Hay cosas peores que la muerte.
Vivir entumecido por estar infinitamente triste.
domingo, 14 de junio de 2015
Textos abiertos
Que daño hacen los texto abiertos.
Cárceles sin rejas que nos hacen sentir delincuentes.
Cuando creíamos que estaba tapado nuestro delito.
Charcos donde al leerlos se ve reflejada nuestra enlodada cara.
El corazón de Jesús
No hay nada más imperfecto que aquel que se cree perfecto.
Ser arrogante no es digno del que dice seguir al Corazón de Jesús.
Dios no perdona en la necedad.
Y es de necios ser arrogante y confundir la parte con el todo y sacudirse la basura de parte, lanzándola al todo.
A ti critico y no a la iglesia, pues esa iglesia que tu para ti te arrogas, también soy yo.
Tibio que se duele con tan nimias CHINAS.
Tibio que se arrima a lo que más tizna.
Y olvida que el perdón al hermano es un gesto de parte.
Te arrimas al que ofende y le haces creer que es el ofendido.
Santa Teresa de Calcuta era pequeña pero muy inteligente.
Era consciente de que parte debía estar.
Era consciente de que no se escarnia a nadie en la casa de Dios.
Era consciente de que si no se pide, no se da el perdón.
El púlpito no es tibio, y el que desde el platica, no debe dolerse, si no arrepentirse de sus pecados y no diluir su culpa en el común.
Has obrado mal y lo sabes y ten claro que te lo haré saber.
Es una corriente muy fea creerse con superioridad moral.
Dios lee mis renglones, pero también tus pensamientos.
Yo digo lo que pienso, creo que tu piensas muchas cosas que no dices.
No mancha el sincero, mancha el que miente y se miente.
Ser arrogante no es digno del que dice seguir al Corazón de Jesús.
Dios no perdona en la necedad.
Y es de necios ser arrogante y confundir la parte con el todo y sacudirse la basura de parte, lanzándola al todo.
A ti critico y no a la iglesia, pues esa iglesia que tu para ti te arrogas, también soy yo.
Tibio que se duele con tan nimias CHINAS.
Tibio que se arrima a lo que más tizna.
Y olvida que el perdón al hermano es un gesto de parte.
Te arrimas al que ofende y le haces creer que es el ofendido.
Santa Teresa de Calcuta era pequeña pero muy inteligente.
Era consciente de que parte debía estar.
Era consciente de que no se escarnia a nadie en la casa de Dios.
Era consciente de que si no se pide, no se da el perdón.
El púlpito no es tibio, y el que desde el platica, no debe dolerse, si no arrepentirse de sus pecados y no diluir su culpa en el común.
Has obrado mal y lo sabes y ten claro que te lo haré saber.
Es una corriente muy fea creerse con superioridad moral.
Dios lee mis renglones, pero también tus pensamientos.
Yo digo lo que pienso, creo que tu piensas muchas cosas que no dices.
No mancha el sincero, mancha el que miente y se miente.
Cicateramente braman
Me castañetean los dientes en este frío de amanecer de asalto.
En esta resaca de chusma, de circo y de hienas.
En este almizclado aroma sórdido.
La cara abofeteada de la loca vestida de sangre.
La fetidez de su aliento de azufre.
Sus envestidas de chafardera.
Que poco calor tiene su alcoba cuando se desfoga sola.
Azuzados en los vulgares espasmos de un oleaje de ruido y notas mal leídas.
Explicaciones no pedidas a observaciones no hechas.
Se percibe canguelo, olor a diarrea, ante el pánico que provoca el que sabe leer.
Se vapulea a las victimas diciendo de ellas cicateramente que son verdugos.
Y los reales verdugos se duelen del fracaso de su treta y se hacen las victimas.
Mundo de rasposos que como jauría braman.
En esta resaca de chusma, de circo y de hienas.
En este almizclado aroma sórdido.
La cara abofeteada de la loca vestida de sangre.
