Soy un hacedor de castillos de naipes prestados.
De lagos de lagrimas enjugadas mientras escuchaba las penas de otros.
Vivo viviendo mi vida y la de los demás.
La vida rica y densa de los que se cruzan conmigo, y me hablan y se escuchan llorar.
Construyo cercar y altas murallas, como tapias de jardín del edén.
Para que no las salte el ladrón de alegrías, ni las esquive en altura la graja negra de las alas de tristeza.
Tapias de nieves perpetuas, que impiden el desanimo y animan el tesón.
Castillos de sillares prestados, puentes por los que fluya el consuelo y la risa de las contadas alegrías.
Soy un constructor de alianzas, de ententes y acuerdos, de sociedades sin lucro, cuyo único fin, es el amplificar el eco de la risa en el protegido jardín.
Soy todo lo que puedo y de lo que puedo doy.
Por eso cojo prestado, porque ya nada tengo y hasta lo prestado doy.
domingo, 23 de noviembre de 2014
Colmenas de falaz individualidad
Vivimos vidas contiguas, paralelas, que se solapan, aunque solo sea en el escuchar el ruido que hace el placer en la vida del otro.
Derribamos unos muros para levantar otros, olvidando que hasta los más anchos muros tienen su permeabilidad.
Escuchamos las agonías, las risas, los despertares y los pasos del vecino.
Sentimos en el aire el olor de la tristeza.
Sentimos en la distancia, a pesar de la mar océana, la suavidad de una piel que solo vemos en el mundo virtual.
No existe la estanqueidad aunque nos aislemos del ruido del dolor y del ajeno placer, en un oasis de mismidad.
Derribamos unos muros para levantar otros, olvidando que hasta los más anchos muros tienen su permeabilidad.
Escuchamos las agonías, las risas, los despertares y los pasos del vecino.
Sentimos en el aire el olor de la tristeza.
Sentimos en la distancia, a pesar de la mar océana, la suavidad de una piel que solo vemos en el mundo virtual.
No existe la estanqueidad aunque nos aislemos del ruido del dolor y del ajeno placer, en un oasis de mismidad.
El herido es un naufrago
Escribe palabras, que no es el aire el que se las lleva, se las lleva el igual.
Palabras hojas de otoño, de color de oro que vuelan al corazón.
Al bálsamo del corazón del amigo.
Al bálsamo que con caricias nos dará el amigo, para que restañen las heridas de nuestro corazón.
El herido es un naufrago que escribe mensajes, para sanar su dolor.
Palabras hojas de otoño, de color de oro que vuelan al corazón.
Al bálsamo del corazón del amigo.
Al bálsamo que con caricias nos dará el amigo, para que restañen las heridas de nuestro corazón.
El herido es un naufrago que escribe mensajes, para sanar su dolor.
Irsia Carolain Sprimbol
Con los mimbres de nuestro interior hacemos el cesto con el que recogemos los frutos que nos depara vivir. Somos templos, solo vemos lo que en el interior tenemos............. quien vive en tinieblas solo ve tinieblas.
De verde café
El amor es una escorrentía de desvelador café.
Se posaron tus ojos sobre mi y soy un insomne.
Eres el origen de mis desvelos.
Eres la razón que me impide dormir.
Urdo la conquista de tus estanque.
Urdo como hacerme con todo tu ser.
Tramo en mis desvelos infinitos.
Que tienen su origen en tus ojos de verde café.
Se posaron tus ojos sobre mi y soy un insomne.
Eres el origen de mis desvelos.
Eres la razón que me impide dormir.
Urdo la conquista de tus estanque.
Urdo como hacerme con todo tu ser.
Tramo en mis desvelos infinitos.
Que tienen su origen en tus ojos de verde café.
sábado, 22 de noviembre de 2014
Dos diestras
Me traiciona la lateralidad.
Y me muevo en una sola orilla.
Hombres con dos diestras.
Pulgares que solo apuntan al corazón.
Muy disléxico para regirme en los dos reinos.
Muy leal para servir a dos señores.
