Sangra el castigo.
Sangra en demasía.
Sangra sin contentar a la degolladora envidia.
Del alma no se hereda nada.
El alma al partir sus tesoros se lleva.
Solo deja una estela que con esfuerzo otros sigan.
Tesoros que se evaporan.
Envidia que con las manos vacías vuelve a envidiar.
Las almas aun ausentes ocupan su espacio.
La sombra de los espíritus es más potente.
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