jueves, 2 de enero de 2014

Nadie mantiene una garrapata en la oreja

Es de noche en las cuentas, se prevén lluvias y en este año no va a salir el sol.
Es tan poco domestica la economía de los que gestionan en aras de sus bolsillos.
Le resulta tan fácil al autónomo tirar por la borda lo superfluo y quedarse solo con lo esencial.
Nadie mantiene en su oreja una garrapata, porque el estado les profesa tanto amor.
Cuentas de fiesta en tiempo de guerra.
El pueblo es carne de cañón del hambre, y el electo traidor y su clientela viven holgados preparando su jubilación.
Pirámide de oro con cimientos de miseria.


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