viernes, 26 de junio de 2015

Vivir sin remoras

He aprendido a gritar que detesto muchas presencias.
A apreciar que en la ausencia flota la calma.
Que en la calma no se grita, porque nada incomoda.
Es un féretro holgado la nave del olvido.
La nave que guía Caronte con los que ya he olvidado.
Todos mis defectos en la calma aplaco.
Todos tus defectos con tu partida se han esfumado.
Cada palo con su vela.
Cada uno avanzando con el remar de su esfuerzo.
Progresos sin color.
Progresos de nuestro color. 
Metas logradas con nuestros progresos.
A toda maquina y con muchos nudos, tras estar desnudo y desanudado.


jueves, 25 de junio de 2015

El as de las Parcas

El tiempo reclama presentes.
El tiempo nos presenta y ausenta.
Convidados por las falaces agujas.
Invitados por las esferas doradas.
El tiempo se hace presente, rindiendo presencias.
Devorando torres, comiendo reinas.
Es el tiempo ladrón de alhajas.
Que con sigilo todos los ajuares desmantela.
Coronas que pierden la testa.
Sables que pierden la mano.
Manos que gana el tiempo.
Que tiene siempre un as en la manga.
El as de Caronte.
El as de las Parcas.




miércoles, 24 de junio de 2015

Se ceba el cáncer en los más santos

Es la tragedia una ramera que cuando nos prende, no nos suelta.
Que cuando nos prende, nos lía con sus tentáculos de desgracia.
Nos lía y de su lió no salimos ilesos.
Duras estocadas que nos baldan.
Se ceba la tragedia en los más justos.
Se ceba el cáncer en los más santos.
Se ceba la vida repartiendo desdichas entre los que nada las merecen.
Ciego sino que sin tino libra de la pena al más dañino.

Los pobres diablos mueren solos

Los pobres diablos encuentran la muerte de la forma más natural, abandonados por la fortuna, por el éxito esquivo y por una familia que cansada y desmembrada, en estos tiempos rápidos de cólera y urgencia, no está para cargas.
En el escotillón de los cadáveres esperan, ya vencidos por una adversidad sembrada, labrada, arada, estercolada con una altivez impropia de estatus, educación y clase.
Pleamar de ausencias que devuelve los frutos de una bajamar de afectos.
Jóvenes, crecidos en la bravura del analfabetismo y de unos músculos que en la edad del brío, arremetían con ímpetu las mil pagas hembras, que ensartaban en el desprecio, en las trastiendas del alcohol.
Los pobres diablos se despiden solos, del último sol, solos en el hangar de los muertos que aun están vivos, solos en el pudridero de las vulgares reinas, escombrera donde cobramos los desafectos, los desprecios y recogemos los lodos de los polvos de la calentura, de los besos no dados, de los abrazos rotos, de las bofetadas que dimos al alma, del que sin fisuras hasta la última deflagración nos quería.
los pobres diablos mueren solos, sin sentir como una mano limpia les roza la frente, les refresca los labios y les aplaca con su pulso de caricia la zozobra de las postrimeras horas, donde todo se agita en el vértigo del balance de las instantáneas perdidas,  en el vértigo de tierra abierta, de la tierra que huele a muerto y a orín. 

Palabras con las que vuelo

Ángel de las palabras.
Palabras con las que vuelo. 
Palabras que viajan y vuelven.
Porque el mundo es un pañuelo.
De aladas risas.
De encajadas trampas.
De enjugadas lagrimas.
Palabras que a borbotones van deprisa.
Palabras que lamen lentas los grilletes de acero.
Palabras que abren cárceles y rinden despiadados carceleros.
Levantan el vuelo mis papeles.
Despegan los textos virtuales.
Hoy es ya mañana. 
Es noche corta.
Noche de incendios.
Por eso vuelo y pienso.
Pienso y escribo.
Escribo y levanto el vuelo.
A ti te cortaron la cabeza como pago a un bello contoneo.
Yo también tengo ese miedo escribo.
Y vestido de miedo con valentía escribo.
Y salvo dotando de alas a las palabras del fuego.

San Juan del hierro candente

Estimando la hoguera como puente a la gloria.
Puente de llamas de plata para caricias malsanas.
Mudanzas para sobrevivir.
Incendios para podernos salvar.
San juan de las candelas y los tizones.
San juan del hierro candente.
Del hierro al rojo.
Para marcar borregos perjudiciales e indolentes.
Reses de los tropiezos.
Tropezando con pastores necios y necias reses.

El culo nos trae de cabeza

"Cuando el culo nos nubla la mente, nunca mejor dicho, el culo nos trae de cabeza."
Irsia Carolain Sprimbol

La puesta de la alondra

Es amargo el vestido de mi protección.
Es solida la costra de mi caída.
Alambrada de espinos.
Para proteger la rosa.
La puesta de la alondra.
El futuro de mis palabras.
La debilidad de mi alma.
Estrategias tras la rendición.
Manto salvífico para no volver a claudicar.

De yugos y flechas

¿Dime quien te monta y por qué te monta tanto?
Retratados por como nos entrillamos.
Retratados por quien nos entrilla

Ciclamen

Con sabor a ciclamen.
Con sabor a beso de partida.
A escaparate de tienda cerrada.
A capricho inalcanzable.
Se cimbrea el brazo en el viento.
Y la mano agita el aire.

martes, 23 de junio de 2015

Pillados

Siempre hay alguien que nos retrata.
En nuestros devaneos siempre quedamos retratados.
Pastor de infantes.
Sé donde ofertas tu culo.
Y sé quien y cuando por culo te dan.

Debes devolver o te dejan de dar

No se puede vivir del cuento sin cuadrar las cuentas.
De bruces contra la realidad.
Es lo que tiene el vicio de pedir, que debes devolver o te dejan de dar. 
Demasiado tonto viviendo de empréstitos.
Demasiado electo tonto que se cree que se puede zafar de rendir cuentas.
Nada  ni nadie vive del aire y cualquier dispendio se paga.
Demasiadas promesas para llevar la brasa a la sardina de nuestro partido y casa.

Si la bolsa sona

"La escenografía cuenta, pero entre bambalinas quien te llena el monedero cuenta más.
Toda politica es bona, si la bolsa está llena y sona.
Pero clama al cielo que nos sableen para llenar sus particulares monederos."
Dervik Tro´men

Descalabros

Asomarse al abismo nos hace recular.
Los excesos se pagan.
Los descalabros nos los cobran. 
No puede aceptar el todo, indefinidamente el chantaje de una parte.
Instantáneas que engrosarán el archivo de la aleccionadora historia.

lunes, 22 de junio de 2015

Augur

Leeré los augurios en las tripas de una rata.
Viendo quien parasita sus vísceras.
Diseccionaré la tragedia de sus intestinos.
Los ruidos de sus cañerías.
La última y fatal ingesta.