lunes, 13 de octubre de 2014

Alta traición

Llegan a la orilla los restos del naufragio.
Delatan los cadáveres de la arena la felonía de ayer.
Es fácil vender, lo difícil es volver a comprar.
Cuesta caro el perdón.
Cuesta tan caro como alta es la traición. 

Solo fuerza el inferior

Que poca virtud encierra el que fuerza.
Que poca paciencia e inteligencia.
Ladrón de ovejas.
Falso pastor.
Serpiente que busca el calor del decente.
Que busca la mano limpia.
Los labios inmaculados. 
El bello cuerpo.
Edén rendido con la fiera espada. 
Que poca virtud tiene el que en el rapto.
Disfruta de la fina piel.
Del corazón escarlata.
Que aborrece al sórdido que acerco su mano.
Al bello ser, que por su catadura moral, le estaba prohibido

domingo, 12 de octubre de 2014

Mil lametones

Que adorable es la fiereza de mis fieras.
Adorable es su calor.
Adorable es su calor bajo esta lluvia.
Otoño de chaparrones que atenúan sus mil lametones. 

Durmiendo como un solo cuerpo

Siempre termina aflorando la horripilancia.
Me estrechan los lazos que me salvan del abismo.
Durmiendo como un solo cuerpo en el estrecho calor.
Alimento para uno repartido entre todos.
Es mi victoria tarea compartida.
Pero ya no habita en este mundo.
Porque he decidido levitar por encima de la horripilancia.

Sindrome de Seudodavid

Hay algunos que se creen importantes, porque es importante el rival que elijen.
La magnitud del rival no nos hace grandes.
No todos los que se enfrentan a Goliat son David.
David solo hay uno y es el que vence a Goliat.

De ruina, ignorancia y fracaso

Los árboles se mantienen en pie por sus raíces.
El Árbol que descuida sus raíces con facilidad es tumbado por el viento.
De olvido están hechas las grandes ruinas.
De ignorancia los grandes fracasos.

Sin el pueblo, no hay meta

Si pierdes el vinculo, ya no haces pie.
No es nada somero el pantano de la enquistación.
El pantano donde ya no lees el diario del sentir del pueblo.
Y sin sentir no hay conexión dendrítica.
Estanqueidad que convierte en ínsula nuestra pretensión.


sábado, 11 de octubre de 2014

Ángeles desalados


Es un oficio triste pero frecuente,
Cortar las alas a los pequeños ángeles. 
Para crear un mundo de vulgar uniformidad. 
Y lo peor es que las encargadas de cortar esas alas son las amantisimas madres.
Puede más el temor al estigma.
Que la certeza de que el mundo lo cambia el diferente.

Maledicente

Es tan maledicente la envidia.
Es mano que en el rascar extiende sarna.
Es caricia de lepra.
Es tan ciega que cree que hundiendo honras.
Borra la treta de su deshonra.
No se calumnia a la sombra.
Solo se lanza lodo a la pared encalada.
Solo se calumnia a la luz que nos ensombrece.
Al que camina delante.
Al que seguimos por atajos ansiando su paso.
Pero enredados en el circulo de robar.
Olvidamos que lo amputado nunca será muestro.
Tras calumniar ningún brillo nuevo se posee.
Porque los brillos nunca los heredan los envidiosos.
El enfermo futuro del envidioso, es mañana volver a calumniar y a envidiar.


Puñados de sal

Cayó la sal en la herida del doliente.
La llevó la mano del consuelo.
Envidia que enlutada acude a los duelos.
En el bosque del amor hay tanto árbol falso.
Tanta sombra de penumbra.
Tanta mano que con premura enjuga lagrimas de risa.
Tantos que se ríen de desgracias.
Tanta vida vacía que se llena y reconforta en la pena ajena.
Tanta mano amiga, que acude con puñados de sal, para provocar escozor en las abiertas heridas.

Proezas en ultramar

Los méritos del trampero.
Tela de araña que enjoya el roció.
Guirnalda de flores que esconde un lazo.
Hay que aprender a verlos venir.
Entre la fanfarria de frases prestadas.
Entre certificados y abales de proezas lejanas.
Urdimbre de victorias en ultramar.

Albedrío

Será el albedrío del valiente.
Arbitrio de vencedor.
No rige designios el derrotado.
No sigue ocupando los palacios el que huyo.


viernes, 10 de octubre de 2014

No todos están contigo

La desfachatez de los que se arriman a las ascuas.
Y hacen de su calor algo privativo.
Pescadores de réditos.
De aplausos de arena.
Del oleaje del irritado mar.
El dolor no es uniforme.
Es una quimera uniformar el dolor.
Uniformar la satisfacción.
No todos están contigo.
Pero no todos están contra ti.
Incluso hay corrientes en las que no existes.

Vestidas de domingo

Trataré a lo efímero como efímero.
Trataré a lo eterno como eterno.
Que no os ciegue la mentira vestida de domingo.
No es ella el sillar del futuro.
Sobre la mentira nada se puede construir.
Puedes incluso confíar hasta en las verdades ocultas. 
Porque la verdad es firme y no se puede desmontar.

De grueso pico

Tras tanta infiltración a uno le pesa el hocico.
Belfos caídos.
Morros hinchados.
Bembas coloras.
Tanto más es más que vulgar.