viernes, 20 de junio de 2014

El futuro lejano es nuestro próximo segundo.

A veces el futuro muy lejano está a la vuelta de nuestro siguiente segundo.
Más pronto que tarde todo llega.
Todo ocurre, más pronto que tarde todo ocurre.
Nada es eterno y la eternidad muy pronto nos llega.
Somos libros de pocas paginas, numeradas y en blanco.
Somos presente en blanco que escribe en los más próximos segundos.

jueves, 19 de junio de 2014

Se desvanecen

Se llevo el río de los segundos los cuerpos jóvenes.
Segundos que no volverán.
Frescura que se fue a la mar.
Carcoma fiera que devoras ricas tersuras.
Ni los tréboles de cuatro hojas frenan dolencias.
Ni las velas al Rey de Reyes.
Mariposas que tras bello batir de alas se desvanecen.
Se extingue el día y llega a tenebrosa noche.

Demasiado néctar, demasiadas flores

Dando tumbos.
Vagando.
Buscando el tranquilo amor.
Amor que se hace de rogar.
Amor rogado.
He libado néctar de demasiadas flores.
Demasiadas flores solo me han dado efímero néctar.
Rodar por los caminos con las manos ya ajadas.
Que de paz trae.
Que de guerras provoca.
Amor de fuego.
Amor de hogar.

miércoles, 18 de junio de 2014

Ya amores no puedo comprar

Rodeado de lo efímero y breve.
Abrazado en el apocado placer.
Sintiendo que ya no se acercan a mi los potros.
Lánguidas horas de besos abyectos.
Ojos de vidrio de virgen de alcoba.
Perfume de intolerable farsa.
Ya casi nada poseo.
Ya poco puedo ofertar.
Ya amores no puedo comprar.

La verdad es lo primero que se asola

Adularé al condotiero.
Atrofia de condolor.
Asonada hueca.
Muecas de aniquilador.
Arcabuces entre flores.
Bombones de hiel.
Rodeada de coraceros desfila la verdad.
La protegen de las alcahuetas con cachabas.
De la sorda calumnia que sorda enloda la cal.
La guardan de los libelos que vuelan como dardos sobre las cabezas de los altos.
La amparan tras sus cuerpos y el hierro de las balas perdidas.
La acompañas al altar que lleva su nombre.
La proclaman faro y norte.
La salvan del llano donde las riadas, la verdad es lo primero que asolan.
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Bárbaros, asesinos, sadicos

El arte no es ni sadismo, ni circo.
El arte no es barbarie, ni tampoco justificar con la etiqueta de creatividad el trastorno de la crueldad.
No todo vale en la creación, crear no es destruir, aniquilar vida, reírse de otras vidas, escarnecer el dolor, hacer del dolor un espectáculo.
Artista no es el mamarracho que esparce sangre y vísceras por el suelo de una blanca e impoluta sala.
Ese no es artista, ese ser es un ser atormentado que enmascara sus tormentos con la sublime etiqueta de creador, que tapa su miseria con actos soeces y miserables.
Monstruos aplaudidos por ignorantes y ávidos de primeras filas y que con este barbaro circo a ellas quieren llegar. 
Si este engendro es élite, vomito sobre esa élite abominable de sucios de manos sucias, de cerdos de almas negras.
El arte es belleza, es paz, es crecimiento, es ejemplo de vida, no es truculenta carnicería, ni orgía de sangre para obtusos payasos que incapacitados para rodeados de belleza brillar, se rodean de asesinatos y horrores, de miseria y feismo.
Reyes del esperpento y de una troupe de mangantes, que no saben ya como tildarse y se dedican a aplaudir al nuevo emulo de Eróstrato. 

Las nuevas clases del nuevo orden

El precipicio tiene mil puertas.
Mil puertas dan a él.
Solo son tres las que permiten  salir al terreno firme.
La puerta trabajo.
La puerta lógica.
La puerta sensatez.
No se puede pregonar que nada tiene orden.
No se puede pedir un nuevo orden por propio interés.
Es habitual que el perdedor quiera cambiar las normas de la carrera.
Es normal que el sin poder quiera cualificar a su minoría.
Minorías mayoritarias.
Los mayoritarios son la minoría.
Salvadores de tropeles.
Tropeles que buscan su salvación en trastocar un orden.
Y en el nuevo orden y su marginalidad ¿Qué ocurrirá con la mayoría rendida?
Nuevas leyes para beneficio de los nuevos legisladores.
Derribada la pirámide, se construirá una nueva pirámide con una nueva zonación y orden.
Es de necios creer que el nuevo sistema no tendrá nuevas élites, nuevos privilegiados, nuevos sometidos, osea las nuevas clases del nuevo orden.

