El hambre en la vida es un ciclo irredento y periódico.
Las fieras solo están apaciguadas si están saciadas.
Acostúmbrate a ser atemorizado periódicamente.
A ser agredido periódicamente.
A satisfacer los caprichos y el hambre del que te extorsiona.
La liberación está en hacer desaparecer a la fiera, la fiera del terror.
Los terroristas son alimañas que periódicamente demandan.
Y quien cede y consiente se esclaviza al terror.
Mi muerte es tu muerte.
Mi negativa tu aniquilación.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
martes, 10 de diciembre de 2013
El último en rendirse
El último en rendirse es el corazón.
Penas devastadoras.
Nada de autocompasión.
Lo has arrancado de mi pecho y sigue latiendo por ti.
Penas devastadoras.
Nada de autocompasión.
Lo has arrancado de mi pecho y sigue latiendo por ti.
Los retratos de la sala
Las tragedias huelen a tierra.
A lamparillas de aceite.
A cuentas manoseadas de rosario.
Huelen a brasero.
Huelen a la anea de las sillas del desván.
Huelen a café y tila.
Huelen a la sala cerrada que nunca se abre salvo en los velatorios.
Hoy esta abierta y sale de ella el olor de la tragedia.
Huele desde la puerta a llanto y a muerte.
Todo se impregna entre el murmullo de letanías, que pena y avemarías.
Huele a la Cándida dando ordenes.
Huele a la colonia añeja de las garrafas de la mercería del bisabuelo.
Huele a ausencia.
A la ausencia de los retratos que hay en el salón.
A lamparillas de aceite.
A cuentas manoseadas de rosario.
Huelen a brasero.
Huelen a la anea de las sillas del desván.
Huelen a café y tila.
Huelen a la sala cerrada que nunca se abre salvo en los velatorios.
Hoy esta abierta y sale de ella el olor de la tragedia.
Huele desde la puerta a llanto y a muerte.
Todo se impregna entre el murmullo de letanías, que pena y avemarías.
Huele a la Cándida dando ordenes.
Huele a la colonia añeja de las garrafas de la mercería del bisabuelo.
Huele a ausencia.
A la ausencia de los retratos que hay en el salón.
Ácido oxalacetico
Nacemos ángeles y el tiempo nos agria y desala.
Se curte la herida.
Borra el tiempo la cicatriz.
Y olvidamos que el acre vivir nos amputo las alas.
Me zambullo en lagos de ácido oxalacetico.
Se curte la herida.
Borra el tiempo la cicatriz.
Y olvidamos que el acre vivir nos amputo las alas.
Me zambullo en lagos de ácido oxalacetico.
El holgazán
No envidies mi cosecha.
Porque soy yo quien la ha sembrado.
No envidies mis campos.
Porque soy yo quien los ha arado.
Soy yo quien retiro las piedras que entorpecían la labor.
Soy yo quien expurgo cizañas.
Y quien vela que los pájaros no diezmen la semilla.
No envidies y levántate temprano, como hago yo, a trabajar tu solar.
Con que facilidad envidia el fruto el holgazán.
Porque soy yo quien la ha sembrado.
No envidies mis campos.
Porque soy yo quien los ha arado.
Soy yo quien retiro las piedras que entorpecían la labor.
Soy yo quien expurgo cizañas.
Y quien vela que los pájaros no diezmen la semilla.
No envidies y levántate temprano, como hago yo, a trabajar tu solar.
Con que facilidad envidia el fruto el holgazán.
Camaradas de robo
Que difícil es declarar apestados a determinados ladrones de guante blanco.
Cuentan con diques salvíficos.
Dan cenas en sus salones.
Cuentan con altos camaradas de robo.
Cuentan con diques salvíficos.
Dan cenas en sus salones.
Cuentan con altos camaradas de robo.
Amado amor despreocupado
El precio de una mano.
El precio de un renglón.
El precio de un a caricia.
Mano sobre mano esta mi amor.
Y se frota las manos dándose asimismo calor.
Despreocupación del que sin dar nada todo lo recibe.
Manos de amado que no realizan ninguna tarea de amante.
El precio de un renglón.
El precio de un a caricia.
Mano sobre mano esta mi amor.
Y se frota las manos dándose asimismo calor.
