La puta gorda

Se faja la zángana en la puerta del corral de la corrobla.
Se faja zampona y presume de choricero tipo.
Faja las glorias de manteca.
Faja su exaltación del tocino.
Gloria bendita a la plebe que despelleja corderos a las puertas del aprisco.
No es tan temible la zorra, cuando amenaza la boca llena de babas de la puta gorda.

Fieles al propio interés

Que fácil es para algunos servir a dos señores.
E ir de aquí para allá del uno y del otro pregonando beldades.
Que fácil y que poco arriesgado mientras no entren en colisión los dos reinos.
Son tantos los que así se manejan, que parece un comportamiento natural.
Velas a los dos dioses.
Ofrendas en dos altares.
Sin fidelidad ni fiel.
Fieles al propio interés.
De los dos sacando tajada.
A los dos sirviendo a medias.
Y con el compartido embuste de que solo por ellos se desvive.
Que fácil es para algunos mentir o decir medias verdades.

Vemos en la paja trigo

Cuidamos de lo efímero como si fuera eterno.
Descuidamos lo eterno como si fuera efímero.
¿Mal enseñados o inconsciencia.?
No baremamos bien el tiempo. 
Y vemos en la pacotilla alhajas. 
Y vemos en la paja trigo.
Y no vemos que solo se mide lo efímero.
No se mide ni el infinito ni lo eterno.
¿Donde están tus tesoros.?
Están en el tiempo.
O a salvo del paso del inexorable tiempo.

Ciclos de purgación

Forzado acarreo de postrimerías.
Sillares tallados por otros.
Claves de otros arcos que para el arranque del nuestro servirán.
La regia lapida del emperador será mi umbral.
Y el ara de los sacrificios la piedra de la lumbre.
De la gloria al charco, del charco a la gloria.
Ciclos de redención.
Ciclos de purgación.

La justicia de Dios, dura e implacable

No todo está en las manos del hombre.
No todo está a su alcance.
No todo lo tramita el mortal.
Más allá de la esfera de esta vida, donde están los perfectos.
Donde la luz lo baña todo, pero sin estridencias,
se rigen designios y se corrigen metas.
No te avergüences de rezar, aunque no lo creas eres escuchado.
Pero la infalibilidad del Todo Poderoso es inabarcable para nosotros, sus decisiones injustas, no lo son.
Es la justicia de Dios, dura e implacable.
Ayer lloré por que no fui escuchado.
Hoy no sonrío, pero entiendo que no atendieran mi suplica.
Mi Dios tienes contigo ya a otro ángel, quiérelo más de lo que lo he querido yo.

En las horas bajas

En las horas bajas.
En los días grises. 
En los días grises de sol.
En los recodos de tristeza.
En la falta de ingenio.
En la carencia de chispa.
Mediré vuestra presencia.
Mediré vuestra ausencia.
Mediré vuestra compañía.
En los días de lagrimas, tras perder a un ángel.
En los días de plomo sin poder volar.
En mis horas bajas mediré al que enjuga mis lagrimas.

Gravedad, bendita gravedad

Todo vuelve al cauce.
Todo después de la proeza de desencauzarse.
Vuelve al prescrito sitio.
La fuerza es débil.
La orografía muy fuerte.
Nunca el agua escalo montañas, más bien rodó por ellas.
Gravedad, bendita gravedad.
Que zonas sedimentos con criterios veraces.

Venenosa patatera

Es exquisito tu porte y floración.
Pero bajo tierra esta tu tesoro sórdido de bulbos de hiel.
Ese eres tu, rosal aéreo y subterránea y venenosa patatera.

El supino dolor de la supina traición

El supino dolor de la supina traición, ahogado en el mas aturdidor de los alcoholes.
Así se siente mi alma en los extraños días.
En las enajenadoras horas.
En el postrante bosque de las medias verdades.
Afiladas lenguas que me vendéis y me laméis.
Cascabeles para las ratas ladronas.
Para seguir sus cuitas.

Rogué por su muerte

Efímeras fuerzas.
Efímero aliento.
Se evaporo el espíritu de mi ángel. 
Se colapso su delicado cuerpo.
Lívido se desmorono en mis manos.
Sus ojos se convirtieron en estanques turbios.
Efímera vida.
Efímeras fuerzas.
Efímero dolor, pero intenso.
Rogué por su vida.
Rogué por su muerte.
Rogué por el fin de su agonía.

Prometo mi ausencia

Os mediré en la ausencia.
Os mediré en la presencia.
Os mediré en las escusas.
Os mediré en la falta de ellas.
No es la dureza del camino.
Es la soledad del mismo.
Y es el reconocer los que con tanta facilidad se ausentan en los tramos duros.
Todo es efímero, el amor, la amistad y los tramos de compañía.
En tus desiertos prometo que yo también me ausentaré.

Escarificaciones

Desidia de estío.
Efímera como todo.
Declive del terreno.
Pantano de lodo.
Pastos de garrapatas.
Cardos secos.
Ruina al sol.
Días largos de escarificadora luz.

Duelos de hogar

Es tan fácil enfrentarse al próximo.
Es tan previsible lanzarle dardos envenenados. 
Es tan fácil acertar en el blanco.
Blanco de mis iras.
Blanco que me enerva.
Próximo que me crispa.
Desde la corta distancia, a quemarropa.
Duelos en al mesa.
Duelos con el tenedor.
Con la agria copa de los celos.
Con el agrio vino del afecto.
Colisiones de sangre.
Colisiones que hacen sangre.
Dolor en las intimas salas.
En el calor del envenenado hogar de amor.

Odio la apología de la ignorancia

Odio a los que claudican sin haber portado un arma.
Odio a los que hacen apología de la ignorancia.
A los que en eterno bucle se justifican.
A los que en eterno bucle se regodean en sus miserias.
Se complacen en sus lagunas.
Sin esfuerzo no hay victoria.
Sin esfuerzo no hay cambios.
Sin enfrentamiento los lideres seguirán siendo los mismos.
Las injusticias seguirán siendo las mismas.
Sin lucha el inmovilismo esta asegurado.
Sin trabajo ningun campo rinde.
Sin empatía la anarquía esta asegurada.
Haz por las demás lo que los demás quieres que hagan por ti.

Espinosa virginidad

La espinosa virginidad.
Protección para no perder.
Parapetos de gloria.
Solo se saquea la virginidad una vez.
Rosas en la frente.
Cardos en el corazón.
Dolor en el transito.
Inquietud al entrar en el nuevo estado.
Que reclama para si una nueva jerarquía.
Unos tributos y la ceremonia en el tálamo de las rosas para satisfacerlos.