lunes, 8 de septiembre de 2014

Solo con amor se entiende

Las decisiones por amor de los otros.
Solo las entendemos cuando nos enamoramos.
No es el amor ciego.
El amor busca la verdad interior.
No nos enamoramos del envase más bonito.
Nos enamoramos del envase que contiene lo más bonito.
Traspasar para poder ver.
Ser traspasados para ver.

Lame el can la laceración que me hizo el amigo

Me he quedado solo en la ciudad de los perros.
Los únicos que hoy conservan alma.
Hay aullidos que valen mil palabras.
Hay lametones que encierran mil besos.
Se encierra en ellos la fidelidad primigenia.
Contienen el ámbar salvífico del amor verdadero. 
No espero de ellos traiciones, porque es contranatura traicionar al amado.
Me he quedado solo rodeado por ellos.
Los ángeles protectores que velan mis sueño.
Los que siempre me salvan en mis pesadillas.
Y he aprendido a aullar, para comunicarme en su puro lenguaje.
Lenguaje que no contiene para mi ladridos hirientes.
He metido la mano en sus fauces y no me han mordido.
Más ya no acerco la mano a los falsos y huidos amigos.
Porque esos con palabras de miel me la han roído.
Sana el can la laceración que me hizo el amigo.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Los afortunados segundos

La fortuna está en los segundos intensos.
El tiempo no importa si está muerto o es soso.
Chispas fugaces que alegran cientos de horas muertas.

Recorrer la tristeza de los selfies

Sobrevolar el ayer para entender el hoy.
Recorrer la tristeza de los selfies.
Los renglones de fantasía que tanto me retratan.
Las estancias de los trastos que acumulan polvo.
Nada olvido y sobrevolar es solo releer lo memorizado.
Releer para nada olvidar.
Releer y retorcer los renglones malditos.
Lo maldito se marca a fuego.
Fuego que impedirá el más mínimo atisbo de nuevo tropiezo.

Sin chinas en los zapatos

Hoy el frío me desordena.
Días de otoñal verano.
Fenecen gradualmente los soles largos.
Pero no solo es el tiempo.
También me duelo en los personajes que mueren.
Me duelo ante los cadáveres de los que ya no quiero.
Ante los traidores que tenían la llave de mi casa.
Ante los que con agrias cuitas me robaban el alma.
No hay lagrimas para ellos, solo el discurso del desahogo.
Solo la letanía de daños, con la que conjuro al olvido.
Sin chinas en los zapatos, volveré mañana a caminar erguido.

Cegador instante

La vida es una caja de fósforos. 
Hay quien decide encenderlos todos de golpe.
Cegador instante.
Vida de corto brillo cegador.

Hay algunos que no tienen hueco para lo importante

Que huecas son las bellas palabras en la boca del hueco.
Que poco hueco tiene para la cordura el necio.

Traición

Como me gustaria equivocarme.
Y pensar que ha sido un delirio esta devastadora traición.
Con los ojos muy abierto no quiero creer lo que veo.

El artero roba


Que fácil es pedir.
Que artero es robar.
El deseo incendia el deseo.
El deseo calcina la pasión.
Sin inteligencia no hay AMOR.

De alma y pan

Yo no solo doy pan.
Doy mi alma cuando comparto el pan.
Solo esas dos cosas poseo.
Y de la mano van.
Pan para subsistir.
Alma para caminar.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Ligero de amigos

Son un lastre los recuerdos,
cuando no se tiene techo,
cuando se muda mucho de techo,
cuando se está siempre de viaje.
Ligero sin cargas camino.
Ligero incluso de amigos.

Lo que ayer perdí

Con los primeros fríos.
Las primeras perdidas.
Nubarrones de septiembre.
Tormentas de inflexión.
Mañana lloraré lo que he perdido hoy.
Hoy lloraré lo que ayer perdí.

La belleza llana y simple

La belleza llana y simple del cabujón.
Es en la transparencia donde se mide pureza.
Donde el reflejo de la luz.
En la superficie sin bordes.
No encuentra precipicios.
Alma encerrada en cárcel sin rejas.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Añoro el ayer pero no sabe a hoy

Palpito herético de mano de viento.
Beso en la nuca en la alcoba fría.
Asignaturas pendientes que se aprueban tarde.
Cuando ya nada es suave y el hálito no es fresco.
Madrastra que nos atormenta.
Paseándonos por el vértigo de los precipicios.
Añoro el ayer pero no sabe a hoy.
Las salas expoliadas hablan de olvido.
En el hangar de las camas que se oxidan y duermen.
Ya no hay ningún grito.


Bañadas de sangre

Sabes muy bien porque son rojas mis palabras.
Sabes muy bien que nacen de un corazón herido.
Sabes muy bien que las vomito bañadas de sangre.
Sabes muy bien que tengo un corazón diligente.
Y sabes muy bien que se aceleran con el dolor sus latidos.
Rápido en piedades es mi pulso.
Es febril como por ti perdí el sentido.