Y me muevo en una sola orilla.
Hombres con dos diestras.
Pulgares que solo apuntan al corazón.
Muy disléxico para regirme en los dos reinos.
Muy leal para servir a dos señores.
Sin pulso
Me tiemblan las manos ante la soledad que viene.
Ante el repicar constante de las campanadas de perdidas.
Ante este invierno demográfico.
Ante la pobreza intelectual de los electos.
Ante la tortura que se avecina, con los que los pronósticos dicen que van a venir.
Sin pulso se mueren las rosas heladas en el desatendido jardín.
Ante el repicar constante de las campanadas de perdidas.
Ante este invierno demográfico.
Ante la pobreza intelectual de los electos.
Ante la tortura que se avecina, con los que los pronósticos dicen que van a venir.
Sin pulso se mueren las rosas heladas en el desatendido jardín.
Ya hace frío
Es un ventisquero el salón de las tristezas.
El salón de los perdidos.
Se entumecen los sillones en los arribados fríos.
Y lloran las llagas de las losas de granito.
Llego ya el tiempo que entumece.
El tiempo donde muchos se despiden en el viaje sin vuelta.
Hace frío en la sala de los portaretratos que impiden el olvido.
El salón de los perdidos.
Se entumecen los sillones en los arribados fríos.
Y lloran las llagas de las losas de granito.
Llego ya el tiempo que entumece.
El tiempo donde muchos se despiden en el viaje sin vuelta.
Hace frío en la sala de los portaretratos que impiden el olvido.
Las tortuosas facciones de las tuertas almas
Nada estropea más la belleza que fruncir el ceño.
Ceños fruncidos y patéticamente planchados.
Quitarse años en algunos es entrar en la jocosa senda del payasismo.
Malas artes son las que agrían el ceño.
Son las tormentas de la envidia las que retuercen nuestra faz y nuestras entrañas.
Ser rubia, no aclara el alma, solo suaviza unas tortuosas facciones, que nacen porque se tiene tuerta el alma.
Ceños fruncidos y patéticamente planchados.
Quitarse años en algunos es entrar en la jocosa senda del payasismo.
Malas artes son las que agrían el ceño.
Son las tormentas de la envidia las que retuercen nuestra faz y nuestras entrañas.
Ser rubia, no aclara el alma, solo suaviza unas tortuosas facciones, que nacen porque se tiene tuerta el alma.
Patibularias
De sapos con muy mala baba están llenos los caminos.
De sapos que escupen bilis a los que los superan.
Damas bobas, amigas de la taxidermia y el estilismo catastrófico.
Eso si sin la clase de la Duquesa.
Algunos más que escribir esputan palabras ensalivadas en papos de ramera.
Ensalivadas en la envidia y en el poso de los limos del fracaso.
Enharinadas maldades vertidas con la falsaria patina de la conmiseración y el comunismo.
Civilas renegadas, abandonadas al títere de farmacia y recocinadas en angileptoles para la prehistórica regla.
Con que facilidad cacarea, la amiga de las ricas en cuartos, pero ricas de etiqueta sociolista.
Patibularias tejedoras de calceta, y vulgares mujerzuelas que con sus cestas de nabos, prestas acuden a diario a la plaza de los escarnios.
De sapos que escupen bilis a los que los superan.
Damas bobas, amigas de la taxidermia y el estilismo catastrófico.
Eso si sin la clase de la Duquesa.
Algunos más que escribir esputan palabras ensalivadas en papos de ramera.
Ensalivadas en la envidia y en el poso de los limos del fracaso.
Enharinadas maldades vertidas con la falsaria patina de la conmiseración y el comunismo.
Civilas renegadas, abandonadas al títere de farmacia y recocinadas en angileptoles para la prehistórica regla.
Con que facilidad cacarea, la amiga de las ricas en cuartos, pero ricas de etiqueta sociolista.
Patibularias tejedoras de calceta, y vulgares mujerzuelas que con sus cestas de nabos, prestas acuden a diario a la plaza de los escarnios.
