Sois harapientas con ropas de domingo para poder usurpar las primeras filas en los convites.
Bañadas de luz sois aun más patéticas.
Fétidas y grasientas comadres de papos crueles.
Putas de luto, luto por las putas.
Reinas del ordinario orden y la sencillez de la pobreza de espíritu, ataviadas con el falso lujo de las prostitutas.
Con enternecedoras lagrimas de cocodrilo lubricáis vuestros ojos, pozos de robo, mentiras, estafas, y sexo sórdido, sucio y barato.
Negrura densa de verdugos invisibles en la penumbra.
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