lunes, 4 de febrero de 2013
La espada del exterminio
Que pecado cometí Dios mio que azuzas a Satán contra mi.
¿Como enmendaré esta racha.?
¿Que sacrificio me pides.?
Los efluvios de tu muerte flotan en el aire como vulgar veneno.
Encenderé mil cirios de cera virgen en la espesura del bosque.
Entre los húmedos helechos me postraré.
Tu eres mi creador, entiende mi tormento.
Con la rabia desbocada he arrancado a tirones mi melena, es un acto que me fuerza la humildad.
Es desdén hacia mi soberbia belleza.
Agacharé la ultrajada cabeza ante ti, solo ante ti.
Y a solas sin lucimiento en la humedad, entre las verticales coníferas que cubre el liquen, oraré.
Con la fe del rendido y conocedor de tu fiero poder intercederé, ya que a todas partes llega, en todos sitios estas y todo lo ves, haz justicia, justa justicia, divina justicia.
Nada a ti escapa y en todas partes es necesario temerte, apiádate de mi y de mi aflicción.
Dame una señal, una brisa, un gemido, un rayo.
Posa tu fría garra sobre los necios que a tu creación ningunean, vituperan y destruyen.
Tómame impuro y rendido, y perdóname y ponme en pie a tu servicio que quiero portar en mis manos la espada del exterminio.
domingo, 3 de febrero de 2013
Curia de cainitas
Culebrino ser.
Chacal agazapado ante la puerta de mi morada.
Curia de cainitas.
Bicerra que en tus saltos precipitas intencionadamente piedras sobre mi hogar de llano.
Nada es bilateral, al tajo no respondo y solo tu la corniveleta a mi me hieres.
Chacal agazapado ante la puerta de mi morada.
Curia de cainitas.
Bicerra que en tus saltos precipitas intencionadamente piedras sobre mi hogar de llano.
Nada es bilateral, al tajo no respondo y solo tu la corniveleta a mi me hieres.
A mi lado
En el trayecto saturado de entradas y salidas.
Me desordenaré en la lluvia.
Llanto por las efímeras y lesivas compañías.
Imposible habituarse al abandono y a la traición.
Tantas y tan infieles amistades.
Cogeré y abandonaré.
Me cogerán y me abandonarán.
¿Quien será?
El sol de mis noches.
La luna de mis días.
Todo agota vigencia
En los catastróficos últimos afeites te pierdes.
Parámetros de brillo liberrimo.
Todo agota vigencia y lo primero en caer es lo último.
Almas de plomo
Combates rindiendo murallas, venciendo fosos, esquivando parapetos, cruzando puertas con empalizadas de estacas.
Luchas por un botín, sin botín no hay lucha.
Valeroso saqueo de alevosa táctica.
Sin fin no hay principio.
En la derecha.
En la izquierda.
En el centro.
Lotes de caudillos.
Triada de ladrones.
Arrasáis todo incluida la protección divina.
Botín de fieras , fiero y denodado festín.
En la rendida plaza poco importa el pueblo, peones del saqueo.
Sed elíptica.
Pánico oblongo.
Oro de sangre.
Almas de plomo.
Lo mas táctico para el benevolente es morir.
Luchas por un botín, sin botín no hay lucha.
Valeroso saqueo de alevosa táctica.
Sin fin no hay principio.
En la derecha.
En la izquierda.
En el centro.
Lotes de caudillos.
Triada de ladrones.
Arrasáis todo incluida la protección divina.
Botín de fieras , fiero y denodado festín.
En la rendida plaza poco importa el pueblo, peones del saqueo.
Sed elíptica.
Pánico oblongo.
Oro de sangre.
Almas de plomo.
Lo mas táctico para el benevolente es morir.
sábado, 2 de febrero de 2013
Depredadores de santidad
No hago pie en esta laguna de decepciones, donde habitan los depredadores de santidad.
La fuerza desecadora del sol, hará infértil mi corazón y me cegara. Así zozobraré sin ver al artífice de mi hundimiento, el bello sol que ya nunca veré me impedirá el rencor hacia quien no vi que me traiciono.
Fiestas de bronce ante la ausencia de oro.
Iris de hierro y plomo, ceguera designio de mi Dios.
