Donde yo esté está mi pesar.
Nubarrón que me nimba.
Corona de frases hirientes.
Trama de espinas.
Donde yo esté está mi pesar.
Plomo en las alas.
Humedad en mi ropa, perenne, entumecedora.
Fina lluvia de nostalgias.
Donde yo esté está mi pesar.
Dolor por las idealizadas perdidas.
Almibarados momentos que nunca como tales existieron, ni volverán.
Solo sin nadie y sin nada en que creer.
Alma gris ante un dañino sol de justicia.
Ceremonia de confusión de lagrimas de San Lorenzo.
Donde está el pesar, a su lado vivo yo.
Árboles en las veredas que nos habéis visto dar tantos tumbos.
Que nos veis llegar y nos veis partir.
Árboles que caéis hechos ceniza no por el rayo, si no por la usura de nuestras manos.
Que felices seriáis si nosotros no existiéramos.
Que sin sentido es el mundo por culpa de nuestra existencia.
No es lo mio un negocio floreciente.
No soy flor del vulgo.
Soy insoluble azúcar en el estanque del mediocre.
Hablando para los elevados y esperando que los demás se eleven.
Si le das al necio necedades, jamás abandonará el estado de necio.
Camino solo, abriendo el camino, por el que caminarán los que mañana decidan crecer.
Verano, es una buena fecha para morir.
Para morir en el iniciado agosto de telón gris.
Con toda la caterva agrupada, grey delictual.
Estéticas temerarias de zafio duelo.
Todos se van, incluidas las sombras que negra sombra siempre dieron.
Agosto de perseidas y rendidos titanes.
Fuerza bruta que por los días contados se rinde igual.
Iguales en descompostura perpetúan linaje.
Se marcho la cabeza quedan cien negras manos.
Sin saber estar y sin star, lloran al burro que acarreaba la vinagre.
A ese que ya se llevo Dios de esta vida miserable.
En la sofocante sombra que amamanta ansias.
Deseos de fiebres nocturnas.
De danzas de ruegos en la noche de lagrimas.
Comporta el hambre tanta desdicha.
Se asientan las ganas maceradas en el placebo de los placeres fáciles.
Pero no calman la calentura de lo difícil.
Saciado de lo no implorado no olvido lo que con locura imploro.
No me oye la mano suave.
No me besa la boca jugosa.
No me atiende el cuerpo goloso.
Yo no existo para la anhelada manzana.
Manzana que el azar caprichoso hace que reine en mi mente.
Hace que esté omnipresente.
Hace que su desdén hiriente are mis carnes rendidas.
Hace que la sal de su negado amor queme mi cuerpo cuajado de heridas.
Todo se precipita.
Pero todo todavia no ha precipitado.
Esperando ver caer.
Esperando su caída.
Para no morir ahorcado se acogió a sagrado
Cinismo total.
Planea la sospecha, pero se zafa el sospechoso.
Malandrines de la miseria.
Abanderados del drama.
Creadores de deudas.
Propagadores de la peor de las enfermedades.
Difusores del odio, del odio entre hermanos que se litigan la legitima.
De fieros y fieras.
Es mi fiereza una respuesta al ataque de la fieras.
Autoenjauladas en sus limbos de ordinariez.
Cubiles sórdidos donde de incuban dolores.
Arquitectas de zanjas donde enterrar cadáveres.
Habita en vosotras la tormenta y la miseria.
Habita la certeza de haber nacido morralla.
Habita la segadora envidia.
Habita el amputador star de ratas orondas.
Fieras ruidosas que de la música celeste se espantan.
Primero intoxico y después pregunto.
Que democrático es mi sistema.
Saliva el embaucador atragantado por el gran bocado.
Causas que se hacen grandes.
Obstáculos que se hacen enormes.
Dura travesía del desierto que a tu pueblo fameliza.
Ya eres perro flaco lleno de pulgas.
Solo hace falta que te quieras dar cuenta.
Vivos que ya están muertos.
Agonías televisadas.
Mascaradas de trileros.
Saqueadores de la huerta del pobre.
Zafios envueltos en banderas que ni si quiera al condado que les voto pertenece.
Estrellas estrelladas.
Estrellados ladrones que aprietan los puños asiendo con fuerza lo robado.
Zorras que a la presa muelen a dentelladas.
Frialdad absoluta produce el que siembra hambre en la provocada quiebra.
Cuando solo te recuerda el mármol.
Cuando ya todo es olvido.
Cuando el metarfoseador verdín trasmuta tu existencia.
Solo de forma eterna lloran las estatuas.
Solo te siente la frase lapidaria.
Hay ojos que solo lloran mientras heredan.
Hay desheredados que toda la vida te lloran.
Solo ya me es fiel el mármol.
Solo él da fe de mi pasada presencia.
Si en vida perdemos la memoria.
Tras morir son pocos los que la nuestra miman.
Nada ya interesa, lo que nada rinde.
Todos somos futuros cadáveres.
Muertos en potencia.
Muriendo día a día.
Miramos demasiado los charcos que hay fuera.
Olvidando el océano que llevamos dentro.
Este verano báñate en ti mismo.
En lo inmenso a veces uno siente que no tiene sitio.
Incomodo en todas partes.
Rozando con todo.
Rodeado de sicofantes.
Sintiendo sus tiros al transparente.
Terremotos que hacen que uno se sienta como un apestado.
Soy un tesoro sin dueño.
Soy un tesoro invisible.
Soy un tesoro intocable.
No busco manoseo, busco caricias.
El pasado no deja existir el presente.
El presente no fluye si lo bloquea el pasado.
Son sueños de aflicción.
Huir con lo puesto.
Como en todas las contiendas.
Como en toda urgencia.
Solo con lo necesario.
Solo con lo imprescindible.
Con los tesoros de la clarividencia.
Solo con la capacidad para volver a generar otro castillo.
Ciclo de abandono y nuevas construcciones que volveré a abandonar.
Abandonos tildados por mi mano.
Caracolas que el improductivo cangrejo ocupará.
Huyo con lo puesto.
Huyo porque así me lo han impuesto.
Mas huyo vivo, vivo y lleno de efervescente vida.
Lleno de mi vida y de la vida de mis inseparables.
Lleno con los sinfónicos ladridos de mis canes.
Huyo desnudo, pero vestido de verdad.