La fetidez de su aliento de azufre.
Sus envestidas de chafardera.
Que poco calor tiene su alcoba cuando se desfoga sola.
Azuzados en los vulgares espasmos de un oleaje de ruido y notas mal leídas.
Explicaciones no pedidas a observaciones no hechas.
Se percibe canguelo, olor a diarrea, ante el pánico que provoca el que sabe leer.
Se vapulea a las victimas diciendo de ellas cicateramente que son verdugos.
Y los reales verdugos se duelen del fracaso de su treta y se hacen las victimas.
Mundo de rasposos que como jauría braman.
viernes, 12 de junio de 2015
El púlpito pide fiereza
Si supieras todo lo que sé, me temerías.
Para haberte roído las entrañas un cáncer, mira que tienes estomago.
Mira que desde tu lugar de preeminencia poco o nada haces.
Tragaderas que denotan poca fe y mucha tibieza.
Que fácil espera el perdón el que con saña ha zaherido.
El toro corniveleto que busca el indulto para volver y volver a arremeter.
Púlpitos de frases huecas, de vocecita apagada que rinde en falsaria delicadeza.
Temo al toro manso, cabestro sagrado.
Temo las esquilas de las bombas del silencio, del dejar pasar, del no enfrentarse, ni afrontar nada.
Vacío donde crece el acoso y campan libres las manos enharinadas que empujar al calumniado al suicidio.
Casa de todos y de Dios, que solo está abierta para el chalaneo de unos cuantos.
Cantoras de gorigoris que despellejan cuando está ausente, a la altiva Pantoja y a su rubia y pija madre.
Nada está escrito y los finales suelen ser inesperados y sorprendentes.
Quizás sea tu patíbulo el altar y tu soga el cíngulo.
Para haberte roído las entrañas un cáncer, mira que tienes estomago.
Mira que desde tu lugar de preeminencia poco o nada haces.
Tragaderas que denotan poca fe y mucha tibieza.
Que fácil espera el perdón el que con saña ha zaherido.
El toro corniveleto que busca el indulto para volver y volver a arremeter.
Púlpitos de frases huecas, de vocecita apagada que rinde en falsaria delicadeza.
Temo al toro manso, cabestro sagrado.
Temo las esquilas de las bombas del silencio, del dejar pasar, del no enfrentarse, ni afrontar nada.
Vacío donde crece el acoso y campan libres las manos enharinadas que empujar al calumniado al suicidio.
Casa de todos y de Dios, que solo está abierta para el chalaneo de unos cuantos.
Cantoras de gorigoris que despellejan cuando está ausente, a la altiva Pantoja y a su rubia y pija madre.
Nada está escrito y los finales suelen ser inesperados y sorprendentes.
Quizás sea tu patíbulo el altar y tu soga el cíngulo.
jueves, 11 de junio de 2015
Curas tibios a los que vomita Dios
La equidistancia con facilidad cae en el absurdo.
En el nada cristiano absurdo.
No existe la equidistancia entre victima y verdugo.
El cristiano se aleja del verdugo y acompaña y arropa a la victima.
El que hace lo contrario, ni es cristiano, ni es justo.
No se es equidistante, ni tibio, ni absurdo, ni se cae en lo abstracto.
A la hora de retratarse condenando el delito.
En el nada cristiano absurdo.
No existe la equidistancia entre victima y verdugo.
El cristiano se aleja del verdugo y acompaña y arropa a la victima.
El que hace lo contrario, ni es cristiano, ni es justo.
No se es equidistante, ni tibio, ni absurdo, ni se cae en lo abstracto.
A la hora de retratarse condenando el delito.
No cae del cielo el perdón
Perdonar es gesto imposible sin resarcimiento.
Sin expiar la culpa, sin subsanar el daño.
No cae del cielo el perdón, cae del esfuerzo de compensar el daño.
Penitencias que no son Avemarías,
Si no desmentidos en plaza publica.
