Tribu de hijos de puta que pasáis a falcata a todo el que despunta.
Sino en el que siempre termina medrando el barbaro.
Sanguinaria historia de vencedores, de empuñadores de armas.
Los placeres embrutecedores, los que más rinden.
Lo elevado, lo culto esta a su merced, a su magnanimidad.
Magnanimidad de bandidos.
Tribus barbaras.
Empaquetadores de cartas de amor cargadas de dinamita.
En la credulidad y la confianza rendís portentos.
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