En la noche se abren paso los ángeles.
En el infortunio se abre paso la vida.
En el desfiladero de las sombras penetra el alito del recién nacido.
Lecho de cuarzo para el alumbrado.
Para la brizna que cambiará el color del mañana.
Velas al viento de luna menguante.
Al viento helado de cumbre.
Que encañonado hinchara la lona.
Que con furia domada nos abrirá las puertas de Roma.
Ángeles de paciencia, ángeles de clemencia.
Ángeles que guardaran con celo el calor del hielo.
El AMOR de los saqueadores de ROMA.
jueves, 2 de octubre de 2014
La estela nada virginal
Erguidas cabezas que en lo alto lucen el mocho.
Mochos rojos o cabras mochas.
Cabras de Judas.
Aun que en este caso al matadero, no os ha seguido todo el rebaño.
Se nota que hastiáis, que apesadumbráis más que redimís.
Cuervos teñidos y vapuleados en el salir y entras en reyertas, a priori perdidas.
Vírgenes de estela nada virginal.
Mochos rojos o cabras mochas.
Cabras de Judas.
Aun que en este caso al matadero, no os ha seguido todo el rebaño.
Se nota que hastiáis, que apesadumbráis más que redimís.
Cuervos teñidos y vapuleados en el salir y entras en reyertas, a priori perdidas.
Vírgenes de estela nada virginal.
Tengo, tengo, tengo
Los perales dan peras.
Rosas los rosales.
El difamador esparce calumnias por los envidiados olivares.
Anda diciendo tu madre que tienes un olivar.
Y el olivar que tu tienes.
Es una urdida patraña.
Porque de ti se quiere librar.
Nada áurea es la inferioridad.
Nada áureos son los frutos que ella da.
Rosas los rosales.
El difamador esparce calumnias por los envidiados olivares.
Anda diciendo tu madre que tienes un olivar.
Y el olivar que tu tienes.
Es una urdida patraña.
Porque de ti se quiere librar.
Nada áurea es la inferioridad.
Nada áureos son los frutos que ella da.
Libres para engañar
Libres pare ver,
Libres para vernos.
Libres para creer.
Libres para nuestras mentiras creernos.
De lo que decimos tener y nunca hemos tenido.
De lo que tenemos y fingimos no tener.
Pero aun negándonos a vernos, el mundo nos ve.
Libres para vernos.
Libres para creer.
Libres para nuestras mentiras creernos.
De lo que decimos tener y nunca hemos tenido.
De lo que tenemos y fingimos no tener.
Pero aun negándonos a vernos, el mundo nos ve.
Horripilancia
Yo soy libre al utilizar las palabras.
Libre par construir personajes.
Libre para lanzarlos al viento.
Tu eres libre de verte reflejado en ellos.
No es culpable quuien fabrica espejos.
Si no el que a sabiendas de su horripilancia se mira en ellos.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Paqui B. T.
Las ratas saben abandonar los barcos.
Pero no los saben reflotar.
Nada se puede borrar.
Siempre alguien ha leído lo escrito.
Siempre alguien puede dar fe de lo borrado.
Y repetir punto por punto, coma por coma.
Repetir como en la necedad te sumaste a la espiral de la calumnia.
Como tu diestra de pintar vírgenes, cogió una piedra y apedreo como si fueras una sin macula.
Una necia que se creyó alta y pura.
Pureza que es obvio, que en tu falsedad no posees.
Ni altura, porque es obvio que no eres alta.
Pero no los saben reflotar.
Nada se puede borrar.
Siempre alguien ha leído lo escrito.
Siempre alguien puede dar fe de lo borrado.
Y repetir punto por punto, coma por coma.
Repetir como en la necedad te sumaste a la espiral de la calumnia.
Como tu diestra de pintar vírgenes, cogió una piedra y apedreo como si fueras una sin macula.
Una necia que se creyó alta y pura.
Pureza que es obvio, que en tu falsedad no posees.
