Cuando la realidad cabalga entre lo cándido y lo patético.
Cuando lo acertado habría sido hacer mutis por el foro.
Cuando con la escusa y justificación, descorremos el telón que deja ver el descalabro.
Hay que saber perder, pero sobretodo hay que saber encajar la perdida.
No ganas nada, cállate ya, porque lo que pretendías ganar lo has perdido.
Las uvas no están verdes, simplemente las ha alcanzado alguien más alto y guapo que tu.
lunes, 20 de octubre de 2014
Ceder
Vemos tan normal ser amedrentados.
Estar amedrentados.
Vernos constreñidos en nuestra libertad de expresión.
Que entramos en el vórtice de ceder.
Ansioso agujero negro.
Pozo que no se sacia nunca en su demandar.
Estar amedrentados.
Vernos constreñidos en nuestra libertad de expresión.
Que entramos en el vórtice de ceder.
Ansioso agujero negro.
Pozo que no se sacia nunca en su demandar.
domingo, 19 de octubre de 2014
Caros oficios
Caros oficios.
Oficios que salen caros.
Se deshilacha el corazón.
Con el roce de los cuerpos de los mercaderes.
Con las caricias de mercado.
Se lacera la piel en las vitrinas de los vicios.
Mostradores de carne fresca.
Barras en las que se despacha alegremente el cuerpo.
Ignorando que dentro del cuerpo se encierra el alma.
Oficios que salen caros.
Se deshilacha el corazón.
Con el roce de los cuerpos de los mercaderes.
Con las caricias de mercado.
Se lacera la piel en las vitrinas de los vicios.
Mostradores de carne fresca.
Barras en las que se despacha alegremente el cuerpo.
Ignorando que dentro del cuerpo se encierra el alma.
Mis fieles
Es un placer el reposo.
El remanso de paz de la noche.
Es un placer ver dormir placenteramente a mis fieles.
Fieles guardianes de mis sueños.
Que sueñan con seguir siéndome fieles.
El remanso de paz de la noche.
Es un placer ver dormir placenteramente a mis fieles.
Fieles guardianes de mis sueños.
Que sueñan con seguir siéndome fieles.
La hora 25
No son eternos los corazones, no es eterno su latir.
Siempre quedan cosas que mirar, por eso debemos cuidar su maquinaria.
Posterga la hora 25, mimando el motor que te hace vivir.
Siempre quedan cosas que mirar, por eso debemos cuidar su maquinaria.
Posterga la hora 25, mimando el motor que te hace vivir.
Fachadas
Anillos concéntricos.
Anillos excéntricos.
Si es cegadora la potente luz.
Es cegadora la siniestra sombra.
Detrás del orden subyace el desorden.
Detrás del desorden subyace el orden.
No todo es lo que parece.
No todo lo que parece es.
Replicar carcasas es la forma más fácil de medrar.
Anillos excéntricos.
Si es cegadora la potente luz.
Es cegadora la siniestra sombra.
Detrás del orden subyace el desorden.
Detrás del desorden subyace el orden.
No todo es lo que parece.
No todo lo que parece es.
Replicar carcasas es la forma más fácil de medrar.
Credo de ofuscación
Siempre se muere.
Pero la clave no es morir, es vivir.
Uno debe vivir pensando en los vivos.
Pensando que esta vivo.
Uno no debe negar porque sí.
Negar sin razón es un credos de ofuscación.
Las lagunas cada uno, las llena como quiere.
Entretenerse en vaciar las lagunas de los otros no es vivir.
Siempre se muere, pero como has vivido, determina tu muerte.
Pero la clave no es morir, es vivir.
Uno debe vivir pensando en los vivos.
Pensando que esta vivo.
Uno no debe negar porque sí.
Negar sin razón es un credos de ofuscación.
Las lagunas cada uno, las llena como quiere.
Entretenerse en vaciar las lagunas de los otros no es vivir.
Siempre se muere, pero como has vivido, determina tu muerte.
No solo de amores, sino de deudas y debidos favores
No desestimes el aliado.
Hay que tener aliados en todas partes.
Riega de favores el desierto.
Y haz que contraigan deudas contigo.
Siembra y no mires donde.
Cuando pidas, dará su fruto.
Hay que tener aliados en todas partes.
Riega de favores el desierto.
Y haz que contraigan deudas contigo.
Siembra y no mires donde.
Cuando pidas, dará su fruto.
sábado, 18 de octubre de 2014
Sin bridas
Comienzan las noches largas.
El tiempo interminable para pensar.
El laberinto de los infinitas palabras.
La espiral de las frases que desean conseguir la razón.
Negro infinito de ausente vecindad.
Es la crueldad del pensamiento que imagina salidas y precipicios.
Diosa hacedora de belleza y de fealdad.
Noches largas de ángeles y monstruos.
Sin bocado cabalga la Parca en mis sueños.
Sin bridas el guadañador.
El tiempo interminable para pensar.
El laberinto de los infinitas palabras.
La espiral de las frases que desean conseguir la razón.
Negro infinito de ausente vecindad.
Es la crueldad del pensamiento que imagina salidas y precipicios.
Diosa hacedora de belleza y de fealdad.
Noches largas de ángeles y monstruos.
Sin bocado cabalga la Parca en mis sueños.
Sin bridas el guadañador.
