Esperando el turno de paredón.
El tiro de gracia.
Triunfo de la desdichada glotonería.
Premio a la más abyecta indignidad.
Se desvanece en el ensangrentado suelo el firmamento de verdaderas estrellas.
Y en ramplón alarde se sustituye por un techo raso de cañizo plagado de feriantes bombillas.
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