miércoles, 11 de octubre de 2017
Caricias lastimeras
Hay amigos que nos hacen menguar.
Amigos que nos muerden y entorpecen nuestra zancada.
Caricias lastimeras que nos ralentizan.
Vampiros, que se nutren en la sangría que ocasionan a nuestro tesón y fuerza.
Garrapatas que roban nuestro brillo y nos vuelven cenicientos.
Lastrantes afectos de deflagración.
Pedradas desde la corta distancia.
Amigos de farra
Los cómplices del drama, son las primeras ratas en huir del navío que zozobra.
Amigos del latrocinio, que cuando la faena del hurto se fameliza, se marchan.
No son tus amigos los que te sablean en la jarana.
Los que te jalean en la cresta de la ola de tus francachelas.
Amigos de farra que en la escasez te abandonan.
Todos los circos terminan con una bajada de telón.
Todas las alimañas terminan retratadas por una instantánea atroz.
Las caidas siempre tienen tufo a gresca de rameras.
lunes, 9 de octubre de 2017
Jardín siniestro
Desciende el viento al infierno de hielo.
A la umbría de los alacranes.
Somos el miedo que acumulamos.
El embalsado temor a la ira.
Verde es el jardín del siniestro.
Amapolas de sangre de mártir.
Hierro atroz de corniveletos toros de Veragua.
domingo, 8 de octubre de 2017
En el mar de los hipocampos te soñé ayer
Ya no está preso mi anular, por la alianza de los días felices.
Cabalga mi mano libre, por los cuerpos de la noches.
Cabalga y se lastima, rodando sin calor por los abrazos del anochecer.
Quién pudiera, seguir teniendo tu cuerpo, para perderse.
En el mar de los hipocampos te soñé ayer.
Limo de río sereno.
La sutil marea de besos de la mañana.
El viento que inflama la blanca vela huele a ti.
El dolor que me impregna en la partida.
Los colores de incendio del amanecer.
Segundos que tras la cornada del día.
Saben a limo de río sereno.
Saben a azúcar sin café.
Lucero del alba, ya siento el brío.
Ya siento el frío del despertar sin sueños de este perder.
sábado, 7 de octubre de 2017
Vivir viviendo, morir viviendo
Hay noches que se me acerca al oído el terremoto del invierno.
Se me acerca la muerte y me susurra, como todo desaparece.
La vida es una carretera sin retorno, sin paradas, paisajes que desfilan, paisajes de incendio.
Vivimos tiempos de Neptuno, tiempos caníbales, devoramos privilegios, derechos cercenados a los más débiles.
Nunca hemos sido iguales, nunca seremos iguales, sólo en la muerte dormiremos el mismo sueño.
¿Qué es existir? Es sólo buscar comida, es una condena a vivir comiendo, necesitar, tener sed.
No somos valientes y seguimos caminando, vivimos viviendo.
Profundo cañón, que creó el tránsito, andar los caminos andados, dormir para seguir andando.
No quiero hacerlo, pero una inercia indómita me manda, y continuo buscando la verdad y viviendo.
Quererse es vivir muy lento, cuidarse es morir muy lento.
Tres cuartas partes son CATALANES silentes
La independencia que nunca existió, anhelo que una y otra vez la división intestina frustra. Batalla de banderas de división, batalla de banderas para dividir, batallas que gana siempre la unión.
Es muy fácil hablar en nombre del todo, cuando a lo máximo, se es la mitad. Tensiones de punta emergida del iceberg. Todo no es lo que se ve, hay tres cuartas partes silentes, discretas, apáticas, conformes con el estado vigente o indolentes que esperan el catalizador propicio para reaccionar.
No hacer ruido, no es no existir, es sólo no haber sido estimulado de la forma conveniente, no haber incluso sucumbido al estímulo machacon del odio, no haber servido de campo arado, para la cizaña de un secesionismo instalado en la maraña de mentiras, que es reescribir la historia para aleccionar a la infancia con la que la realidad se intenta subvertir.
No todo está a la vista, y a los silentes con mucha frecuencia no se les ve, pero en momento dado, afloran, y afloran como riada, que asola con su calidad, con su potente vil metal. Afloran y descalabran la cresta de humo de una ola de oportunistas, de sátrapas, de falsos condes, que quieren ser reyes de la cosa pública, de la tierra de todos, del territorio común de España, que llaman suyo cuando a los silentes también les pertenece.
Ruido de sables de rufianes, de patanes, de cabezas maléficas que tapan con la marea de la calle un latrocinio institucionalizado, tapan con la farfulla de media lengua, mal aprendida y mal hablada, y que sirve de tilde diacrítica de superioridad, a toda una patulea que lo que realmente bien entiende es la lengua común, que el castellano, el idioma que une y que todos hablan y comprenden.
No es cemento el odio, para ligar la forja de un futuro común.
Suena a pólvora de cobardes, a trileros, a tarascas con varas de mando, a arribados de allende los mares que se creen más dignos y catalanes que todos los catalanes españoles. Y solo suena porque la riada que tiene la pasta abandona el barco de la mezquindad catalana.
Síndrome de inabordabilidad
No es fácil hacerse entender, no es grato sentir que no te entienden. Ver, como tú te empapas de sus miserias y las digieres y diseccionas, brindándoles tras el esfuerzo, comprensión y soluciones. Y mientras, tu pesar no es ni abordado, ni lamido para abarcarlo y así almibarar al menos, la angustia de tu aislamiento.