La fuerza desecadora del sol, hará infértil mi corazón y me cegara. Así zozobraré sin ver al artífice de mi hundimiento, el bello sol que ya nunca veré me impedirá el rencor hacia quien no vi que me traiciono.
Fiestas de bronce ante la ausencia de oro.
Iris de hierro y plomo, ceguera designio de mi Dios.
Lloraré
Solo lloraré mañana.
Nunca me rendiré hoy.
El mañana no existe y ya llegará.
Hoy los ángeles que saben de tropiezos, cuidan de mi.
Nunca me rendiré hoy.
El mañana no existe y ya llegará.
Hoy los ángeles que saben de tropiezos, cuidan de mi.
El Altísimo y el Bajísimo.
En el árbol de la serpiente.
Con la divisa de Satán y las dobleces de rigor.
En tu merecida distancia aborreces vástagos que otras crían.
Ceguera de madres frustradas y generosas.
Diteismo donde se reza y alumbra al bien y al mal, a los dioses y a los antidioses, en el mismo altar. Con las mismas ofrendas y los mismos sacrificios, que temor tienes si a los dos contendientes te han vendido.
Que temes si uno de tus dos amantes va a vencer.
Rezarás por el más alto, el altísimo.
Rezarás por el más bajo, el bajísimo.
Contentando la cara y la cruz imposible errar la apuesta.
Con la divisa de Satán y las dobleces de rigor.
En tu merecida distancia aborreces vástagos que otras crían.
Ceguera de madres frustradas y generosas.
Diteismo donde se reza y alumbra al bien y al mal, a los dioses y a los antidioses, en el mismo altar. Con las mismas ofrendas y los mismos sacrificios, que temor tienes si a los dos contendientes te han vendido.
Que temes si uno de tus dos amantes va a vencer.
Rezarás por el más alto, el altísimo.
Rezarás por el más bajo, el bajísimo.
Contentando la cara y la cruz imposible errar la apuesta.
Berilo
Inmortales corceles de oxidiana me llevarán al valle de los cedros de berilo.
Mancharé con ceniza mi cabeza, presuroso gesto de polvo.
Sano juicio que encargas tu trabajo al mar de los sollozos.
Llegaré hasta el suicidio.
En el ornado lecho, tálamo de mi último goce, el más efímero.
Solo, con la seguridad del abrazo de la más que segura muerte.
Bravo sentimentalismo que tras la magnánima brutalidad para siempre se va.
¿Hombre de anchas espaldas podrás cargar con todo.?
Beligerante contrariedad, son las razones legitimas las que posibilitan y me azuzan a batirme en el último espasmo.
Sera mi premonición, entre nosotros ya no hay un istmo, existe un abismo.
Lavarás mi cadáver, lo ungirás y me volverás a colocar en el lecho.
Y me llorarás con la tranquilidad de que tras mi último sueño, cubierto por el negro velo ya nada de ti para mi vendrá.
Amor insensato que vinculas existencias a sabiendas de la nula conveniencia.
Mancharé con ceniza mi cabeza, presuroso gesto de polvo.
Sano juicio que encargas tu trabajo al mar de los sollozos.
Llegaré hasta el suicidio.
En el ornado lecho, tálamo de mi último goce, el más efímero.
Solo, con la seguridad del abrazo de la más que segura muerte.
Bravo sentimentalismo que tras la magnánima brutalidad para siempre se va.
¿Hombre de anchas espaldas podrás cargar con todo.?
Beligerante contrariedad, son las razones legitimas las que posibilitan y me azuzan a batirme en el último espasmo.
Sera mi premonición, entre nosotros ya no hay un istmo, existe un abismo.
Lavarás mi cadáver, lo ungirás y me volverás a colocar en el lecho.
Y me llorarás con la tranquilidad de que tras mi último sueño, cubierto por el negro velo ya nada de ti para mi vendrá.
Amor insensato que vinculas existencias a sabiendas de la nula conveniencia.
Ni el gambax
Recataré tras la ojiva la gangrena de mi torso.
Ni el gambax bajo mi coraza impide que se hiele mi corazón.
Episodios de equilibrista que enrarecen la epitasis de la que será mi fugaz y herida vida de débiles y fríos latidos.
En el helicoidal ascenso a mi escalofriante gloria sin elidir vivi en perenne elipse.
Ni el gambax bajo mi coraza impide que se hiele mi corazón.
