miércoles, 20 de noviembre de 2013

Demasiado libres


¿Por qué el instinto de vivir, no prevalece sobre los alambicados procesos de la depresión?
¿Por qué no prevalece sobre los desasosiegos que provocan las adversidades y los tropiezos?
Hoy es un día de lluvias y quizás mañana también, pero terminará saliendo el sol, y veremos la infinidad de caminos radiales que hay entorno nuestro.
El hombre se debe sobreponer al destino, Dios le hizo fuerte y quizás demasiado libre, pues le dio la libertad de dejar de vivir.
Yo no vivo sólo por mi, vivo por los demás, por los que me quieren y dependen de mi.

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