Ni altura, porque es obvio que no eres alta.
Vana gloria
Escucharse asimismo,como la reverberación de un pozo.
Síndrome de vana gloria.
Palabras para confortase.
Alimento de lobo solitario que se cree león.
Sin manada, sin grey, sin órbita, sin ningún satélite que entorno a mi orbite.
Retumba la queja en el enorme salón, en el que con tanta divagación se me enfría el café.
Síndrome de vana gloria.
Palabras para confortase.
Alimento de lobo solitario que se cree león.
Sin manada, sin grey, sin órbita, sin ningún satélite que entorno a mi orbite.
Retumba la queja en el enorme salón, en el que con tanta divagación se me enfría el café.
Triste sino saberse escoria y ansiar el engarce del rubí
Que intolerante es el enconamiento.
El angulo oscuro del sórdido salón.
Salón donde se asienta el trono del sin gloria.
Letrina de almas mezquinas.
Altanero retrete donde se pregonan las criticas de miseria.
Lleva muy mal la zorra ajada, estar privada de la efímera miel del éxito.
La cató poca en el bando del transfuguismo.
En el contubernio del vender la piel de la oveja.
Que poco tolera el intolerante, con la cantidad de desatinos que a él se le toleran.
Damas bobas de la cuadra de los cagajones.
Voceras de los alfeñiques.
Lideres de las tormentas de la envidia.
Marchitas rosas de lupanar.
No saben lo que es una virgen porque nacieron ya desfloradas.
Triste sino saberse escoria y ansiar el engarce del rubí.
Talentos cuarteleros de escudo sin cuartel.
Mampuesto que sujeta la argamasa y muere por ser sillar que asienta en firme sin el lecho del mortero.
Es insolento que demande virtud el punto cardinal más alejado de ella.
Es el río el que decanta y hace reposar juntos a los infértiles cantos.
Intolerante pedregal que nada de arte da, pero a pesar de ser estéril, por limo se tiene.
El angulo oscuro del sórdido salón.
Salón donde se asienta el trono del sin gloria.
Letrina de almas mezquinas.
Altanero retrete donde se pregonan las criticas de miseria.
Lleva muy mal la zorra ajada, estar privada de la efímera miel del éxito.
La cató poca en el bando del transfuguismo.
En el contubernio del vender la piel de la oveja.
Que poco tolera el intolerante, con la cantidad de desatinos que a él se le toleran.
Damas bobas de la cuadra de los cagajones.
Voceras de los alfeñiques.
Lideres de las tormentas de la envidia.
Marchitas rosas de lupanar.
No saben lo que es una virgen porque nacieron ya desfloradas.
Triste sino saberse escoria y ansiar el engarce del rubí.
Talentos cuarteleros de escudo sin cuartel.
Mampuesto que sujeta la argamasa y muere por ser sillar que asienta en firme sin el lecho del mortero.
Es insolento que demande virtud el punto cardinal más alejado de ella.
Es el río el que decanta y hace reposar juntos a los infértiles cantos.
Intolerante pedregal que nada de arte da, pero a pesar de ser estéril, por limo se tiene.
Envidiarás hasta su pobreza
Que brillo tan hueco aporta el botín del saqueo.
Nada por nuestras manos fue sudado.
Los anillos de nuestras manos, son robados.
Pero ni arrancándole la vida al legitimo.
Hemos conseguido el brillo que de dentro de él salia.
Desalojada de él la gloria mundana, él aun con su brillo nos eclipsaba.
Ni con mil festines, ni con mil botines, conseguirás la fortuna.
Porque el afortunado no roba.
Y porque los brillos no son fortuna.
No es la lampara la que da luz a mi casa.
Es mi casa la que ilumina la lampara.
Todo lo que el envidiado posea te causara envidia.
Llegarás a envidiar hasta su pobreza.
Nada por nuestras manos fue sudado.
Los anillos de nuestras manos, son robados.