Como propagadas en plaza publica fueron las calumnias.
Como esparcida al viento fue la cizaña del delito.
Sin expiar la culpa, sin subsanar el daño.
No cae del cielo el perdón, cae del esfuerzo de compensar el daño.
Penitencias que no son Avemarías,
Si no desmentidos en plaza publica.
Como propagadas en plaza publica fueron las calumnias.
Como esparcida al viento fue la cizaña del delito.
El penco y su vulgar calderilla
Corre veloz la risa nerviosa.
Corre golosa la raposa.
Corre indecente con calumnias entre sus dientes.
Por las calles de trasera.
Por las puertas principales.
Por los arrabales, por los corrales.
Cínicos que esputan mentiras sin morderse la lengua bífida con los molares.
Por la sacristía, por las filas cantoras que despellejan corderos.
Que fácil la torpe cierra el circulo y estrangula al cordero inocente.
Y agasaja con falsete al curita tolete.
Y agasaja con falsete al curita tolete.
Y cierra filas de infamia ante el cordero místico.
Nada elevada es su estrategia.
Pero rinde en la treta a los tontos.
A los que deslumbran sus vulgares bagatelas.
Calderilla de pueblo.
De pueblo que venera a la vulgar calderilla.
Al penco que brilla cargado de miserable pacotilla.
Es el color aliado de la vejez
"Es el color aliado de la vejez, porque la vejez decolora belleza, porque el tiempo muerde violento el rosa intenso de mis labios de fresa."
Irsia Carolain Sprimbol
Irsia Carolain Sprimbol
Cristales de ventisca
Caleidoscopio de maravillas son los cristales en la ventisca.
Puentes de luz hacia el mundo de las musarañas.
Corceles locos que trotan sobre las nubes.
Terminaran en la pira las liras de los Nerones.
Los contoneos de las Salomes que ciegan barones.
Tras los destellos están las lagrimas.
Están las bambalinas.
Las tristes horas de disgustos de las princesas.
Está en la recamara el pañuelo que enjuga el llanto.
El llanto de las mirradas sentidas, principales y bellas.
Puentes de luz hacia el mundo de las musarañas.
Corceles locos que trotan sobre las nubes.
Terminaran en la pira las liras de los Nerones.
Los contoneos de las Salomes que ciegan barones.
Tras los destellos están las lagrimas.
Están las bambalinas.
Las tristes horas de disgustos de las princesas.
Está en la recamara el pañuelo que enjuga el llanto.
El llanto de las mirradas sentidas, principales y bellas.
Torridez
Untuoso es el placer en el cálido vergel de helechos.
A la sombra húmeda de las doce.
Cuando la torridez forma pequeños ríos de impaciencia.
Que corren veloces refrescando tu pecho.
Fino dulzor de sudor de calor, amor y sal.
Es mi boca una ametralladora de besos.
Que no deja sin herir un centímetro de tu piel.
A la sombra húmeda de las doce.
Cuando la torridez forma pequeños ríos de impaciencia.
Que corren veloces refrescando tu pecho.
Fino dulzor de sudor de calor, amor y sal.
Es mi boca una ametralladora de besos.
Que no deja sin herir un centímetro de tu piel.
martes, 9 de junio de 2015
El traidor ADN
Constructos de miseria, de arcos conopiales y laberintos de cipreses.
Jardines de crisantemos y pequeñas lilas que se esconden en las sombras.
La facilidad crea el cauce.
El cauce transcurre siguiendo la norma de la facilidad.
Te buscaré en las columnas helicoidales, en el traidor ADN, que mañana desvelará tus dobleces y vueltas.
Vilezas de espantajos que como bandera hondean raídas bragas.
Ropa intima que dice tanto, que revela tanto cuando se airea.
Jardines de crisantemos y pequeñas lilas que se esconden en las sombras.
La facilidad crea el cauce.
El cauce transcurre siguiendo la norma de la facilidad.
