martes, 1 de julio de 2014

Mañas de placentero ratero

Dueño de mis latidos es el ladrón.
Dueño de mis palabras es el silencio.
El virgen renglón.
Esperó el bello descuido y sin algarabía venció mi casa.
Nada quiso, solo descansar sobre mi pecho.
Y sentir el arrullo del tesoro vencido.
Son sus besos carceleras llaves.
Son sus caricias de contienda, mañas de embaucador ratero.
Goza mi pecho agotado, con tan placentero saqueo.


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