Pero ni arrancándole la vida al legitimo.
Hemos conseguido el brillo que de dentro de él salia.
Desalojada de él la gloria mundana, él aun con su brillo nos eclipsaba.
Ni con mil festines, ni con mil botines, conseguirás la fortuna.
Porque el afortunado no roba.
Y porque los brillos no son fortuna.
No es la lampara la que da luz a mi casa.
Es mi casa la que ilumina la lampara.
Todo lo que el envidiado posea te causara envidia.
Llegarás a envidiar hasta su pobreza.
Uno solo siente liberación cuando parte el zafio
No es eterno el caminar erguido.
O nos doblan los golpes o nos dobla el tiempo.
Doblan las campanas en la miel de otoño.
En el olor a níscalos que viene del pinar.
Caminar recto de días contados.
Para terminar descansando tumbados en el frío lecho.
A las cabezas altas las diezma del mismo modo la Parca.
Pero el que caminó entre la cordura de los valore, deja en su partida un fresco aroma.
Huelen a perfume los renglones últimos, de su testamento.
Flotan eternos los besos del bondadoso.
Porque es así, uno solo siente liberación, cuando parte el zafio.
O nos doblan los golpes o nos dobla el tiempo.
Doblan las campanas en la miel de otoño.
En el olor a níscalos que viene del pinar.
Caminar recto de días contados.
Para terminar descansando tumbados en el frío lecho.
A las cabezas altas las diezma del mismo modo la Parca.
Pero el que caminó entre la cordura de los valore, deja en su partida un fresco aroma.
Huelen a perfume los renglones últimos, de su testamento.
Flotan eternos los besos del bondadoso.
Porque es así, uno solo siente liberación, cuando parte el zafio.
martes, 30 de septiembre de 2014
De ladrones
El ladrón siempre termina delatando al cómplice.
A el cómplice que es igual de ladrón.
Es delatado dos veces.
Una por su compañero de hurto.
Y dos por ser él, elque disfruta de la mercancía robada.
A el cómplice que es igual de ladrón.
Es delatado dos veces.
Una por su compañero de hurto.
Y dos por ser él, elque disfruta de la mercancía robada.
Arpías que van de dos en dos
Arpías que van de dos en dos.
Arpías amigas.
Amantes arpías.
Estrategias de acoso, asedio y ataque tramadas entre dos.
Multiplicadas por dos.
Cuatro manos para apedrear.
Dos lenguas para habladurías difundir.
Arpías de oficio arpías.
Arpías de vocación.
Es fácil combatir arpías si las deslumbras con la razón.
Arpías amigas.
Amantes arpías.
Estrategias de acoso, asedio y ataque tramadas entre dos.
Multiplicadas por dos.
Cuatro manos para apedrear.
Dos lenguas para habladurías difundir.
Arpías de oficio arpías.
Arpías de vocación.
Es fácil combatir arpías si las deslumbras con la razón.
Mi sumisión
El desamor muere matando.
Solo pasaré por el arco de triunfo de entre tus patas.
Con una tanqueta y apuntando hacia arriba.
Ese es mi sometimiento, esa es mi sumisión.
Derrotado pero con sabor de victoria.
Solo pasaré por el arco de triunfo de entre tus patas.
Con una tanqueta y apuntando hacia arriba.
Ese es mi sometimiento, esa es mi sumisión.
Derrotado pero con sabor de victoria.
Ramas enfermas
Ramas de árboles enfermos.
Ramas vencidas por la enfermedad.
Ramas que caen con estrépito.
Arroyando en el azar al casual transeúnte.
Precipitando el fin de alguien, que con ese fin, de su casa no salio.
Es un placer desahogarse
Desembalsar las palabras contenidas por la educación.
Es un placer llamar al pan, pan y al vino, vino.
Es un placer después de la calumnia, gritar para el que me quiera oír, la verdad.
Caldos que están apunto y que en la barrica de mi alma no se van a agriar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)