Temo tanto al daño que le puedan hacer a mis afectos que sufro con antelación.
El temor nubla mis momentos.
El temor al malvado.
El temor al malvado, que se que existe y vive bajo mi casa.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Asesinos de perros.
Los asesinos de perros ya sea de sus perros o de los perros de otros no saben el dolor que infringen.
Los perros son hijos de humanos que así en libertad y con el extraño amparo que nos da el sistema lo decidimos.
Pero siempre hay un hijo de puta suelto, presto a envenenar, a quitarse el cinturón, coger un palo o darle un tiro.
Sois segadores de vidas, de vidas que no os pertenecen.
Espero que os parta un rayo y agonicéis por lo que hacéis a seres cándidos y sin maldad, que es lo que son los perros.
Los perros son hijos de humanos que así en libertad y con el extraño amparo que nos da el sistema lo decidimos.
Pero siempre hay un hijo de puta suelto, presto a envenenar, a quitarse el cinturón, coger un palo o darle un tiro.
Sois segadores de vidas, de vidas que no os pertenecen.
Espero que os parta un rayo y agonicéis por lo que hacéis a seres cándidos y sin maldad, que es lo que son los perros.
Sorda justicia
Escarabajos eternos velad mi sueño.
Conciliad mis ansias de justicia, tormenta de mis días y mis noches.
Este tiempo tiene un ritmo que me agota en su calma.
Burocracia para vivir una vida muy larga.
Frutos o tormentos de senectud.
Olivares sobre alfombras verdes de briznas de otoño.
Horizonte limpio que profetiza el invierno.
Raso, frío, seco.
Si me sacas un ojo presto te lo debería sacar yo a ti.
Callejuelas torcidas para que tu sigas viendo.
Bancales de tesón, de necesidad, de fuerza.
Manos roturadoras que exprimían a lo accidentado un mendrugo de pan.
Esa es mu herencia el sudor de los míos y tu y tu cohorte de arpías me lo habéis robado.
Somos tantos los que gritamos socorro al mismo tiempo que solo te llegan extenuados sollozos.
No confió en ti sorda y ciega justicia.
Conciliad mis ansias de justicia, tormenta de mis días y mis noches.
Este tiempo tiene un ritmo que me agota en su calma.
Burocracia para vivir una vida muy larga.
Frutos o tormentos de senectud.
Olivares sobre alfombras verdes de briznas de otoño.
Horizonte limpio que profetiza el invierno.
Raso, frío, seco.
Si me sacas un ojo presto te lo debería sacar yo a ti.
Callejuelas torcidas para que tu sigas viendo.
Bancales de tesón, de necesidad, de fuerza.
Manos roturadoras que exprimían a lo accidentado un mendrugo de pan.
Esa es mu herencia el sudor de los míos y tu y tu cohorte de arpías me lo habéis robado.
Somos tantos los que gritamos socorro al mismo tiempo que solo te llegan extenuados sollozos.
No confió en ti sorda y ciega justicia.
Cenizas al olvido
Agonizas en la fría extrañeza.
Salas de transito.
Depositados allí para fallecer.
Sin ruido, sin presencia, en la ausencia.
Sin nada que recuerde el calor del hogar.
Sabanas de olor ajeno.
Sabanas frías.
Sabanas sudario.
Mortaja de frías sabanas.
Soldaditos de plomo.
Peones de barro.
Que han finalizado la partida.
Que ya no tienen jugada.
Al margen del tablero, para que no importunen.
La rapidez del mundo.
Lo perfecto y joven que es todo.
Las cremas faciales.
Las casas pequeñas donde no caben tus padres.
En la casa de tablas.
Esperando la caja de tablones.
Y el velorio verbena.
La casa de velorios y de gimiqueos comunados.
El negocio de la muerte.
La sórdida trastienda de los últimos años de vida.
Y el cuerpo desaparece y desaparece el problema.
Cenizas al olvido.