Despreocupación del que sin dar nada todo lo recibe.
Manos de amado que no realizan ninguna tarea de amante.
El temor encarcela
La preocupación aísla.
El temor encarcela.
Inalcanzable al manoseo.
Perdiéndome la caricia.
El insano vicio de hacerme de rogar.
El temor encarcela.
Inalcanzable al manoseo.
Perdiéndome la caricia.
El insano vicio de hacerme de rogar.
Encurtidos
Sabores callejeros.
Ásperos, urgentes e irrepetibles.
Encurtidos en anónimos vinagres.
Sin profundidad.
Placeres de un instante.
Sin tiempo para indagar.
Sin tiempo para no olvidar.
La calle te lo da.
La calle te lo quita.
Sombras de una vida con escasa luz.
Ásperos, urgentes e irrepetibles.
Encurtidos en anónimos vinagres.
Sin profundidad.
Placeres de un instante.
Sin tiempo para indagar.
Sin tiempo para no olvidar.
La calle te lo da.
La calle te lo quita.
Sombras de una vida con escasa luz.
Mi pluma
Se necesitan plumas para volar.
Pero yo volaré por obra y gracia de mi pluma.
Verbos de vuelo.
Conjugaciones de viaje.
Pero yo volaré por obra y gracia de mi pluma.
Verbos de vuelo.
Conjugaciones de viaje.
Ungüentos
Observo revistas de tendencias.
Y veo las maquilladas ojeras de la belleza del hambre.
El hambre de la ociosidad de un mundo de demasías.
Son los trastornos del primer mundo.
Veo un pelo raído, redensificado y empotingado para estar a la última.
A la última ocurrencia de un obtuso diseñador.
Que salto a la fama tras mamársela a algún prócer patrio.
A alguien ávido de carne fresca de hombre.
A alguien que critica en la palestra lo que el hace en la siniestra.
A alguien que no encuentra en su ya marchito tálamo y en su senecta y multimillonaria esposa la lujuria que le mueve atraicionar todos los valores que con estridente cacareo difunde.
Males del acomodo, de la molicie y el excedente.
Plusvalías del capital.
Vicios secretos de yet set.
Siempre posando del lado bueno.
Siempre enseñando la patita enharinada.
siempre sonriendo a pesar del dolor.
Siempre mostrando la agresiva y pulcrísima fila de interminables dientes de porcelana cegadora.
Hojeo y veo adolescentes lolitas que intentan hacer creer que su frescura se debe a los caros ungüentos.
Cebos para octogenarias ajadas que no saben como reverdecer sin ir a Lourdes.
Laberintos de trastornada estética.
De muy laxa ética.
De aburrimientos inoculados.
y de creada necesidad de buscar nuevos y aberrantes placeres.
Carnes de quirófano y de tanatoplasia.
Fiestas alambicadas rozando lo delictivo.
Rozando la pedofilia.
Rozándose con todo lo que esta al alcance, sea o no sea prohibido.
Discreto encanto de putrefacta burguesía.
Amoral desafección a lo que te dio natura.
Cortinas rojas, rojos salones, decorados falsos y muchas luces que en el cegar nos impidan ver la tramoya, la trastienda, los sórdidos camerinos y las puertas de atrás que dan directamente al deposito de cadáveres.
Ese es el mundo que los simples mortales envidiamos, porque no sabemos como es.
Y veo las maquilladas ojeras de la belleza del hambre.
El hambre de la ociosidad de un mundo de demasías.
Son los trastornos del primer mundo.
Veo un pelo raído, redensificado y empotingado para estar a la última.
A la última ocurrencia de un obtuso diseñador.
Que salto a la fama tras mamársela a algún prócer patrio.
A alguien ávido de carne fresca de hombre.
A alguien que critica en la palestra lo que el hace en la siniestra.
A alguien que no encuentra en su ya marchito tálamo y en su senecta y multimillonaria esposa la lujuria que le mueve atraicionar todos los valores que con estridente cacareo difunde.
Males del acomodo, de la molicie y el excedente.
Plusvalías del capital.
Vicios secretos de yet set.
Siempre posando del lado bueno.
Siempre enseñando la patita enharinada.
siempre sonriendo a pesar del dolor.
