorito, ya hemos llegado, baje usted, le deben estar esperando.


lunes, 25 de octubre de 2021

Huele a fiebre


Huele a infierno, a macerado infierno, a arrasador invierno de desafectos, de alcohol, de bullir sin sentido, de hambre por sentir la grácil caricia de un ángel. 
Huele a lluvia, a fiebre, a soledad y miseria.
Ya no tengo nada, salvo los fríos brillos de la urraca, cristalitos cortantes que con su brillar me desangran.

viernes, 3 de septiembre de 2021

martes, 31 de agosto de 2021

Hipocresía


Adorno mi fachada con guirnaldas de gloria.
Escondo mi trastienda tras pesadas cortinas de terciopelo carmesí.

domingo, 29 de agosto de 2021

Sumisión


Está la dicha en no pensar, en no ladrar, en lamer la vileza del vil.
Está mi mano pendiente de tu boca, de tu orden, te tu deseo que me arrastra a la dicha que es complacer.
Está mi mente abierta al azul del mar, del cielo, de la brisa, de la espuma que lame en la orilla de arena tus pies.
No quiero pensar, y amar sin norte y temer tu furia, y sentir la sumisión que es el placer.


 

jueves, 26 de agosto de 2021

Omerta


No, no quiero ser insensible ante esta lacerante farsa, ante el cinismo de tanto crecido farsante, ante la omerta de los que adulan al sátrapa.
No quiero que me distraiga el verano y que en el calor de su fiesta, me olvidé de sus tropelías y de sus arteras mañas. 
No quiero ser insensible ante su lacerante farsa, no quiero dejar de combatir  a su ejército de mercenarias garrapatas. 

domingo, 13 de junio de 2021

Sólo lo inconveniente


No es reflexivo el placer, 
es sólo una inflexión 
tras rozar uno de los tantos 
y vulgares cielos. 
El abismo, siempre está presto 
para devorar proezas. 
El humano, siempre está dispuesto 
a repetirlas. 
Días llenos de segundos, 
de últimos de la fila, 
y de intrascendencia.
Sólo el almíbar mortal 
congela la matraca 
del tictac constante. 
Sólo lo inconveniente 
suspende el computo 
de los segundos constantes.


martes, 8 de junio de 2021

Cúpula celeste


Es tan grande mi ego, 
que sólo puedo transitar 
por la sala de la altísima cúpula celeste.
El amor no me habita, 
porque el amor amputa las alas.
No abrazo cercos, 
no me encierro en ninguna cerca. 

lunes, 31 de mayo de 2021

Siempre tuyo


Siempre tuyo 
y abierto en canal, 
como paloma diseccionada 
por los arúspices. 
Libro de caligrafías de sangre.
Busco, 
en este bosque de ruidos, 
la mano que hurgue 
en mis carnes.
Como la araña tiende 
sus laboriosas telas, 
para que en su encaje 
componga música el rocío 
con sus frágiles cristales.
A si mi corazón 
se lanza a abrazar 
el filo del cuchillo 
de plata de los augures.


Me amo



Me amo en el azogado 
reflejo de la luna salvaje.
Tormentas de forzado soliloquio.
A mis devaneos me entrego,
A mi culto onanista me consagro.

domingo, 30 de mayo de 2021

No existo


No existo aunque locamente te quiero, 
aunque locamente cuando me miras 
me desordeno y me hago añicos.
No existo en ese rincón 
en el que tu desdén me coloca, 
en el que tu boca no me nombra, 
en el que tus ojos me arrinconan.

domingo, 16 de mayo de 2021

Prudencia


Me atenaza la prudencia y pierdo el tiempo divagando y desestimando librar batallas por una tibieza castrante, que me fuerza a vivir rasante y sin catar el placer que me niega mi vida conveniente. En el peligro está la victoria y en la conservadora cautela la sosegada derrota. 

martes, 11 de mayo de 2021

Encalló


Sólo una tormenta 
me hizo naufragar. 

Un único rayo 
cambió mi destino.

Sólo tu destello 
a mi me cegó.

Y en tus carceleros escollos 
mi felicidad encalló.


Pinté


Pinté un corazón en tu pecho, 
pensando que por mi latiría.
Lloré lastimero y por mi nunca latió.

Nostalgia


Si mi vida fuera música, 
diría que estoy viviendo 
una marcha fúnebre, 
en la que gimen los violines 
torturados por la angustia. 

Me vapulea la nostalgia. 
Me aguijonea la tristeza. 

Soy mar de alcohol, 
en el que me ahogo 
y me salvo. 

