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- A veces, escribo algunas cosas, inconexas, raras, existenciales.
Él abrazándolo aun más fuerte, le dijo:
- No te preocupes, todos somos así.
Pero renglón seguido matizó.
- Bueno, no todos. Sólo nosotros, los iniciados tan tempranamente en la senda del dolor, ese cauce, que no es el que todos transitan, ese cauce, de búsqueda y aceptación por el que nos vemos obligados a buscarnos y a reconocernos.
Sin dejar de abrazarlo, lo beso en la frente y le dijo:
- Ahora escribirás, esas cosas raras, para mi.
Te vuelco mi comentario aquí, Ángel. Hoy, día de navidad, para los que la necesitan. Pues sin yo necesitarla (creo), me veo arrastrado por esa misma inercia generalizada que ocurre en estas fechas, de ir uno buscando en todos los rincones de la nostalgia, a todos esos seres que me llenáis muchos espacios del año con momentos hermosos. Y tú eres uno de esos seres magníficos, como magníficas me parecen esas líneas tuyas de aquí arriba. Feliz navidad, si eres de los que la disfrutas, y si no, pues ya has logrado -sin pretenderlo-, que escriba esta rareza mía para ti.
ResponderEliminarMuchas gracias y Feliz Navidad.
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