Con demagogia se carga hasta con gusto con la peor de las cargas
Con un pasado muy reciente.
Con poco pasado.
Pero pasado tiznado.
Chafarderos de lengua de lava.
Intentáis arrasar lo existente para crear una laguna de ausencia.
Desaparecida la coherencia, la incoherencia es ley.
El tiempo diezma desatinos y en la crisis el oportunista impone su falta de tino.
Mediocres que rápido aprenden que en la cumbre se reparten las mieles.
Se reparten los panes, los favores y los cargos.
Y se aprende que el pueblo con demagogia con todo carga.
Con poco pasado.
Pero pasado tiznado.
Chafarderos de lengua de lava.
Intentáis arrasar lo existente para crear una laguna de ausencia.
Desaparecida la coherencia, la incoherencia es ley.
El tiempo diezma desatinos y en la crisis el oportunista impone su falta de tino.
Mediocres que rápido aprenden que en la cumbre se reparten las mieles.
Se reparten los panes, los favores y los cargos.
Y se aprende que el pueblo con demagogia con todo carga.
De ritmos, biorritmos y arritmias
De ritmos, biorritmos y arritmias.
Victima de las decisiones y de las imposiciones.
No sólo el sol marca las estaciones y el acaecer de las noches.
Nosotros también elegimos la sinfonía de nuestros inviernos.
Nosotros decidimos invernar o reverdecer sin ser primavera.
Donde dices digo, leo diego
Cacarea nobleza, quien ninguna posee.
Nobleza de podrido corazón.
No solo etiqueto tu cándida fachada.
Si no tu delictivo historial de estafas.
Falsías y falsetes discursos de justa.
Justamente cacareas lo que no eres.
A la sombra de árboles raquíticos y secos duerme tu fama.
Nobleza de podrido corazón.
No solo etiqueto tu cándida fachada.
Si no tu delictivo historial de estafas.
Falsías y falsetes discursos de justa.
Justamente cacareas lo que no eres.
A la sombra de árboles raquíticos y secos duerme tu fama.
De claridad, caricias y otros exquisitos manjares
Hay bultos que bloquean la claridad.
Solo nos llega la claridad si apartamos los bultos.
Muchos fueron llamados.
Pocos han concurrido.
Plaza de poco revuelo.
Mercado en el que todo es magro.
Pocas presas, pero exquisitas.
Nada de ruido hacen las justas nueces.
Tomando nota.
Anotando.
Notando el poco interés.
Etiquetando.
Pocos y selectos platos en la mesa de los elegidos.
Para la alcoba de las caricias muy pocos son los bienvenidos.
Solo nos llega la claridad si apartamos los bultos.
Muchos fueron llamados.
Pocos han concurrido.
Plaza de poco revuelo.
Mercado en el que todo es magro.
Pocas presas, pero exquisitas.
Nada de ruido hacen las justas nueces.
Tomando nota.
Anotando.
Notando el poco interés.
Etiquetando.
Pocos y selectos platos en la mesa de los elegidos.
Para la alcoba de las caricias muy pocos son los bienvenidos.
Las caras almejas
Es el vició de la mano libertina el que pierde a mucho gran hombre.
Es el vicio por la mujer fardona el que eclipsa la impoluta estela.
Manos que terminan presas por adornar de brillos el corazón de urraca de la amada.
Nada sacia, nada llena, nada colma el desmedido foso que es el ansia de la titiritera.
Caras almejas, caras chirlas, caros caprichos que pagará el preso, pero que muy, muy caros.
Amores que solo te acompañan en el recibir y te abandonan en cuanto les toca dar.
Es el vicio por la mujer fardona el que eclipsa la impoluta estela.
Manos que terminan presas por adornar de brillos el corazón de urraca de la amada.
Nada sacia, nada llena, nada colma el desmedido foso que es el ansia de la titiritera.
Caras almejas, caras chirlas, caros caprichos que pagará el preso, pero que muy, muy caros.
Amores que solo te acompañan en el recibir y te abandonan en cuanto les toca dar.
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