Salas de transito.
Depositados allí para fallecer.
Sin ruido, sin presencia, en la ausencia.
Sin nada que recuerde el calor del hogar.
Sabanas de olor ajeno.
Sabanas frías.
Sabanas sudario.
Mortaja de frías sabanas.
Soldaditos de plomo.
Peones de barro.
Que han finalizado la partida.
Que ya no tienen jugada.
Al margen del tablero, para que no importunen.
La rapidez del mundo.
Lo perfecto y joven que es todo.
Las cremas faciales.
Las casas pequeñas donde no caben tus padres.
En la casa de tablas.
Esperando la caja de tablones.
Y el velorio verbena.
La casa de velorios y de gimiqueos comunados.
El negocio de la muerte.
La sórdida trastienda de los últimos años de vida.
Y el cuerpo desaparece y desaparece el problema.
Cenizas al olvido.
Corrosiva micción
Se faja el informe intentando buscar la forma.
Es el alarde estético y la profusión de detalles de las mentiras.
Tengo seca la garganta de tanto pedir auxilio.
Carniceras picadoras de ángeles, aniquiladoras de gloria.
Como vais a ascender si lo vuestro es rodar.
Avalancha que todo lo pringa y arrasa.
El único reflejo que tenéis es el del charco infecto de vuestro orín.
Corrosiva micción que desvela verdades.
Es el alarde estético y la profusión de detalles de las mentiras.
Tengo seca la garganta de tanto pedir auxilio.
Carniceras picadoras de ángeles, aniquiladoras de gloria.
Como vais a ascender si lo vuestro es rodar.
Avalancha que todo lo pringa y arrasa.
El único reflejo que tenéis es el del charco infecto de vuestro orín.
Corrosiva micción que desvela verdades.
Ladrando en el lodazal
Nuevos cerdos que perpetuaran la peste en el mundo.
Corazón motor, corazón amor
El pensamiento es un bucle, tiene sus vicios, sus manías, sus rutinas.
Pienso con las manos frías intentando calentarlas con el corazón.
Corazón motor.
Corazón amor.
Ambos bombean mi vida por igual.
Pienso con las manos frías intentando calentarlas con el corazón.
Corazón motor.
Corazón amor.
Ambos bombean mi vida por igual.
El bucle de la miseria
Se siente pereza con tanto frío.
Pero la pereza la supera el hambre.
Trabajar para comer.
Comer para poder trabajar.
El bucle de la miseria.
Es imposible abandonarse cuando no solo te abandonas tu.
Abandonas a los tuyos, sangre de tu sangre, carne de tus entrañas.
Con frió y humedad consciente de que acortas tu vida.
La acortas por la la fuerza de tus entrañas de amor.
Largas jornadas que alargan el día.
Con las manos frías y las carnes magras por lo justas que van las fuerzas.
El bucle de su miseria es el bucle de su riqueza.
Pero la pereza la supera el hambre.
Trabajar para comer.
Comer para poder trabajar.
El bucle de la miseria.
Es imposible abandonarse cuando no solo te abandonas tu.
Abandonas a los tuyos, sangre de tu sangre, carne de tus entrañas.
Con frió y humedad consciente de que acortas tu vida.
La acortas por la la fuerza de tus entrañas de amor.
Largas jornadas que alargan el día.
Con las manos frías y las carnes magras por lo justas que van las fuerzas.
El bucle de su miseria es el bucle de su riqueza.
Forrado de oro.
Ostentar no es esconder.
El ostentoso va más a las claras.
El que ostenta eso es, eso tiene y con ello tapa fisuras.
Temo más la avaro, que es el que esconde.
Bajo su manto de harapos va forrado de oro.
El ostentoso va más a las claras.
El que ostenta eso es, eso tiene y con ello tapa fisuras.
Temo más la avaro, que es el que esconde.
Bajo su manto de harapos va forrado de oro.