Episodios de equilibrista que enrarecen la epitasis de la que será mi fugaz y herida vida de débiles y fríos latidos.
En el helicoidal ascenso a mi escalofriante gloria sin elidir vivi en perenne elipse.
Alma parens
En el expurgo se me escapara lo exquisito.
Cuestuoso epiquerema.
Hipocampo arrobado en los pétalos de una rosa de sangre azul.
Me ensordece el esquilón como estacazo de amigo próximo.
Alma parens como consientes la acrimonia de tus enemigos.
El rampante león no te protege, la granada no te sacia y la torre ya no te guarece.
Ráfaga heráldica de lutos de turbado condado.
Cuestuoso epiquerema.
Hipocampo arrobado en los pétalos de una rosa de sangre azul.
Me ensordece el esquilón como estacazo de amigo próximo.
Alma parens como consientes la acrimonia de tus enemigos.
El rampante león no te protege, la granada no te sacia y la torre ya no te guarece.
Ráfaga heráldica de lutos de turbado condado.
A mi mismo
Los monstruos de mi alma nunca duermen y me torturan hasta el amanecer.
Me delatan las violáceas ojeras, estigma de autoinfringido martirio.
De mi presa soy preso, mi derrota me derrota.
Soy mi yugo y aro noches y días sin termino el infierno de mis decepcionantes afectos.
Dolorosa sarna de traiciones.
Sudor frió en mi nuca que me impide parar en el precipicio.
Olas verdes.
Tierra parda.
Agraviado me abrazaré a mi mismo buscando en mis brazos el único consuelo.
Me delatan las violáceas ojeras, estigma de autoinfringido martirio.
De mi presa soy preso, mi derrota me derrota.
Soy mi yugo y aro noches y días sin termino el infierno de mis decepcionantes afectos.
Dolorosa sarna de traiciones.
Sudor frió en mi nuca que me impide parar en el precipicio.
Olas verdes.
Tierra parda.
Agraviado me abrazaré a mi mismo buscando en mis brazos el único consuelo.
Mortal aroma de amigo amado
El arco triunfal será mi amparo.
Junto a los cadáveres luchan los héroes.
Rehusé volver ileso y hoy empapado huyo, domado, violado, leso y rendido.
Huelo a sudor cobarde, lejos del fatídico combate.
Soy un caído león que llora hambriento ante una cierva muerta.
Soy púgil pálido y fúnebre con el mortal aroma del amigo amado.
Descifraré el reforzado dialecto, la analogía de las hipótesis me hará tomar conciencia de la proximidad que existe entre las promesas cumplidas y las incumplidas promesas, entre la defraudadora satisfacción y la exitosa insatisfacción.
La sombra pesada y rojiza de la suspendida araña provocará la crisis, luz sobre la falta y sangre sobre el delito.
Se ha abierto la puerta del derribo infinito en la trastienda de mi alma.
Pase lo que pase mis incondicionales siempre me querrán.
Las medias verdades construyen mentiras, solo las enteras verdades construyen la clara verdad.
La moderna y nada usada escritura de lo sincero..
viernes, 1 de febrero de 2013
Andar y medrar
¿Dónde se contiene el mérito o el demérito?
¿Qué nos impide la eterna gracia?
Son libres las hazañas.
Son libres los fracasos.
Somos acreedores de tesoros pretéritos, heredamos construcciones de nuestros progenitores, estatus no sudados.
¿Las merecemos?
Siempre alguien envidia nuestros sueños.
Los matices acomodan la ética a los espúreos intereses.
En la cómoda estética abrazamos llenos de candor la menguada moral.
Con la bravura del toro.
Con la mansedumbre del cordero.
Las apasionadas y dramáticas palabras del lenguaje noble y elevado, justificaran los recodos de las bajas pasiones, la tortuosa urdimbre de la carrera que intenta minimizar el exagerado dolor y maximizar el salario de las jornadas a costa de menguar injusta e injustificablemente salarios a otros.
Todo encaja, todo es dentado, todo esta articulado y se acopla el robo provocando en otro nicho una carencia.
Toda demasía conlleva una lesiva ausencia.
El encanto abominable de los seres ciclópeos que en su andar y medrar tapizan el camino de su éxito de desafortunados cadáveres.
Soberbia escritura de vituperios.........................
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