Apogeo de mar

Vientos altanos que a la puerta de casa,
nos traen el álgido éxito.
Apogeo nada luchado,
pues es un remolino sin tesón.
En los brazos de la tierra.
En las lenguas del mar.
Acunado y lamido sin parar.

Sólo temo perder

En el cerro aislado que domina el llano.
Desde mi otero.
Oteando el cerco de nieves perpetuas que cierra el raso.
No temo batallar, sólo temo perder.
No tengo prisa porque mi hiperactividad no tiene pausa.

Tras el plomo

El tan frágil el aleteo del colibrí.
Es frágil pero perturba.
La unicidad con frecuencia es demoledora.
La soledad horada túneles en las murallas más férreas.
Mina los vicios más execrables.
Descorre las cortinas más densas.
Se esconde tras el plomo el delincuente.
Pero la fragilidad del aleteo del colibrí todo lo descorre.

Volar

Que difícil es enseñar a volar.
Que difícil es levantar el vuelo.
El temor nos corta las alas.
La protección nos acorta el mundo.

Los odios crean mártires

Las campañas de odios crean mártires.
Los mártires revierten las campañas de odios.
El que odia sólo recoge odios.
El que instiga, termina siendo instigado.
Ten cuidado con los Santos, porque suelen obrar milagros.

Vocablos

Somos los nombres que elegimos.
Somos la carroña con la que nos juntamos.
Decidimos con nuestras palabras volar o reptar.
Pecados inconfesables que en el ruido de los vocablos dejan rastro.

Soy por ti

Amar nos ancla al mundo.
Amar nos hace madrugar, para besar y libar el almíbar del nuevo sol.
Querer es luchar sin el desánimo del que no posee un norte.
Norte magnético es el amor.
Viento que inflama las velas del navío.
Soy por ti, por ti aquí estoy.

Cetrinos y cerúleos

Me persiguen los espectros cetrinos y cerúleos.
Rostros roñosos, de sombras tenebrinas.
Afectos excitados de nacaradas cacarañas.
Celebérrima fealdad que seduce al hampón.
Bajo palio va la aplaudida miseria.
Terrosos rostros
de terrosas entrañas.

La farfolla de la hojarasca

Oteo desde el corcel, el campo abierto donde se pilla a la zorra.
Ejido esquilmado con sus malas artes.
Se esponja la pena al sentir que está próximo el resarcimiento.
Valle espinoso de urdimbre nefanda.
Se descohesionan las filas enemigas con la lluvia de piedras.
Es la verdad violenta, es dura, el pulido marro que impacta certero.
El hilo del amanecer devana las cuentas y como rebañadera saca escondidos delitos de la trastienda.
Como teme la claridad el lagarto, el hampón que medró en la indecencia.
Cordillera de faltas que luce delatora tras segada la forfolla de la hojarasca.

Dédalo de hojarasca

Las palabras crean bosques muy densos.
Dédalos de impenetrable hojarasca.
Sólo si te doy la clave, te iniciarás en mi culto.
Sólo se desvelará lo oculto, si mi mano te entrega la llave.

Borbotón rubí

Te ciñe un cinturón de estrellas.
Astros que tu calor derrite.
No hay templanza en el desafuero.
En la brecha del borbotón rubí.
Son angostas las calles del placer.
Meandrinoso serpenteo que bará potestades.
Mi lengua recorrerá untuosa recodos por relamer.

Gélida flor y nata

Se derrite el manto de nata.
El gélido azúcar que empolva magarzas.
Se derriten mis manos.
Heridas por el cansancio.
Heridas por el frío sin tregua.
Se me cansa el pensamiento,despojando de espinas a las zarzas

San con uno mismo

Yo me amo.
Yo me quiero.
Yo solo me mimo.
Yo solo me consuelo.

Rosas para San Valentín

Rosas para San Valentín.

Amar no es fácil, seguir amando complicadísimo. 
Desear si es fácil. 
Pero con el deseo a secas no se cimenta una unión.
No es celebrar la ceguera de un Ángel.
Es celebrar el tesón.

San Valentín

Día de amantes que ni nos aman.
Día de amados que no amamos.
Día de flechas que nos enredan.
Día de enredos y asaeteados.
En manos del amor.
Martirizados por las caricias, de las delicadas manos.
Querría quererte, mas no te quiero.
Querría que tu a mi me quisieras, porque yo te amo.
Como viene se va.
Cuando llega no se le espera.
Violento viento de desafuero. que arrasa y vence a todos los corazones.
Feroz tortura que nubla, toda cordura.
Amigo que no eres mi amante, cuánto amor yo te daría.
Amante que no eres mi amigo, si yo pudiera por tu desden, que pronto de mis entrañas, te sacaría.
No todo en las flechas del arquero ciego es armonía.
Suspiro por estar atado y cuando estoy ya atado, porque me liberen de este tormento, doy alaridos.
Amor de aire, de agua y frío, amor que encharcas el helado umbral de mi alcoba.
Amor que abrasas y calcinas mis metas y mi futuro, y viras el rumbo de mi timón y me arruinas y encallas.
Amor no sé, si te deseo o deseo que me desees, porque es todo desasosiego en este no saber cuando y cuanto me quieres.