He vivido tiempos mejores, 
pero hoy ya no libro batallas.

Presente de partidas 
y de horas 
que se escapan.

Ya nadie me redime.
Ya nadie me salva.

lunes, 10 de mayo de 2021

El placer devora inocencia


Sólo los iniciados 
entienden lo creativa 
que es la maldad, 
las alambicadas 
estrategias que teje 
la podredumbre moral. 

La perversión 
es sofisticada empresa, 
llena de trampas 
y de fosos 
con hambrientos 
y voraces cocodrilos. 

No hay nada más sublime 
que el placer 
de degradar al puro, 
que el placer 
de torcer 
el sendero impecable 
del perfecto. 

Se acicala Eróstrato,
para con su poder 
de seducción, 
destruir bellos 
e incólumes templos. 

Sólo los iniciados 
sobreviven 
al laberinto carnal 
que les hace rodar 
hasta la sublime 
degradación. 

Ruinas vivas 
que se han curtido 
en las promiscuas batallas 
del desenfreno,  
en las cacerías atroces 
e inmisericordes 
del proselitismo 
de la bella deflagración.

Rozar el cielo, 
mientras uno 
se precipita 
al crepitante infierno.

Placer 
sin norte, 
sin puerto, 
sin calma. 
Bravo mar.
Mar abierto 
a las marejadas 
de las descarnadas 
Parcas. 

El tiempo 
devora belleza 
y la arrogancia 
y el placer 
finiquitan 
inocencia. 

En la palabra escondida


En la levedad está la caricia, 
en la palabra escondida 
que tú sólo sabes comprender.
Conoces mis temores 
y aún así me amas.
Siento miedo al zarpo 
de la lengua bífida,
a su malignidad. 
Cuento estrellas 
en la noche cerrada, 
cuando nadie me ve.  
Las cuento en silencio, 
porque temo al ladrón, 
al que se alimenta insanamente
robando la ajena felicidad. 
Herederos de Caín, 
a los que no hay que despertar. 
En la levedad están mis caricias, 
en las palabras escondidas, 
en la caja fuerte de mi corazón, 
que sólo está a tu merced.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Más allá de Orión


Acertar 
es un infinito.
Errar 
es un infinito.

Todo se desborda 
con sus múltiples posibilidades.
Es elegir 
y comenzar a ver 
el cósmico horizonte.

Serás tú mi estrella, 
o quizás más allá de Orión 
esté mi felicidad.  

lunes, 3 de mayo de 2021

Bueno


"Soy todo lo bueno que me permite mi maldad."

Irsia Carolain Sprimbol

Maricón


No me hiere tu exabrupto, con él, he construido mi fortaleza. La lesividad de tus verbos de odio, ya no me afecta.
Maricón, es un vocablo árido, infértil, que tu zafia mano lanza a mi testa, con el único ánimo, que es el de descalabrarme.




Una lagrima de tinta


Se pierden los renglones 
en el bosque de tu vello. 
Proezas que se desdibujan 
en tu pecho.
Obras son amores 
y por amor martirizas 
la broncínea tersura.
Quisiera besar tus tropiezos, 
escalar tus cimas,
zambullirme 
en los arabescos azules 
de tu infierno.
Surca una lagrima 
de tinta 
tu mejilla 
y yo me muero 
por poder 
con mi lengua 
enjugarla.

Sin dulzor y besos


No busques la expiación en el macho cabrío. 
Tu perdón no está en ese artificio. 
Nos exponemos resistiéndonos.
Nos resistimos exponiéndonos. 
Pura contradicción de tiempos febriles.
Tatuajes para borrar cicatrices.
Tintas malditas para tapar la sangre.
Alusiones imprecisas fruto del alcohol.
Vaguedades de almas a la deriva.
Solté tu mano y ya nunca hice pie, 
en este mar sin dulzor y besos.


domingo, 2 de mayo de 2021

Royamotos, onanismo y especularidad


Reflexiones sobre lo invertido, la imagen especular y el onanismo.
No es la soledad la que genera la introspección, el síndrome de Narciso, el complacerse y amarse, es el buscar estar solo para disfrutarse frente a los sublimes estanque del remedo que son los espejos. Nos estudiamos y nos conocemos mirándonos, nos sentimos satisfechos mientras vemos como nuestra mano nos acaricia, mientras ensayamos seductoras muecas, mientras besamos la frialdad de esa barrera que nos impide abrazar al idéntico, y poner en practica con él, y él con nosotros, todas esas estudiadas destrezas que han nacido de la desnudez, de la franqueza, de las formas sublimes del que de todo se despoja.
Yo me amo, yo me mimo, yo me estimo y me complazco, y nada debo en esa transacción, porque ningún peaje paga mi cuerpo por sentir caricias, porque ningún peaje paga mi mano por acariciar. 
En los estanque de aguas cristalinas, en sus brazos gélidos, es donde mejor descanso yo.
Es mi amor especular, es amor invertido, es amor que repite e imita todos mis gestos.