Te buscaré en las columnas helicoidales, en el traidor ADN, que mañana desvelará tus dobleces y vueltas.
Vilezas de espantajos que como bandera hondean raídas bragas.
Ropa intima que dice tanto, que revela tanto cuando se airea.
Bendito ácido cianhídrico
"Bendito Ácido cianhídrico, bendita vomitona de mentiras, bendita patulea de difamadores. Ser el blanco perfecto, entraña ser diana de todos los dardos."
Irsia Carolain Sprimbol
Irsia Carolain Sprimbol
La vida es lascivia
La vida es disoluta.
La vida es lascivia.
Es elástica.
La vida es un chicle con el sabor de tu boca.
pienso en rendirme.
En correr y rendirme.
En caer en tus brazos para destrozar las dudas apretándote fuerte.
La vida es incertidumbre.
Es abrir los ojos para no imaginarte en otros brazos.
Para no imaginarte sonriendo a un feroz amante.
La vida es un bucle, donde lo que se gana hoy, mañana se pierde.
La vida es lascivia.
Es elástica.
La vida es un chicle con el sabor de tu boca.
pienso en rendirme.
En correr y rendirme.
En caer en tus brazos para destrozar las dudas apretándote fuerte.
La vida es incertidumbre.
Es abrir los ojos para no imaginarte en otros brazos.
Para no imaginarte sonriendo a un feroz amante.
La vida es un bucle, donde lo que se gana hoy, mañana se pierde.
Epístolas de desbordamiento
Epístolas de desbordamiento.
Conjuro la adversidad.
El plúmbeo dolor de cabeza.
El gris de calor.
En este día de vencejos que vuelan rasantes.
Ametrallando mi corazón con perdigones de nostalgia.
Me desato en las palabras.
En cristales rotos.
Esquirlas dañinas hacen jirones mi cama de pesares.
Piel sudada en la angustia, en el vértigo de mirar al vació.
A mi escueto equipaje.
A los renglones torcidos de un Dios que me mide y me prueba en los mil tropiezos de mi jornada.
Gris de plomo, de metralla, de granadas de mano, que desgrano mientras estalla mi corazón.
Más días febriles me esperan, tendré fuerzas.
Tendré días para domar tanta fuerza.
No puedo dejar de pensar, de bullir, en este día de estertores e ideas de tragedia.
Me pesa el mundo.
Me pesa la cabeza por querer abarcar el mundo.
Por querer entender la zainidad del zaino.
Todo gira gris y plúmbeo, como las nubes de bochorno que descargan ruidosas.
Como yo que sin ruido me ordeno y desordeno, al dictado de unas epístolas sin receptor.
Sin interlocutor me grito, en una música de letras tristes que no tapan el trueno del dolor.
Conjuro la adversidad.
El plúmbeo dolor de cabeza.
El gris de calor.
En este día de vencejos que vuelan rasantes.
Ametrallando mi corazón con perdigones de nostalgia.
Me desato en las palabras.
En cristales rotos.
Esquirlas dañinas hacen jirones mi cama de pesares.
Piel sudada en la angustia, en el vértigo de mirar al vació.
A mi escueto equipaje.
A los renglones torcidos de un Dios que me mide y me prueba en los mil tropiezos de mi jornada.
Gris de plomo, de metralla, de granadas de mano, que desgrano mientras estalla mi corazón.
Más días febriles me esperan, tendré fuerzas.
Tendré días para domar tanta fuerza.
No puedo dejar de pensar, de bullir, en este día de estertores e ideas de tragedia.
Me pesa el mundo.
Me pesa la cabeza por querer abarcar el mundo.
Por querer entender la zainidad del zaino.
Todo gira gris y plúmbeo, como las nubes de bochorno que descargan ruidosas.
Como yo que sin ruido me ordeno y desordeno, al dictado de unas epístolas sin receptor.
Sin interlocutor me grito, en una música de letras tristes que no tapan el trueno del dolor.
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