Soberanos que solos conquistan reinos

Que bello e invasor es el acanto que enraíza en lo difícil.
En el resquicio de fertilidad que le consiente el árido suelo.
Valentía de verdor que levanta la costra de miseria.
Y crea un vergel de jugoso candor.
No es el sino de los nuevos tiempos pedir.
Es ir a buscar, aprovechar las fisuras del muro para hacerlo volar.

Verano

Se agostan los líquenes en las tejas. 
Con esta borrachera de luz de verano.
Que llama con su calor a la puerta.
A la puerta de una primavera que amarillea.
Para ser pasto de los rubios estivales.

Sin cielo

Sin talento y sin talante.
Ubres de parte o todas las ubres para una sola parte.
Centra tu existencia en existir por ti, no como contraposición a mi.
El cielo existe no porque exista el suelo, el suelo existe sin necesidad de cielo.
Yo no me entretengo en contiendas, pero veo que algunos solo viven con este fin.

Paraísos asfixiantes

No hay crímenes en el paraíso.
Paraísos asfixiantes.
Tiempos cribados.
Tiempos de edenes de sesgada información.
Calma construida por un censor.

Manteles de colores

Con manteles colorados se viste el viento, el viento de inquina.
Sombrío estaribel de verbena sin luces.
Bodoquera ladradora que a la bella luna, desea la muerte.
Loca subida al campanario para dar pregones.
Para pregonar que ya no pasas hambre.
Hambre de hombre.
Hambre de star.
Hambre de clase.
Marcan el tiempo dos agujas, sobre la inmaculada esfera.
Y por mucho que te de tiempo la vida. 
No vas a ser más que una jarta pordiosera.

Escuerzo

Rodeada de zascandiles radicales.

Virgen añosa de vulgar adobe.

Trompetera del apocalipsis.

Corista de violentas trazas.

Rana de croar torpe.

Iletrada albóndiga.

Rastrera mujerzuela de papo osado.

Mentirosa hortera que solo alardea de tener vulgar calderilla.

Serpiente sin cascabel.

Escuerzo que en lugar de comunicar solo sabe eructar.

Ni sabes leer, ni sabes hablar, solo sabes con tu cara hinchada al Niño Jesús, asustar.

Trapío

Con el trapío suficiente.
Con el envidiado trapío.
No solo soy soberbio.
Si no que soy con soberbia envidiado.

Marineritos de tierra firme

Marineritos de la penillanura.
Sin mar pero buscando faena.
Pendiente de las maromas para poder recalar.
Escondidos en el follaje.
En las pasarelas.
En los camarotes.
Intentado pescar en la noche, el amor.
Escondidos tras la forzada compañía.
Comiendo almejas aunque se mueren por llevar a su boca un mejillón.

Chispa desesperada

Chispa desesperada.
Débil pirómano.
Cruel Eróstrato.
Todo es simple.
Está todo en manos del simple.
Hacer daño es simplísimo.

En el próximo pleno la zona de cruising definiremos

Placeres complicados o como nos complican la vida algunos placeres.
Manos que estrechan febriles el fruto de la noche.
El fruto anónimo bajo la lona negra de las deshilachadas estrellas.
Culpables y sintiendo la culpa clavada en nuestras entrañas con arremetidas de ansia.
Con el dolor de la urgencia, con el dolor de saciar en la noche oscura la calentura que nubla nuestra luz.
Hambre asentada saciada con gula en segundos, segundos de espasmo donde todo se desborda y a lametones impedimos que caiga a la arena del suelo, a la graba del desierto que es nuestro amor escondido, amor de urgencia bajo el negro firmamento.

Laberintos de contabilidad

"Cuando no nos salen las cuentas hacemos uso de muchos cuentos, para poder justificarlas y cuadrarlas. Laberintos de contabilidad que si los desandas te llevan a los bolsillos de quienes las cuentas intenta cuadrar."
Yoransel de Omatog

Con locura soy odiado

Soy lo que me puedo permitir.
Soy las puertas que he cerrado.
Soy las puertas que si quisiera podría volver a abrir.
Soy las puertas que nunca abriré.
Soy las mil puertas que mi inteligencia abre.
Soy el aborrecido.
Soy la alargada sombra.
Soy odiado pedante.
Soy manzana de discordia sana, sanísima y para la gran mayoría inalcanzable.
Nunca he robado besos.
Amo con locura y con locura por el que no me alcanza, soy odiado.

Del cuento

"Cuando se vive del cuento, interesa que se descuadren las cuentas."
Dervik Tro´men

No sienten frío las estatuas de bronce

No sienten frío las estatuas de bronce.

Coraza de nieves perpetuas.

En el jardín de insultos y salivazos.

Desnudez broncínea para soportar el ser ultrajado.

Lapidas que impiden el olvido.

Cuerpos que el amoral ya ha olvidado.

Buscáis llenar las cunetas con otros muertos.

Con vivos que vuestros muertos no han matado.

Odiáis, pensando que con odio podréis reescribir la historia.

Pero el odio solo siembra de minas el futuro.

Y vuestro odio el hoy ya lo ha sembrado.

No se heredan los delitos.

Y vosotros nos forzáis a heredar delitos.

Que nuestros padre no han realizado.

Cabras hartas de comer papeles

Reina de tumultos.
Dama de los enjambre.
Halitosis de ignorancia.
Peste bubónica de la lectora de los trompicones.
Fuera de la realidad están las uvas verdes.
Catafalcos para la clase muerta.
Para el apuntador del receptor de la varita.
Balcón de las pepitorias.
Del pollo frito y la ración de torreznos.
Vivan los calamares y las mondas de patatas.
Vaivenes de carruaje circense.
De cabras hartas de comer papeles.