Sin nanas y sin cebolla
Sino de tiempos difíciles.
Elevar lo elevado.
Hacer inalcanzable lo que ya no se alcanza.
Ya sin nanas y sin cebolla.
Y a merced del frío viento.
Elevar lo elevado.
Hacer inalcanzable lo que ya no se alcanza.
Ya sin nanas y sin cebolla.
Y a merced del frío viento.
Gemas de interior
Me adorno con gemas en el interior.
El brillo invisible a los ojos del avaro.
El brillo que nunca hace alarde de ostentación.
El brillo invisible a los ojos del avaro.
El brillo que nunca hace alarde de ostentación.
martes, 12 de noviembre de 2013
El informe
Parecer no es ser y ser no es parecer, que chasco para vuestra ansia heredipeta.
Costosa me saldría si dinero tuviera la muda del pelo de la zorra.
Buscan los alguaciles la alopecia en mi casa, que desatino de munícipes.
Donde están los raídos abrigos de furcia, llenos de calvas.
Bien lo saben los buscadores donde están, pues es palmaria su necesidad y calentura.
El precio del fornicio es un informe para manchar al sin macula.
Costosa me saldría si dinero tuviera la muda del pelo de la zorra.
Buscan los alguaciles la alopecia en mi casa, que desatino de munícipes.
Donde están los raídos abrigos de furcia, llenos de calvas.
Bien lo saben los buscadores donde están, pues es palmaria su necesidad y calentura.
El precio del fornicio es un informe para manchar al sin macula.
Creadores de necesidades
En la necesidad está el beneficio.
Creadores de necesidades.
Satisfacéis satisfactoriamente para vuestro bolsillo, la necesidad que habéis creado.
Dios no regala necesidades, las necesidades siempre las crea el hombre.
Se domina en la necesidad.
Y necesitamos dominar.
Bucle infeliz de dependencias.
Creadores de necesidades.
Satisfacéis satisfactoriamente para vuestro bolsillo, la necesidad que habéis creado.
Dios no regala necesidades, las necesidades siempre las crea el hombre.
Se domina en la necesidad.
Y necesitamos dominar.
Bucle infeliz de dependencias.
La flor negra
Cañonazos al cielo para derribar ángeles.
Hachazos de las asesinas presencias.
Me persiguen las rameras asiduas a las tabernas.
Las vulgares, de las pupilas dilatadas tras la ingesta de vinazo y chocolate.
Sopor de jergón de chinches y juegos para saciar el otro hambre, el hambre de la negra flor.
En la mesa de noche los anillos de verdín, pacotilla con catarros vaginales sudada.
Y en la silla del mamporrero, el abrigo sintético lleno de corridas y cotelas.
Todo chillón en el mundo de abajo.
Todo adquirido en el mundo oscuro de la abundante carne.
¿Que puedo yo envidiar a tan alta caterva.?
Negrura densa
Sois harapientas con ropas de domingo para poder usurpar las primeras filas en los convites.
Bañadas de luz sois aun más patéticas.
Fétidas y grasientas comadres de papos crueles.
Putas de luto, luto por las putas.
Reinas del ordinario orden y la sencillez de la pobreza de espíritu, ataviadas con el falso lujo de las prostitutas.
Con enternecedoras lagrimas de cocodrilo lubricáis vuestros ojos, pozos de robo, mentiras, estafas, y sexo sórdido, sucio y barato.
Negrura densa de verdugos invisibles en la penumbra.
Bañadas de luz sois aun más patéticas.
Fétidas y grasientas comadres de papos crueles.
Putas de luto, luto por las putas.
Reinas del ordinario orden y la sencillez de la pobreza de espíritu, ataviadas con el falso lujo de las prostitutas.
Con enternecedoras lagrimas de cocodrilo lubricáis vuestros ojos, pozos de robo, mentiras, estafas, y sexo sórdido, sucio y barato.
Negrura densa de verdugos invisibles en la penumbra.
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