De algodón
Los amores son de algodón.
De algodón de azúcar.
Amores hinchados de aire.
Esponjados en la idealización.
Facetas inexistentes que multiplican exponencialmente su brillo.
Amores de algodón, que poco en el invierno abrigan.
Fiestas de progres
Se le acumulan las fiestas, pero no invita a los pobres a ninguna.
Quizás esos pobres, a los que defiendes con la voz impostada y en falsete, ese día comerían.
Comerían, frío o caliente, pero saciarían el hambre de la que eres consciente. pero para nada subsanas.
Suena cómico, si no fuera porque es trágico, tanto burdo teatro.
No se puede pedir al rival que haga lo que tu cacareas y no haces.
Ni suena lógico, ni suena ético.
Fiestas de progres que solo practican el aburguesado entretenimiento de la involución.
De lenguas vivas y conciencias muertas
Amigos que te producen agobio.
Novios con los que te alivias.
Palabra engendro que tiene lo peor de dos mundos.
Refrito en sucia sartén, que aniquila en la incorporación los sabores limpios.
Altas que fuerzan la baja.
Altisonantes hijos de Satanás que solo contentan al que tiene su léxico reducido a cuatros desafortunadas palabras.
Novios con los que te alivias.
Palabra engendro que tiene lo peor de dos mundos.
Refrito en sucia sartén, que aniquila en la incorporación los sabores limpios.
Altas que fuerzan la baja.
Altisonantes hijos de Satanás que solo contentan al que tiene su léxico reducido a cuatros desafortunadas palabras.
La remostosa barra
Es bastión de los infelices la remostosa barra del bar.
Es el aturdimiento su deleite.
Es el interlocutor, el preso del trabajo de servir.
Forzado en la lengua de abismo, ha escuchar confesiones.
Entre tanta chanza y socarrona risa, asoma la triste alcoba.
Asoma la mano airosa, que habiendo nacido para cuidar rosas.
Se curte áspera en la cementera.
Bocas saciadas que ríen.
Mientras los ojos ventanas del alma lloran.
En la barra todo aflora.
Flores ajadas por las caídas.
Flores que enmascaran la traición, de tan acicaladas.
Sin freno, al pesar nada lo frena.
Sin referencias, uno se sincera.
Y siente al camarero, confesor cercano.
Y busca en la penitencia del alcohol, huir del frío inclemente.
Huir del beso de Judas.
De la torcida pasión.
Huir del raer de la herida.
Nos bañamos en el etílico elixir, para adormecer tanto dolor.
Es el aturdimiento su deleite.
Es el interlocutor, el preso del trabajo de servir.
Forzado en la lengua de abismo, ha escuchar confesiones.
Entre tanta chanza y socarrona risa, asoma la triste alcoba.
Asoma la mano airosa, que habiendo nacido para cuidar rosas.
Se curte áspera en la cementera.
Bocas saciadas que ríen.
Mientras los ojos ventanas del alma lloran.
En la barra todo aflora.
Flores ajadas por las caídas.
Flores que enmascaran la traición, de tan acicaladas.
Sin freno, al pesar nada lo frena.
Sin referencias, uno se sincera.
Y siente al camarero, confesor cercano.
Y busca en la penitencia del alcohol, huir del frío inclemente.
Huir del beso de Judas.
De la torcida pasión.
Huir del raer de la herida.
Nos bañamos en el etílico elixir, para adormecer tanto dolor.
Los méritos siempre son compartidos
Menos ruido, porque no son tantas las nueces.
Y ni siquiera habéis plantado el nogal.
Es el síndrome de la titiritera primera fila.
Creer que nadie se sienta por detrás.
Son las últimas filas las que sustentan a las primeras.
Las que hacen que exista la cúspide.
Cabeza que rige cuerpo pero desde la discreción y la bondad.
Sé que es mucho pedir a los que se les suben los mandatos a la cabeza.
Y piensan que no hay mundo ni delante, ni detrás.
No hay reina sin pueblo.
Pero hay pueblos que ni tienen, ni quieren reina.
Quien quiera entender que entienda.
Quien quiera enmendar que enmiende.
Este convite que presidís, no se ha pagado con vuestra hacienda.
Porque como hacienda somos todos y todos sufragamos.
Todos debemos ser aplaudidos.
En tiempos de vacas flacas, hagamos de la flaqueza virtud.
Ningún ego gordo, para que no quede ningún ego muy flaco.
Y ni siquiera habéis plantado el nogal.
Es el síndrome de la titiritera primera fila.
Creer que nadie se sienta por detrás.
Son las últimas filas las que sustentan a las primeras.
Las que hacen que exista la cúspide.
Cabeza que rige cuerpo pero desde la discreción y la bondad.
Sé que es mucho pedir a los que se les suben los mandatos a la cabeza.
Y piensan que no hay mundo ni delante, ni detrás.
No hay reina sin pueblo.
Pero hay pueblos que ni tienen, ni quieren reina.
Quien quiera entender que entienda.
Quien quiera enmendar que enmiende.
Este convite que presidís, no se ha pagado con vuestra hacienda.
Porque como hacienda somos todos y todos sufragamos.
Todos debemos ser aplaudidos.
En tiempos de vacas flacas, hagamos de la flaqueza virtud.
Ningún ego gordo, para que no quede ningún ego muy flaco.
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