Que no nos nuble la mente la bragueta.
Que entren en politica para servir, no para servirse del erario publico, sudor del pueblo.
Que no suframos más desatinos dictados por el ufano miembro viril.
Que no coloque a su prole, parentela o camarilla.
Que devuelvan lo robado, lo esquilmado, lo mal gestionado, lo derrochado.
Que por una vez en su vida se bajen los pantalones y digan la verdad.
Os queremos transparentes, senadores, senadores, diputados, diputadas, etc.
Hartos estamos de arribistas y arribados a las mieles de la caja común, que manejáis como propia.
Nada os pertenece, pero no es del viento, es sangre de todos, dolor de todos, esfuerzo de todos, sudor y lagrimas.
Es grande el hartazgo de vuestra caterva y calaña, de vuestro vil parasitismo, y de vuestra pompa y boato.
Fariseos, rameras irredentas que embadurnadas de afeites de cordero al pueblo embaucáis.
Es grande el hartazgo de vuestra nula enmienda, de vuestra nulo expulsar a vuestros mercaderes del templo, lacra, ejercito de sanguijuelas que sin importarles nada, famelizan al paciente y honrado pueblo.
No solo dais asco, dais más que asco, enharinados con vuestros códigos morales y éticos que no cumplís.
Sois ruido de promesas que hieden, unos y otros, sin importar vuestro color, los delincuentes y los que consienten y tapan el delito del camarada.
Entended el hartazgo de un pueblo que con tal de librarse de vosotros, el sistema quiere dinamitar.
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