No es fácil arar el pedregal de la indolencia, sentir el inclemente frío de la cizaña, la soledad entre la multitud y su zafio y lacerante roce.
Por eso impongo distancia, por eso soy altivo, por eso sonrío herido de inabordabilidad.
No puedo tener mácula, pues nada me roza para mancharme. Impermeable al desaliento, animo a quien me desanima y construyó con el vilipendio.
El odio CATALÁN, separatismo versus egoísmo
Todo es muy simple, en torno al nacionalismo sólo hay egoísmo. Todo gira en torno a lo que tenemos y no queremos compartir, y lo que no tenemos y separandonos podemos conseguir.
Vilezas de hermanos que en su afán pródigo y heredípeta, creen que el futuro les sonreirá, y tarde y mal terminan viendo que la solidaridad es osmosis, es una corriente recíproca, que el egoísta marcaba como carga, y recula cuando ve que pierde todo el gran retorno, todo lo que él no valoraba y su hermano de daba en la unidad. El odio aglutina, pero odiar nada bueno da.
Vestirse de VERDAD, nunca genera corrobla
La excedencia y la escasez son polos de un movimiento pendular.
Guerra y paz es la bipolaridad cainita del hombre.
No somos buenos por naturaleza, es la inculcada moral la que nos ancla al bien.
Suele sucumbir la turba a la soflama del odio.
Enraiza la zafiedad en el estiércol del analfabeto.
Chusma sin decoro, sin clase, sin brío.
Que amparados en el número, quieren nublar el brillo del soberbio.
Nada teme el abanderado de la luz, de la verdad que condena al mediocre.
Nada teme el sublime, el que con tesón coronó la cumbre de nieves perpetuas.
¿Dime lo solo que estás? Y te diré cuanta razón tienes.
Vestirse de verdad, nunca genera corrobla.
viernes, 6 de octubre de 2017
Locura sin perras
Caemos con facilidad en las trampas.
Suculenta es la artimaña.
Dulzor de veneno.
Cepo de ratas.
Somos las mentiras que creemos.
Somos la vulgaridad que comulgamos.
Circo de perras locas.
Locura sin perras que hace circo.
Hay fiestas que terminan en duelo.
Pólvora que lleva al obituario.
jueves, 5 de octubre de 2017
El bochorno tras las bambalinas
La verdad es riada, pero cursa sin ruido, es insultante, pero no es un insulto.
La verdad es confort, la verdad es mi ideología, es mi norte, juego con ella, juego de su parte, está en mi lado del tablero, tiene los colores de mi bando, el color de mi bandera, torres desde las que aireo en el valle, las cuentas sin cuentos.
Nada teme mi verbo rápido, nada teme al infecto, al de entrañas turbias, al del nido de víboras en la cárcel torácica.
La verdad es afilada, es cortante daga. Es estilete que desmonta, la soflama de la calle, con destrezas de cirujano.
La verdad hiere al torpe, al fariseo que en los recodos atraca al tranquilo, al tibio que ha decidido ir de perfil como modo de vida.
La verdad es caramelo de hiel, que reseca la boca del mentiroso y le hace tragar y tragar agua de azúcar, para endulzar su discurso de patrañas, su necedad, su trilera valía, su miseria moral, su raída alma.
No tiembla la voz del valeroso, que aún cubierto de inmerecidas saetas, se sabe sin tretas, ganador de la partida.
La verdad en sentido figurado, golpea la cara del doliente, del indolente cándido, del cándido que se pudre con la arraigada maldad en su pecho, que se descompone porque ha consentido defender con saña y mentira, el telón atroz que esconde el bochorno entre bambalinas.
miércoles, 4 de octubre de 2017
Goebbels
Ni Goebbels hubiese urdido tanta patraña.
Vulgares que alardean de finura.
900 veces falso.
900 veces mentira.
Acuden las alimañas a la carroña.
Acuden a herir al envidiado.
Siempre tiene público dinamitar la más alta torre.
Rey solo hay uno, y yo sé quien es mi Rey.
Morralla perpetua
Es la media valía amiga de la sombra.
Gentuza que se cree cumbre de la ruina.
Amorales que se conducen esparciendo verbasco.
Asco da quien no tiene ni cimientos.
La risa es patrimonio de la hiena.
El vencedor nunca obra con zahinidad.
No nos dejemos reclutar por los eufemismos.
Los falsos corderos son los que esparcen pandemias.
Es la debilidad el campo arado donde enraíza la maldad.
sábado, 30 de septiembre de 2017
Rey de ley
Solo persigo calidad.
No busco el ruido de la masa.
Su remostoso y atronador aplauso.
Su cretino borreguismo.
Calidad tasada.
Escasa.
Nunca me enredo en la corta distancia.
Soy altivo y muy distante.
Freno con la palma abierta al mezquino.
Con la palma del martirio incomprendido.
Con la certeza de que muy pocos aplaudieron mi sublime tragedia.
Rey de lo invisible.
Rey de lo intangible.
Rey de causas perdidas.
Rey de verdades.
Rey de ley.
Ley que no ve la grey.
Rey cansado de tanto desenterrar cadáveres.
Retratando a Dorian Gray.
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