Los Lobos jueces

Que cándida la Infanta, que astuto el Lobo. 
Princesas que aran el barbecho Rojo.

La injusta justicia de las Salas de la Audiencia

Hacer de la falta virtud.
De la tara talento.
De la merma tendencia.
Y de la imperfección envidiado acierto.
No hay reglas escritas para conducirse en estética.
Con reglas escritas se justifica la falta de ética.
Delinquir es un camino con muchos avalistas.
Dañar es una virtud en la que los jueces son especialistas.
Especializados en trastocar.
En senderos torticeros. 
En beneficiar a amigos para luego pasar el sombrero.
A la sombra el robagallinas.
Y asolanándose de chiquitos el vil matarife.
Es ciega y tiene tara.
Y nos mengua la calma a los que con moral nos conducimos.
Porque ni resarce, ni pena.
Porque ni restaña, ni cierra.
Solo sala llagas.
Con la distante insolencia del que por el lodazal arrastra la toga.

Sisar para brillo comprar

El alimento del esteta no engorda.
Solo hace crecer el ego.
Comida frugal, para sisar.
Y poder comprar el brillo de las bagatelas.

Envoltorios

"Devoramos brillantes envoltorios, caramelos sugestivamente envueltos y confundimos el interior con la cascara. La sin razón nos lleva al absurdo y varados en el absurdo hacemos mortal acopio de superficialidad."
Irsia Carolain Sprimbol

Fabiola de Belgica

Desde el Palacio de las Viudas.
Parte el alma de la que no pudo dar al Rey vástagos.
No pudo llevar a buen puerto las semillas de su vientre.
Pero aun sin frutos fue un árbol querido. 
Frágil Reina de vitrina.
Delicada porcelana que hoy se ha hecho añicos.

Diamantista

Es la belleza un faro que atrae desgracias.
Compradores de belleza.
Usureros de lo bello.
Judíos diamantistas.
Bien efímero.
Que obliga a la sustitución.
Solo tendremos una primavera.
Una floración.
Y un largo invierno.
Ha llovido tanto y tanto.
Que la vida nos ha arrasado.
No amputa la mano.
No es ella la diestra, ni la siniestra.
Está la fuente de la maldad en la nefanda testa.

El festín del hollín

El fuego calcinador desposee.
Pero tambien al burro de los arreos libera.
Sin carga y en la nada.
Sin nada pero sin carga.
Ya no hay mudanza.
Ya no hay cuidado.
Ya nada se descuida.
Porque el fuego del cuidado nos ha liberado.
Rozas por fuego para eliminar maleza.
Sin maleza es ya todo fértil tabula rasa. 

Vuelve a empezar

"Una mala cabeza derrama en segundos la copa de lagrimas que llenaron cien, Dura labor llenar gavillas para ver en el pedregal el trigo. Tras el concentrar viene el dispersar y otra vez el ciclo vuelve a empezar."
Irsia Carolain Sprimbol

Ruedas de molino.

No se alcanza el cielo cargado de alhajas.
No flotan las piedras.
No flota el que a ellas se aferra y amarra.

Ruidosos estorninos

Fieras que habitan en la desierta alcoba.
Ejercito de ruidosos estorninos.
Plaga que desentierra los brotes de mi recién anidada calma.
Solo, en la fungosidad mortal que se ceba creciendo en mis llagas.

Diamante sin corona

Yo no soy orla de nadie.
Soy brillo suelto.
Yo no arropo el brillo de nadie.
Con nada me tapo, a nadie yo tapo.
Ni ciego, ni hago cegador ningún brillo.
A solas me lamo las llagas.
A solas me ciega mi brillo.
sin montura, desmontado.
Sin facetas, desfacetado.
Brillo simple, es el brillo de mi simple existencia.
El brillo de mi propia pirotecnia.
Ni busco corona, ni en la corona de brillantes de nadie quiero estar colocado.

Lagrima libre

Ser corriente o lagrima libre.
Lagrima que no se diluye en el cauce de la uniformidad.
Sin el calor del tumulto.
Sin sentir que en el tumulto se diluye mi imaginación.

Trajes de sastre

"Es la historia un traje de sastre, es la historia un sastre de régimen, quien gobierna viste de sastre. Costuras que a su interés se adaptan, pinzas que ciñen y desdibujan el hinchado vientre. Historiadores de régimen, historiadores que con el suministrado paño hacen el sastre. Novelas de interés, intereses novelados."
Irsia Carolain Sprimbol

Es la justicia un fiel injusto

Tiene hacienda el que gana los juicios´.
No es el buen juicio el que hace crecer la hacienda.´
Si fuera el justo, el camino del transito.
Nadie iría a juicios y nadie tendría una desmedida hacienda. 
Es evidente que el atajo es injusto.
Pero es más injusto que el justo pierda el juicio.

Ríos que no suenan

Vivimos etiquetados.
Encerrados en un dramático cubil.
Miedo nos da protestar.
Y dirigimos nuestra queja entre mil ambages.
Nos instiga el aprisco de las maledicencias.
Cercos que permitimos que nos construyan.
Tarros de los que no nos atrevemos a salir.
Ríos que suenan y agua no llevan.