ROYAMOTOS & SOTOMAYOR

jueves, 29 de abril de 2021

Hay amores que matan


Prendió el cigarrillo y aspiro como si quisiera consumirlo de una sola calada. Estaba anegado de nuevo por aquella insana ansiedad que lo poseía y destrozaba desde que comenzó a amar a Fran. En su cabeza resonaba la canción "Hay amores que matan" y él, sin fuerzas, se dejaba morir.

martes, 27 de abril de 2021

Siento frío


El amor es áspero, es sublime, es hiel.
El amor es valiente, el amor es temor.
En los estanque de las ausencias lloro en silencio.
Y la imagen de tus salvíficos roces 
me hunde en un mar de limarones. 
El amor es áspero, es endiablado dulzor.
El amor es calor, el amor el tormentosa espera.
Siento frío si tus brazos no me rodean.

Reflexiones sobre las cuadras, los mares y los museos.

 


"La basura no sólo degrada los mares, la basura llena las salas de arte contemporáneo, la basura es premiada en muchos certámenes. La basura no es arte, pero pasa por subversivo arte."

"Y como toda obra-mierda que se precie, necesita y requiere el grandilocuente puntal de un fatuo prospecto."

Irsia Carolain Sprimbol

Reflexiones sobre las cuadras, los mares y los museos.

lunes, 26 de abril de 2021

Desnudos entramos en la trascendencia


La eternidad no falsea datos.
Lo eterno no se sostiene sobre patrañas.
Desnudos entramos en la trascendencia,
desprovistos de dobleces y alharacas.
Entretenidos en hilvanar grandilocuentes muecas,
olvidamos que no tiene costuras la verdad, 
y que el torneo de la eternidad siempre lo gana. 

domingo, 25 de abril de 2021

Con el móvil


A quien no entiendo, es a él. 
No hace falta luz para intuir tu mano, para ver como asciende por la rodilla y alcanza el trofeo. 
Me cuesta entender su inacción, su dejarse hacer. 
No entiendo su leguaje soez para despotricar del sexo entre iguales. 
A ti te entiendo y si no lo hubieras grabado con el móvil, dudaría de tu nueva y osada conquista.  

sábado, 24 de abril de 2021

Un tejón


Su padre siempre le dijo: 
-Lo tuyo con tu mujer es como follarse a un tejón. 
Y añadió, tras dar un sorbo a su brandi.
-Nunca la vulgaridad llegó tan alto, pero vamos, tengo claro que no te voy a sacar de esa zafia obcecación.

jueves, 22 de abril de 2021

El Dorado


El Dorado, era un club a las afueras de Baltimore, junto al río Patapsco. Todas las zorras de la Ciudad de la Casa Grande, terminaban las noches allí.
El Dorado de Baile an Ti Mhóir, como realmente se llamaba aquel antro nada postinero, se nutria del trasiego de aquella bulliciosa urbe y sus aledaños, que hacía posible la existencia de aquel recóndito establecimiento, conocido sólo por los iniciados en los discretos ambientes de la noche. Era el antro por excelencia de la doble vida, de la vida oculta, de los amores de sombra, del amor proscrito, del amor maldito entre iguales.
Llegar a El Dorado, no era fácil, no debía ser fácil, porque toda precaución era poca para cuidar la reputación y la discreción de los clientes. Toda cautela era poca, pero aquella calurosa noche todo se confabulo. En los periódicos del día siguiente sólo aparecía que había ardido una casa de campo, se relataba que habían muerto diez hombre que estaban en una cena de trabajo. Del listado de bajas se habían retirado al menos cinco nombre, para no generar suspicacias sobre que hacían en aquel lugar, en aquella extraña reunión.
Y para terminar, el circulo de salvaguardar a algunos ilustre del ambiente, se cerraba  con la noticias de portada de los diarios del día siguiente, las rotativas  despertaban a Baltimore con otra desgracia; un choque frontal entre dos vehículos que se saldaba con cinco victimas que morían calcinadas tras incendiarse los dos autos implicados en la colisión.