Las caras caricias

Caras son las caricias de la necesidad.
Obliga la necesidad a malgastar fortunas.
Obliga el hambre a pagar con oro, un mendrugo de pan.
Necesito caricias, tengo hambre de amor.

Amante de mi mismo

Me rodean mis brazos con la furia del mejor amante.
Del que mejor conoce las necesidades del amado.
Soledad de despertares con el desasosiego y la urgencia.
De quien se siente atropellado por el tiempo.
Del que sentirse solo le hace sentirse más viejo.
Amante de mi mismo para no sentir carencias.
Para no sentir que me devora el ansia de amor y el exceso de ausencias.

Prometo no envenenarme

¿Qué rédito tiene ser comedido.?
Ninguno.
Pues decidido, no tiene ningún sentido serlo.
Lo que silencias te envenena.
Y la piedra que no pones, en la construcción falta.
Juro que no silenciaré ninguno de mis pensamientos.

Cuesta caminar

Camino flanqueado por mis verdugos.
Me conducen ataviados con doradas dalmáticas.
En olor de multitudes.
Pues sus vientres son fértiles sin limite.
Se extiende la prole en filas, prolongando agonía y procesión.
En olor a incienso que aventa la asmática.
Huele el aire a sebo, ajo y  venganza.
Cuesta caminar erguido.
Ante tanto enemigo.
Ante tan poco amigo.

En la despensa

No veo a través de los tupidos visillos.
Pero si veo y muy bien las vidriosas miradas.
Y leo con claridad la desdibuja vulgaridad.
Poseedoras de joyas que nunca portan. 
Y que esconden bajo siete llaves en la despensa.

Lo primero quizás sea lo último

El desorden del trastorno.
El trastorno del desorden.
Cauce del rió.
Río del cauce.
Seguir caminos.
Hacer caminos.
Cobardes que luchan.
Valientes que se rinden.
Es falaz el mundo.
Es falaz el obrar.
No solo leeré lo que se ha escrito.
Leeré lo que esta por escribir.

Agua y aceite

Casi todo combina bien.
Salvo el agua y el aceite.
Salvo la bondad y la maldad.
Tragos dulces.
Tragos amargos.

De cerdos y matarifes

Si no ladran los perros y dicen que en las casas no hay perros.
¿Quienes ladran entonces.?
Se eleva el can a los altares.
Y se arrastra el mondongo en el barro.
Causas abiertas por encausados.
Cerdos que se proclaman de los mataderos matarifes.

Una enfermedad llamada justicia

Es buscar justicia una dolorosa y larga enfermedad.
En la que, en el primer diagnostico ya te dicen que vas a morir.
Que es una batalla perdida.
Pero aun así, con esa certeza, emprendes la lucha.
Sin cuartel, sin descanso, sin tregua.
Y consciente de las recaídas, de las noches en vela y del insufrible dolor.
El precio de tener fe y creer en los milagros.
Uno no es culpable de ser infectado por el virus de muerte.
Uno no es culpable de plantarle cara a la espiral de calumnias.
Uno no tiene la culpa de rodearse de zafios gandules que quieren en pleitos robarte la vida.

Colores al azar

Difusores de perogrulladas.
Seres fulminados por la inacción.
Por la ineficiente gestión.
Cabezas de filas que ne necesitan que les afilen la cabeza.
Iluminados por la mano necia de un ciego.
Colores al azar.
Decisiones azarísticas.

Pan y grasa

Lleno de muescas.
De marcas de vampiros besos.
De caricias de fuego.
De juicios perdidos.
De tropiezos debidos a la falta de juicio.
Juicios pobres.
Juicios de miserables.
Que envidian lo feliz que es un perro.
Lastima me da el que incumple su deber.
Y se arrastra por un trozo de pan pringado de grasa.

Liantes municipes

Policías aliados de la calumnia.
Liantes de informes falsos.
Al que servís favorecéis.
Quien juró proteger sin interes.
Se interesa en a una parte salvar.
Municipales que a la verdad no servís.

Fina y azul

La lluvia lava.
Pero impide el olvido.
Fija el recuerdo en los precipicios.
Enraiza e impide que se descarne el talud.
La fina lluvia tapiza de perdidas el socavón del desastre.
Abonan la escabrosidad las flores azules de superficiales raíces.

Sí se cazara a los cazadores, yo sería cazador

Sí se cazara a los cazadores.
Yo sería cazador.
Ellos serian mis presas.
Trofeos de gloria para las estanterías del sótano.
No presumiría de mis logros.
Solo los depositaria en silencio en el muladar.
Para que alimenten buitres.
Para que sean lo que en su vida de insano ocio fueron, carroña.
Victimas de la caza, sabed que mi corazón y todo mi ser esta con vosotras.
Ángeles abatidos el el verde paraíso del monte.

La pringosa navidad

Se acerca la farsa,
La farsa de la espiral de felicidad.
Juego cortesano de pringosa navidad.
De estrellas de plastico.
De toneladas de azúcar par sepultar el agrio mundo.
De camaradas y compañeros que te abrazan a la vez que te ponen la zancadilla.
Dios nació en navidad, pero no en esta navidad de plastico y artificialidad.