Siempre mostrando la agresiva y pulcrísima fila de interminables dientes de porcelana cegadora.
Hojeo y veo adolescentes lolitas que intentan hacer creer que su frescura se debe a los caros ungüentos.
Cebos para octogenarias ajadas que no saben como reverdecer sin ir a Lourdes.
Laberintos de trastornada estética.
De muy laxa ética.
De aburrimientos inoculados.
y de creada necesidad de buscar nuevos y aberrantes placeres.
Carnes de quirófano y de tanatoplasia.
Fiestas alambicadas rozando lo delictivo.
Rozando la pedofilia.
Rozándose con todo lo que esta al alcance, sea o no sea prohibido.
Discreto encanto de putrefacta burguesía.
Amoral desafección a lo que te dio natura.
Cortinas rojas, rojos salones, decorados falsos y muchas luces que en el cegar nos impidan ver la tramoya, la trastienda, los sórdidos camerinos y las puertas de atrás que dan directamente al deposito de cadáveres.
Ese es el mundo que los simples mortales envidiamos, porque no sabemos como es.
Obscenidad
Son obscenas las primeras filas.
Y la obscenidad de quien las ocupa.
Méritos de compadres.
De panes prestados.
Lideres apoltronados.
Apoltronados que el marketing hace lideres.
Vidas noveladas.
Palabras guionizadas.
Retoques, costuras, imponentes plotter que nos venden el perfecto futuro que ellos nos pueden conseguir.
Leches con anilinas.
Truchas hormonadas.
Vacas alimentadas con carne de vaca.
Conservantes conservados por mil estabilizadores.
Emulgentes, colorantes, acidulantes....
Molinos de momias.
Polvos de caníbal.
Química para sobrevivir a la miseria del interés.
El insalubre mercadeo de las primeras filas y sus abyectos tratados.
Firmas de próceres.
Concordatos, ententes cordiales.
Truck y cartel.
Mercado de vértigo que reclama victimas.
Victimas jóvenes.
Niñas orientales.
Infantes indus.
Padres adolescentes y famélicos de Tailandia.
Y la obscenidad de quien las ocupa.
Méritos de compadres.
De panes prestados.
Lideres apoltronados.
Apoltronados que el marketing hace lideres.
Vidas noveladas.
Palabras guionizadas.
Retoques, costuras, imponentes plotter que nos venden el perfecto futuro que ellos nos pueden conseguir.
Leches con anilinas.
Truchas hormonadas.
Vacas alimentadas con carne de vaca.
Conservantes conservados por mil estabilizadores.
Emulgentes, colorantes, acidulantes....
Molinos de momias.
Polvos de caníbal.
Química para sobrevivir a la miseria del interés.
El insalubre mercadeo de las primeras filas y sus abyectos tratados.
Firmas de próceres.
Concordatos, ententes cordiales.
Truck y cartel.
Mercado de vértigo que reclama victimas.
Victimas jóvenes.
Niñas orientales.
Infantes indus.
Padres adolescentes y famélicos de Tailandia.
Afilados
Me acucian las tormentas.
Dientes afilados de sierra.
Puntadas salvajes que cosen la noche al alba.
Gruesas lana roja que hilvana como maroma de sangre.
Que quiere estrangular al nuevo día.
Desfallezco en los despertares de nausea.
En la dorada primera luz del horizonte.
Dientes afilados de sierra.
Puntadas salvajes que cosen la noche al alba.
Gruesas lana roja que hilvana como maroma de sangre.
Que quiere estrangular al nuevo día.
Desfallezco en los despertares de nausea.
En la dorada primera luz del horizonte.
Al sol
Mis fieles gorriones han vuelto al alambre.
Y me deleitan con sus saltitos arrumacos y esponjamientos.
Ellos con el sol a sus espaldas.
Y yo cara al sol.
Y me deleitan con sus saltitos arrumacos y esponjamientos.
Ellos con el sol a sus espaldas.
Y yo cara al sol.
Flor de lis
La hiedra brilla con su tempranera diadema de roció.
Fulgurantes destellos de flor de lis.
Mañanas frías donde las hojas despiertan con la escarcha imperial del invierno.
Fulgurantes destellos de flor de lis.
Mañanas frías donde las hojas despiertan con la escarcha imperial del invierno.
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