miércoles, 18 de septiembre de 2013

Me dicen tus brazos

Me dicen tus brazos que el dolor te puede.
Me dice tu pecho que hoy te engañas.
Me dicen las palabras de tu piel que fácilmente olvidas.
Yo sin hierro en la piel se de quien soy.
Y sin hierro muero.
Mas se quien me mata y por quien me muero.

Cenizas de hambre

Llanos de amarillos infinitos, victimas de agosto.
Bosques abiertos de sol.
Sed en septiembre.
Sed de estío.
Cuando lloverá sobre mi apergaminada piel.
Piel de plomo que impide el vuelo.
Picor de pajas.
Cenizas de hambre de lluvia.

No acepto como vienes o como te vas

Envidio a los superficiales.
Envidio la llaneza del simple.
Su nulo dolor de cabeza.
No se enreda el que un solo camino ve y conoce.
No se dispersa el que encerrado en una pequeña sala solo mira al frente.
Me ofusco en las puertas que no abro, en los caminos que abandono.
En los cuerpos que no elijo.
En las vidas que no vivo.
Envidio la simpleza del simple y su ausencia de trauma y dolor.
Todo esta bien como viene.
Todo esta bien como y cuando se va.

Trastiendas de amor profano

Me embriago en el olor confuso.
En la perdición de los cien almizcles.
Vivo rápido en los desfiladeros.
En el rápido mundo de las partidas, de las llegadas.
Sorbos sin palabras.
Lametones sin luz.
Sin nombre.
Solo el impulso de la urgencia.
El azar del choque.
El rápido olvido en los brazos del otro.
Siguiente en la cuesta del empinado vicio.
Sin alcobas, entre flores secas y miradas de iguales en perdición.
Solo perdura el olor, el tufo a farfulla, a agrios y empalagosos besos de relámpago.

Mil manos

Sorbos de palabras susurradas.
Brazos que por mil en el abrazar se multiplican.
Sin un palmo de piel por acariciar por ti.
Infinito beso que con su escorrentía me derrite.
Más en tus manos es más que más.
Disfrutaré el vencido hoy, que mañana ya lamentaré.

Mañana

Mañana nunca llega.
Mañana está tan, tan lejos.
Inalcanzable como uva verde.
Frustrante como amor que con desdén desprecia.
Beso imposible.
Pecera sin agua.
Agua asfixiante sin aire.

Distancia distante


Aúllan con mi ausencia.
Celeridad en el confuso instante del rendido fin.
Confín de necedad.
Delegada está mi parte.
Delegado está mi sino.
Delegados desatinos de últimos instantes.
Me desordeno en la distancia, en la no presencia, en la lejana disputa.
No medio y sufro.
Y sin medios para evitar sufrimientos.
Me lamento en la usurera distancia.

martes, 17 de septiembre de 2013

Bravo de sal

Cercena la mano del necio la rama florida del culto y arado.
Caótico sino de maledicentes.
Bocas de sal.
Bocas que salan  las dulces obras, los efímeros logros.
Torres de escarnios en los llanos abiertos a los vientos de furias.
Bocados de rabia.
Silencios de ruidos.
Mamones que arruinan abnegadas madres.
Bravo mar de sargazos.


martes, 20 de agosto de 2013

Luna nueva

Redonda como un queso.
Empolvada como una geisha.
Nocturna y fresca como lozana cortesana.
Frenesí oscuro que me hace subir por cuestas de vicio.
Serrana de daga de plata que tras la pasión, decapita y mata.

Hermanos lejanos

Cárcel de calor y de hermanos lejanos.
Sin brisa me agosto a la sombra de la hierbaluisa.
Rejas de cuarterones que cuartean la ausencia.
Calor con calor combato.
Con calor de can.
En el día de los emisarios de desgracias.
Morir lejos para entre llanto ser repatriado.
Al panteón de mis apellidos.
Apellidos de ruido y gloria.
De campanas que doblan mi adiós.
Lejos me marche para diluirme.
Lejos en tierra extraña sin el socorro que impediría mis planes.
Polvo de dehesa.
Polvo de incendio.
Cenizas de adiós.
Y llanto de madre que nunca, nunca olvida.

Camino de cabras

Se estropea el cuerpo con pasos de riscos.
Camino de cabras por el que se magullan mis huesos.
Alma joven e inexperta tras tanto tropiezo.
Que pocas cautelas estableces.
Reumas de amor.
Artrosis de viajes frustrados.
Vapuleo de días largos y noches cortas de insomnio.
Calma de vigilias donde nada aprendo.
Donde nada enmiendo.
Donde tras un viejo infortunio arriba uno nuevo.

Ruido de profundidad

Palabras sucias que salen de las sucias bocas.
Me cimbrean las retahílas de improperios.
Ruido de cargas de profundidad.
Caladeros de calamidades.
Mi pena es tu alegría.
Mi alegría es tu pena.

viernes, 16 de agosto de 2013

Me tizno

ENTRE CAZOS Y SATENES QUE TIZNAN.
Cómo no sentirse confundido entre tanta fusca.
Cómo no sentirse acosado entre tanta zafia calaña.
Se empañan los espejos con los vahos de azufre.
Sufre mi ser en estas perdidas campañas.
Compañías de despeñadero.
Acompañantes que me despeñan.
Empeño en seguir en tan torpes y nucientes compañias.
Me tizno en la hoguera que quema libros no publicados.
Que destruye obras que no han salido a la luz.
Que sala el suelo donde se nutre el alma del creador.
Me pierdo en las salas donde la envidia fameliza visionarios.
Y donde el que tiene más talento no tiene ni pan, ni agua, ni salario.

En el Hoyo

Lejos del lupanar descanso en paz.
Sin olor a frite.
Sin serenatas de rebuznos.
Sin la soez presión de los buches de grasa.
En un hoyo de paz.
Que no es perfecto pero me sabe a gloria.

Chismosas lacadas

Marmotas lacadas o aturdidas por la laca.
Rezos de carretilla entre desvelos chismeros.
Vivir en cuatro calles. 
Cuatro paredes de cruzados parentescos.
Sueños de encumbradas parentelas.
Clasismo en las misas del sábado.
En las concurridas y peripuestas misas del domingo.
Cuatro cuarteles de miseria y ninguna brizna de gloria.