martes, 17 de junio de 2014

Nadie sabe donde nacerá

Flores en los charcos.
Flores entre zarzas.
Flores en el arroyo.
Amor y caricias en el fango.
Nadie sabe donde nacerá.
Nadie sabe donde está.
Nadie sabe de donde vendrá.
Lo delicado nace entre lo zafio.
Lo zafio surge entre lo delicado.
Buscando lo descolocado.
Ubicando lo encontrado.


lunes, 16 de junio de 2014

Probidad

Que devaluada está la probidad.
Que de recodos tiene el camino que se nos pone de ejemplo.
Que sombra tan terrorífica proyecta el árbol tuerto.
Homilía tras las noticias que sólo lanzan negrura.
Irrumpe con fuerza el guerrero que enjalbegado de blanco oculta obscuridades.
Ningún torneo se le conoce, pero dice que ganará la guerra.
¿Quién nivelará lo desnivelado?
¿Quién enrasará lo desenrasado?
¿Cómo saber si el gris es blanco de nieve perpetua?
Si ya no existe ningún blanco de referencia.
En el cesto de las manzanas pochas la menos podrida es la más sana.

domingo, 15 de junio de 2014

La voz grabada

Te conoceré en tus gestos.
Te conoceré por las palabras que cargadas de bilis vomitas.
Lo que sale de la boca rueda.
Lo que sale de tu boca te retrata.
Ya no solo perdura lo escrito.
Ahora resuena eternamente tu exabrupto.
Resuena la incendiaria arenga.
Te veo ir y venir.
Te veo y no te quiero ver.
Miedo da tu estar y tu modo terrorífico de gritar.

El buen varón

En la portada románica donde llora la virgen que ha perdido al varón.
Allí también he ido a llorar yo.
Bajo las arquivoltas que proporcionan marco, pero ningún amparo.
Es el precio del abandono, llorar con rabia, pero con el honor intacto.
Mañana mejor que hoy, y pasado mañana mejor que mañana.
Hay plazas que solo se rinden una vez.
Y no hay que rendirlas al impaciente, el que a cambio nada oferta.
Llora la virgen la perdida, pero otros días nuevos vendrán.
Otros días y otros varones y entre ellos estará el buen varón.
Rey de mi ciudadela, rey al que rendiré mi honor.

Se banaliza la muerte.

Son días en los que se banaliza la muerte.
Son días en los que se hace apología de la rendición.
Son días en los que un marro reclama como suyo el camino.
Paseo de melancólicos suspiros donde nada es elevado.
Como podemos soportar esta maraña de ofuscadores.
Esta nimia parte que reclama para si decidir sobre los designios de un todo.
Morir sin haber nacido.
Morir para no molestar.
Matar al que nos molesta.
Matar al que en sus últimos días nos va a molestar.
Morir matando.
Morir sin haber dado vida.

Prefiero perdonar a guardar rencor

Prefiero perdonar a guardar rencor.
Aunque no me lo pidan.
Aun que no se lo merezcan.
Lo que para nada bueno sirve, estorba.
Que necesidad tengo de mantener en mis zapatos las chinas que entraron al caminar por el camino de zahorra de mi desacertado ayer.
Que no te haga llorar hoy el problema que tuviste al atardecer.
Al amanecer uno sale a la calle sin manchas.
Ayer jugué con lodo, hoy limpio ya no jugaré.
Abandonemos la pesada piedra que es el rencor, como el glaciar abandona cuando se cansa de arrastrarlos a los cantos aborregados.
Árboles estériles y secos que solo deben servir para hacerlos cenizas ahora, hoy.

Si no vemos lo pequeño que vida más pobre llevamos

Si no magnificamos lo pequeño, que vida más pobre llevamos.
Perdemos la vista en el horizonte, esperando ver venir cosas grandes.
Perdemos de vista los detalles de todo lo que acontece a nuestros pies.
No vemos a los pequeños gorriones que se posan en nuestro balcón para decirnos que perdemos días enteros mirando a ultramar.
No vemos a las laboriosas hormigas que construyen imperios debajo de nuestros pies.
No vemos al que a nuestro lado nos quiere besar y se derrite esperando uno de nuestros besos.
Del horizonte azul no nos llegará ninguna sirena, ni ningún navío cargado de oro.
Y si por casualidad por el horizonte lo viéramos venir, no seria ni nuestro navío, ni nuestra sirena, porque los trofeos son del que corre, vuela o nada y los va a buscar. 

sábado, 14 de junio de 2014

El silencio

Callar es un cáncer.
Como ahoga el silencio.
Como ahoga ser un ser silente.
Ser un alma que muda muere.
Temo vuestros puntapiés.
Temo vuestras risas. 
Que os riáis de mis tropiezos.
Callo para salvarme.
Y el callar me mata.